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Chapter 38 - Capitulo 36 - Arcadia (4)

En aquella oscura gruta Samantha paso varios minutos haciendo algunos planes con las mujeres rescatadas, aunque estaba preocupada de que llegara alguna patrulla Goblin, las mujeres le explicaron que eso no pasaría, ya que al parecer solo los hobgoblins tienen permitido usar a las hembras de otras especies, o de otro modo no lograrían durar ni una semana bajo el asalto de los innumerables goblins.

Esto simplificaba todo, porque los Hobgoblins al tener una inteligencia superior cambiaron un poco su naturaleza salvaje adoptando algunas costumbres humanas, por lo tanto a menos que fuera de noche no entrarían en aquel lugar.

Con todo esto Samantha volvió a sumergirse en las sombras mientras las mujeres revisaban a los hombres de la "habitación" (por darle un nombre) contigua.

Samantha nuevamente se enfrentó a aquel tenebroso jardín lleno de flores mientras contenía la respiración y se movía lentamente por el borde hacia el extremo opuesto, ese presión invisible asaltando sus sentidos le advirtió del enorme peligro que representaba aquel lugar, probablemente una amenaza al mismo nivel que aquella quimera, pero a diferencia de aquel monstruo este enemigo no se pudo identificar a simple vista.

Es parte de la naturaleza humana temer más a aquello que uno no puede ver a simple vista, ese pensamiento apareció en la mente de la joven cuando se acercaba a su destino lentamente, al final del camino incluso volvió a sentir como la presión desaparecía nuevamente dentro de aquel jardín.

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En un amplio espacio con solo una escasa luz producida por la iluminación de algunas antorchas, se pudo observar a simple vista la basta humedad proveniente del pequeño estanque ubicado en el extremo de la habitación, el constante sonido de goteo proveniente de las rocas en la altura causaba una extraña sensación de malestar.

Probablemente aquel estanque se formó naturalmente después de días, meses o años de constante erosión, esto le dio al lugar un peculiar olor a humedad que parecía aferrarse a todo aquel que ingresaba, era molesto... muy molesto, el constante sonido de las gotas al caer en el estanque, sumados al olor del lugar parecían confundir los sentidos y distraer la atención de aquello que se ocultaba en la oscuridad.

A solo un metro de aquel estanque, encadenadas contra los muros se encontraban cerca de cinco mujeres.

Al igual que el modelo anatómico de Da Vinci, con piernas y brazos extendidos, estaban suspendidas a unos centrípetos del suelo sin tener siquiera la oportunidad de mover un músculo, en sus rostros se pudo ver una mirada perdida con ojos vacíos sin ningún rastro de esperanza, el solo imaginar por lo que pasaron para terminar en tal estado pudo enviar un escalofrío a la columna de la persona más valiente.

Crack... El pequeño crujido en la distancia resonó en aquel lugar claramente rompiendo aquella calma y monotonía, entonces desde el estanque una onda se formó cuando la cabeza de una persona surgió examinando en silencio el lugar.

"Una rata." - Una espeluznante y fría voz salió de aquel ser oculto que solo mostraba sus dos brillantes ojos verdes, entonces las ondas en el estanque crecieron cuando se movió lentamente hacia el borde, revelando a su vez con cada paso la totalidad de su aspecto.

Largo cabello verde oscuro hasta las caderas, una impresionante piel blanca como la leche, además de una variedad de ramas y raíces creciendo desde su espalda y sus caderas creando una vestimenta natural que cubría su torso y piernas dejando solo sus brazos y abdomen descubiertos, su cuerpo era esbelto y alto llegando fácilmente a los 2 metros de altura, las facciones de su rostro eran delicadas pero estaban lejos de ser femeninas.

Sus orejas eran puntiagudas lo que permitirá que cualquier confundiera a tal ser con alguna clase de elfo, sin embargo no hubo algo que pudiera dejar en claro el género de aquel ser, puesto que incluso su voz sonaba suave con un extraño tono neutro, si tuviera que ser descrito de alguna forma seria como andrógino sin duda.

"Puedo sentir los rastros de tu presencia... muéstrate o tomaré medidas por mi cuenta." - el ser hablo al vacío mientras sus ojos examinaban cualquier lugar dentro de la sala que le diera una pista del intruso, fue entonces que a una distancia cercana a dos metros la oscuridad pareció tener vida cuando la figura de una mujer comenzó a aparecer lentamente, como si de una ilusión se tratase y desde un inicio hubiera estado ahí.

"Sigh... realmente necesito más entrenamiento, o solo seré capaz de ocultarme de los monstruos de bajo nivel." - La melodiosa voz de la mujer combinada con su apariencia atrapo la atención de la criatura andrógina dejándola atónita por un momento.

