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Chapter 30 - Sol naciente

Los ahora aprendices del Imperio fueron sometidos a varias preguntas tratando de extraer la información suficiente, pero no habían conseguido nada, la espesa niebla había nublado la vista de todos y sólo se pudo sentir el olor de la sangre mientras caía al suelo, después del interrogatorio todos terminaron juntándose con Asbeel en el patio superior del Este, Azazel tomaría algo de ventaja y se acercaría poco a poco, Asbeel se daría vuelta y los vería a todos juntos, habían tardado.

- Hola - Azazel tenía la misma actitud de siempre.

- Si que tardaron.

- Nos hicieron preguntas hasta el cansancio.

- Deberían de ir a investigar por ellos mismos.

- Eso hicieron pero no encontraron nada, solo los cuerpos y ya, ni rastro del responsable

Los otros se empezarían a dispersar por el patio, por fin un momento de tranquilidad, Hawk se sentaría en el muro, justo al borde del abismo, Bruz se recostaría bajo un árbol y junto a él se sentaría Jiro y Tomari, Hinoka y Akatsuki se recostaría en el muro mirando hacia abajo mientras hablaban.

- Ellos no quieren dar con el responsable.

- Lo sé.

- ¿Lo sabias?

- Así es, su tono, sus ojos incluso algunas preguntas.

- No puedo creer que sean así entre ellos mismos.

- Cada especie es distinta, su forma de actuar y pensar, todo.

- No creo que tú y yo seamos muy distintos.

Azazel se quedaría sin palabras por unos instantes e instintivamente sonreiría con una mirada perdida en el cielo nocturno.

- Claro que hay excepciones, pero porque tú y yo no seamos opuestos no quiere decir que los Ángeles y los Nifil piensen igual.

- Tienes un punto - Asbeel voltearia a ver hacia atrás, observaba detenidamente a todos, dispersos y sumergidos en sus propias conversaciones, algunos se reían y otros sólo hablaban.

- Te veo muy distraído ¿Pasó algo malo?

- Nah, es solo que se siente acogedor verlos a todos juntos.

- Eres demasiado raro - Azazel le lanzaría una mirada perversa.

- Tú querías que fuese amable.

- Creo que confundes amable con tímido.

- Bueno, nunca hablé con un humano antes.

- Llevas demasiado tiempo por acá no puedes poner la excusa de que no has hablado con ellos.

- Esa forma en que me fuerzas a conocer gente no me agrada.

- ¿Entonces esperas quedarte solo?

- No, pero las relaciones se dan naturalmente.

- Eso es una excusa.

Asbeel parecía estar un poco molesto.

- Para ti todo es una excusa.

Ambos se quedarían en silencio, apenas se podían escuchar las voces del resto, Hawk se limitaba a observar, parecía ser el sitio perfecto para él, Inki se haría repentinamente a su lado e intercambiarían un par de palabras. Repentinamente se escucharían pasos que venían de la puerta, todos voltearían a ver, se podía ver la figura de una chica con las túnicas Orokin, su piel era morena y su cabello largo y sedoso, de color negro, poco a poco se acercaba en dirección a Asbeel y Azazel, ellos solo la mirarían, no había palabra alguna para describir su belleza.

- Hola, ustedes son los nuevos ¿Verdad? - el tono de su voz era tierno y amable.

- Así es - Azazel se mantenía firme, Asbeel se sentía algo nervioso, no era muy bueno para dar las primeras impresiones.

- Es un gusto, soy Helena, Helena Sepyhr

El linaje Sepyhr era uno reconocido a lo largo de la historia, Nifil, Ángeles, Yotunn, todas las razas los conocían, en la antigüedad fueron grandes guerreros, cada generación mostraba una fuerza cada vez mayor, además de eso habían sido bendecidos por el dios del invierno Ymir y la diosa de la tristeza Kaguya con el alma de su difunto hijo Soroimaru, el dios del hielo, se supone que el linaje era bastante extenso y el alma del dios lo poseían las matriarcas.

