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Chapter 29 - Dí la verdad

¿Qué pasó?

- ¡Ayuda! - Se escuchaban voces algo distorsionadas, distantes.

En cuanto habíamos alcanzado la base nos topamos con el otro grupo, parecían molestos, hostiles, como si no fuesen los mismos de antes ¿Cómo alguien puede cambiar tan rápido? Poner una persona al limite es peligroso. En cuanto unos levantaron las armas nosotros hicimos lo mismo, solo recuerdo un profundo silencio que parecía haberse hecho eterno, después de eso solo oscuridad, no podía oír, no podía hablar, ver, oler, tocar, no podía hacer nada, sentí que había desaparecido, fue repentino, para el momento en que me levanté muchos estaban muertos otros estaban moribundos, ellos tampoco sabía lo que había pasado, Azazel, Hinoka, estaban confundidos, todo parecía haber sido un ataque sorpresa.

- ¿Quién los atacó? - preguntaba un hombre frente a mí, la poca luz del cuarto no me dejaba ver bien su rostro.

- No lo sé.

No podía saberlo, nisiquiera sentí energía alguna, Akatsuki fue la única que pudo esquivar por completo los ataques de lo que sea que nos atacó, aún así ni siquiera ella vio algo, simplemente todo se inundó en una niebla oscura.

- Bien, dime - mientras me preguntaba observaba una especie de curriculum - Asbeel ¿viste algo sospechoso en algún Participante?

- No, no había nadie que actúase raro.

No parecía estar satisfecho con mi respuesta.

- Y aún si eso fuese posible ¿Por qué importaría?

- ¿Perdón? - rápidamente me miraría fijamente.

Con ira solo levantaría mi mirada, cargado de lo que parecía odio o desprecio me quedé observándolo, mi cabello caía y cubría parte de mis ojos, el hombre inmediatamente tiraría la silla hacia atrás y empezaría a retroceder, la sombra que generaba mi propio cabello dejaba ver mis ojos brillando

- Ustedes dieron la orden de matarnos, nunca les importó lo que nos pudiese llegar a pasar.

El hombre estaba algo tembloroso, no iba a hacerle nada pero aún así alguien tenía que enseñarle, por el bien del resto.

- Nos enviaron a una selva con todo tipo de peligros y nadie hizo nada, si llegasen a encontrar al responsable ¿Al menos lo harían pagar?

Aún tratando de intimidarlo el hombre respiraría profundamente con algo de dificultad y volvería a tomar asiento.

- Necesitamos investigarlo para observarlo de cerca.

- Asesinó a 25 personas.

No me respondería nada simplemente lanzaría el montón de hojas sobre la mesa y se iría, la puerta se deslizaría hacia arriba ¿Qué tan inhumanos podían ser? No había justificación alguna, yo también me fui, afuera estaba un hombre algo alto, tenía las túnicas de capitán, era Alastor si mal no me acuerdo, parecía estar esperándome.

- ¿Qué tal? - estaba algo sonriente.

- ¿Estabas esperándome?

- Así es.

Nunca habíamos hablado antes, solo tuvimos una pequeña conversación pero nunca conectamos el uno con el otro.

- ¿Solo a mí? ¿Qué hay del resto?

- Tú eres el primero en salir, los demás deben de estar pasando por lo mismo.

Por algún motivo me había quedado sin palabras y solo podía limitarme a observarlo.

- Ven, sígueme.

Parecía ser un hombre confiable, no lo pensé mucho y decidí seguirlo, al fin y al cabo no tenía nada más importante por hacer, durante todo el camino me contó cosas sobre los Orokin y los humanos, el significado del sol y la luna para ellos y las escrituras antiguas y mucho más, parecía un hombre estudiado pese a su corta edad, en su cultura estaba siempre presente Bismilah. En unos ventanales habían ilustraciones con la puerta del Edén, había leido bastante al respecto, era el tercer pilar de los 7 mundos, en otras el fuego de Gahena, el mismísimo corazón de Nifilheim, es el segundo pilar, así mismo estaba el cuarto pilar El Ojo del Cielo y por último el Hilo de Oro, respecto al primero nadie lo conocía, sólo se mencionó que habían 5 pilares en los libros antiguos, ni siquiera en Nifilheim había registros. Aunque el camino fue largo y tuvimos que subir escaleras que parecían eternas terminamos llegando a un patio enorme, con árboles de un color que jamás había visto, sus hojas caían, tenían un tono entre suave e intenso, no pude evitar agacharme para recoger una de las hojas.

- ¿Jamás habías visto un árbol así? - Me preguntó Alastor algo extrañado.

- No creí que existieran, sólo aparecían en libros.

- Pues aquí tienes uno.

Quizás para él era cosa de todos los días pero para mí era fascinante, lo mismo el cielo, unos días estaba azul, otros días grises y en el atardecer rojizos, cuando se tornaba oscuro empezaba a hacer frío y a llover, me encantaban los días así, me resultaban acogedores, no era tan frío como en Nifilheim pero si era agradable, me recordaba a los días en los que estaba con mi padre al lado de una hoguera, el fuego nos calentaba a mis hermanos y a mi y él nos contaba historias, eran buenos tiempos.

- Veo que lo pasaste mal.

- ¿Por qué lo dices?

- Ya sabes, la prueba... Tú padre.

Es cierto, mi padre ya no estaba, era tan difícil de creer, no parecía real lo que estaba viviendo y ya ni siquiera sabía qué sentía, era confuso, es como si hubiese pasado la tormenta en tan poco tiempo, era extraño e injusto pero no podía culpar a Alastor ni Annan, ellos no comenzaron con el conflicto, si algo sentían era arrepentimiento.

- Estuve pensándolo por un tiempo... y solo puedo decir que no es culpa tuya.

Él me voltearía a ver rápidamente, no esperaba escuchar esas palabras salir de mi boca, lo veía en sus ojos.

- Tú...

- No le demos muchas vueltas - por algún motivo no pude evitar sonreír, aún después de todo lo que pasó se sentía seguro el templo, junto Azazel y Akatsuki, Hinoka, Jiro y Tomari rondando, también Bruz y Hawk y todos ellos.

Al final estábamos todos juntos metidos en esto, Alastor no era un enemigo después de todo, ni el ni ninguno de los capitanes.

- Jajaja, eres alguien increíble Asbeel, espero que nos llevemos bien.

- Cuenta con ello.

Alastor extendería su mano y yo la estarecharía sin problemas, definitivamente había conocido a una gran persona.

- Cuento contigo.

- No te decepcionaré - Me lanzaría una sonrisa de vuelta y empezaría a irse, yo simplemente me quedaría observando el cielo, era increíble, me gustaba estar rodeado de estas personas.