Una hermosa cabellera blanca con ojos azules que parecían atrapar el alma misma, labios rojos sumados a sus delicados rasgos femeninos dieron una extraña aura de sensualidad que provocaron los sentidos de quienes la vieron, era como si la persona misma estuviera diseñada de tal forma que incitara a otros a cometer un delito.

Su figura de reloj de arena con un par de senos turgentes, cintura pequeña y amplias caderas la hicieron parecer una verdadera modelo.

"¿Q-quien eres?" - pregunto saliendo de su aturdimiento aquel ser andrógino mientras contemplaba fijamente la figura de Samantha que normalmente se encontraba oculta bajo aquel abrigo.

Actualmente su atuendo consistía en una blusa oscura que dejaba al descubierto sus brazos y abdomen mientras mostraba el suficiente escote, en sus caderas hubo una minifalda negra con franjas violetas colocada sobre un par de leggins cortos que solo llegaban a cubrir lo importante, sus piernas estaban cubiertas por un par de medias que llegaban hasta sus muslos también cubiertos por un par de botas hechas a medida hasta la rodilla.

"Mmm... yo soy solo una viajera que perdió algunos amigos y paso a buscarlos, ¿no sabrás que pudo pasarles?" - Samantha pregunto mientras señalaba casualmente al grupo de mujeres encadenadas al muro, aunque en lo profundo de sus ojos la ira contenida parecía estar a punto de estallar.

La criatura pareció dudar un poco mientras levantaba su guardia sobre aquella misteriosa figura, aunque hubo un extraño sentimiento de codicia y posesión naciendo en lo profundo de su cuerpo, por lo que no se percató de la extraña espada sujeta en las manos de Samantha.

El brillo en los ojos de Samantha se intensificó por un instante cuando termino de analizar a su oponente.

[****** Spriggan Nv 25]

"Ellas han recibido el honor de ser seleccionadas como incubadoras para mis hermanos." - explicó el spriggan sin mostrar emociones en su voz, aunque su mirada se detuvo durante un segundo en una de las mujeres mostrando una ligera fluctuación.

"Ya veo, supongo que si quisiera llevarme a una de ellas de forma pacífica no lo permitirías, ¿No es asi?" - cuestiono Samantha tranquilamente mientras fijaba su mirada en una de las mujeres encadenadas, después de todo la razón por la que vino a este lugar fue por ella.

"No puedo permitir que te las lleves... pero no necesitas preocuparte por ellas, ya que sin duda nuestra madre estará encantada de que te unas a ellas." - el Spriggan lo dijo de tal forma que parecía estarle haciendo un favor a Samantha, pero al notar la falta de reacción de la joven, decidió tomar las cartas en sus manos.

Desde sus brazos crecieron una gran cantidad de enredaderas las cuales atacaron a Samantha, no obstante antes de poder tocarla la imagen de Samantha se difuminó en la oscuridad nuevamente.

El Spriggan agudizo sus sentidos mientras retiraba sus enredaderas, estas terminaron envolviendo a su cuerpo igual que una armadura mientras retrocedía lentamente buscando cualquier señal de la mujer, fue entonces que el mundo se volcó cuando perdió el control de su cuerpo, su cabeza golpeo el suelo cuando todo se oscureció.

"No importa la raza, una vez que cortas la cabeza terminan igual." - Samantha limpio la hoja de su espada antes de volver a cubrirse con su abrigo ocultando nuevamente su cuerpo en la oscuridad, entonces se acercó lentamente a las mujeres encadenadas.

En el muro se encontraban 5 mujeres con diferentes características, siendo identificables tres humanas, una Elfa y una semihumana cat-kin (orejas y cola de gato), dos de ellas mostraban un vientre abultado lo que indicaba que su estado era delicado, estas eran una de las humanas y la Elfa.

Ninguna de las mujeres mostraba signos de abuso a pesar del obvio hecho de que sus cuerpos estaban totalmente desnudos, lo que implicaba que no fueron entregadas a los Goblins y en cambio fueron separadas desde el inicio.

"Sigh. Lamento haber tardado tanto en llegar..." - La mano de Samantha acaricio suavemente la mejilla de Vanesa quien reacciono al contacto con un fuerte temblor, probablemente asustada de un posible atacante. - "Tranquila, no te haré daño."

La joven liberó las restricciones de la mujer con excepción de su boca, ahí se encontraba una extraña raíz rojiza enroscada como una cinta impidiendo que hablara o pronunciara mayor sonido que algunos gemidos ahogados.

Cuando su cuerpo fue liberado cayo pesadamente en los brazos de Samantha quien la recibió amablemente con su verdadera forma, todo con la esperanza de que la mujer pudiera recordarla después de más de un mes de no haberla visto.

"¡¡Mmm!!" - Al sentir su cuerpo libre de restricciones, Vanesa reacciono violentamente tratando de liberarse del agarre de Samantha, pero al final su fuerza fue insuficiente y aparte de algunos pequeños rasguños no logro hacer más.