- ¿Sepyhr? ¿Eres del linaje Sepyhr? Azazel estaba impactado, los Sepyhr habían dejado la lucha desde hacía tiempo.

- Así es, ese es mi apellido.

Ambos la miraban incrédulos, varios al escuchar estaban boquiabiertos, Bruz abriría los ojos y voltearía a verla.

- Es un placer - Azazel extendería su mano, actuaba de manera formal, un cambio de personalidad que había tomado de imprevisto a Helena - Ustedes son muy respetados en el Cielo, a día de hoy seguimos recordando el honor con el que lucharon en la guerra.

- No tienes que ser tan formal - Helena estrecharía su mano - somos compañeros después de todo.

- ¿Compañeros? - Asbeel hablaría instintivamente.

- Así es, yo también seré entrenada por los capitanes.

Era algo que había tomado de imprevisto a todos, nunca habían escuchado nada al respecto. Asbeel no lo pensaría mucho.

- Espero que nos llevemos bien, soy Asbeel. - en su rostro se marcaría una expresión de felicidad.

- Es un gusto Asbeel.

Su sonrisa derrochaba alegría, una alegría contagiosa para todos, era una persona con la cual deseabas hablar y estar la mayor parte del tiempo.

- Solo venía a saludar y darles la bienvenida, es increíble tener al futuro rey de los Ángeles, lamento no poder quedarme por mas tiempo, luego podré hablar con todos así que si me disculpan tengo que irme.

La visita aunque corta fue agradable, los demás no se habían inmutado en hablarle ni presentarse pero sabían que lo harían en cualquier momento, Bruz se quedaría mirando al cielo nocturno por un rato.

- Conque Helena.

- ¿Pasa algo Bruz? - preguntaría Jiro.

- No es nada. - respondería algo perdido.

- Eres muy misterioso

- Solo estoy cansado, fueron 6 o 7 días.

- Ahora que lo mencionas ¿Cuándo van a darnos nuestras habitaciones? - Los días se habían sentido eternos para todos, muchos sólo querían enterrar su cabeza en una almohada.

- Yuri es la encargada de designar las habitaciones.

Jiro y Tomari se miraban mutuamente incrédulos, ambos se levantarían y correrían como si su vida dependiera de ello hacia donde Yuri, al llegar ella voltearia sin saber cómo reaccionar.

- ¿Pasó algo?

- Las habitaciones, dinos cuál es la nuestra.

Parecía algo molesta, en una pequeña bolsa amarrada a su uniforme tenía las tarjetas para cada cuarto.

- ¡Oigan todos, vengan acá! - levantaría su voz y uno por uno se pondrían al lado de Tomari y Jiro - Bien, los pondré con quien crea que se complementan mejor así que no espero quejas, bien, entonces: Hinoka, Helena, Inki y Hawk compartirán la habitación 32, Jiro, Bruz, Tomari y yo estaremos juntos en la habitación 40 y por último Asbeel, Azazel y Akatsuki estarán en la habitación 57... y eso es todo, ya pueden ir a descansar.

- Podría haberlo dicho con más ánimo - pensaría Tomari el cual tomaría su tarjeta y se marcharía hacia la habitación, Asbeel tomaría la suya y se iría junto a Azazel, Yuri se sentaría al lado de Bruz.

- Por fin podemos descansar grandulon.

- ¿Cómo te sientes? - Hawk e Inki se marcharían, Hinoka y Akatsuki también y dejarían el patio desolado.

- Sinceramente tengo miedo.

Bruz la rodearia con sus brazos y la acercaría a él abrazándola.

- No pensemos en eso, te aseguro que todo saldrá bien.

- Confío en ti - Yuri cerraría los ojos.

- ¿Quieres ir al cuarto?

- Quedémonos un poco más, es agradable estar aquí.

Bruz sonreiría y recostaría su cabeza contra el árbol, podía sentir la calidez que trasmitía el contacto de sus cuerpos y no podía evitar sonreír, Yuri se sentía acogida por fin tenían un momento de calma.

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