"Tranquila, soy yo... todo estará bien..." - fue solo entonces que las palabras de la joven entraron a sus oídos y por primera vez vio atentamente a Samantha quien la abrazaba fuertemente, para evitar que intentara escapar.

El recuerdo de aquella chica que encontró herida en medio de la calle y quien resulto tener un impresionante fondo volvió a su mente, cuando sintió el calor de su cuerpo una corriente de lágrimas broto de sus ojos, mientras trataba de refugiarse en la joven que tuvo menos de la mitad de su edad.

Samantha aumento la fuerza en sus brazos mientras veía como las otras mujeres encadenadas fijaban sus ojos en ella, todas con lágrimas y quizás un poco de esperanza.

"Sigh... va a ser más difícil de lo que pensé." - Murmuro la joven en aquella oscura habitación.

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Después de varios minutos Samantha libero a las 5 mujeres encadenadas y se preparó para partir del lugar, esto la dejo en un serio problema puesto que las dos mujeres embarazadas necesitaban apoyo para poder moverse y aun así no serían muy veloces, por otro lado, las otras tres estaban en mejor condición, no obstante, por la falta de movimiento durante un tiempo tan prolongado sus movimientos eran totalmente rígidos.

Aun así, a diferencia de Vanesa que era un ama de casa normal, tres de ellas eran aventureras lo que permitió que se recuperaran en poco tiempo, por lo menos lo suficiente para escapar del lugar, sin embargo, al final aun sería una verdadera hazaña si las cinco lograran escapar.

"Supongo que no queda de otra, solo tengo 3 disparan así que toca apostarlo todo... ¿están listas?" - Pregunto Samantha habiéndose puesto de acuerdo con las tres mujeres de antemano, estas solo asintieron y avanzaron lentamente hacia la única salida de aquel lugar, directamente al centro de la gruta y aquel tenebroso jardín.

Una vez en el centro Samantha avanzo mostrando su cuerpo desde las sombras por primera vez, esto causo que la enorme presión golpeara su cuerpo como un martillo causando que detuviera sus pasos, aun así, Samantha apretó los dientes y camino rodeando el jardín lo más que pudo.

"Así que decidiste mostrarte, estaba pensando que seguirías merodeando por mi territorio como un ladrón hasta que te sacara por la fuerza." - una pequeña risita salió junto con aquellas palabras desde el centro de aquel jardín. - "Vaya, sí que eres una linda ladrona, quizás debería conservarte para mí."

Samantha ignoro las palabras mientras sus ojos aumentaban su brillo azul permitiéndole ver con claridad una enorme llama verde justo en el centro del jardín de flores, cuando la llama desapareció vislumbro por primera vez la encantadora figura de una mujer.

Lo cierto es que si bien era claro que era una mujer, era un ser más cercano a quizás un espíritu o un árbol, sus brazos, piernas, pecho y rostro estaban cubiertos de una bella piel blanca con un ligero tono verdoso, su cabello largo hasta los tobillos estaba entrelazado con algunas ramas y hojas, y por ultimo estaba su abdomen... su abdomen conectaba su pecho con su cadera, pero este se veía ligeramente traslucido como si fuera un cristal con luces de colores, aunque por dentro aun pudo apreciar los órganos de aquella mujer.

[Morgana Ancient Spriggan Nv 51]

"Verdaderamente tienes unos ojos especiales pequeña..." - la expresión sonriente de la mujer cambio cuando los brillantes ojos azules de Samantha se enfocaron en ella, pareció que por primera vez desde que se encontraron vio a la joven como una digna oponente.

"¿Sabe?, es un completo desafío estar frente a usted señora... me temo que no podre quedarme acompañándola por más tiempo." - una sonrisa ligeramente torcida se formó en los labios de Samantha mientras pronunciaba sus primeras palabras frente al abrumador enemigo ante ella.

"Jajaja y dime pequeña, ¿cómo planeas irte?" - Morgana volvió a sonreír como si la declaración de Samantha no fueran diferentes a una divertida broma, porque si bien era cierto que se sorprendió por los ojos de la joven, aun confiaba en que no hubo forma de que perdiera si peleaban. - "Creo que deberías rendirte pequeña, si te quedas tranquilamente a mi lado puedo prometer..."

Las palabras de la mujer fueron cortadas cuando un poderoso rayo oscuro atravesó el espacio directo hacia ella, pero Morgana simplemente se movió a un lado esquivando el poderoso ataque, aunque esto causo que la mayoría de flores a su alrededor quedaran quemadas solo por la energía producida por aquel rayo.

¡¡¡Bang!!! se escuchó la explosión del rayo contra el muro a espaldas de Morgana quien estaba a punto de contraatacar cuando el sonido de piedras cayendo y derrumbándose llamo su atención, entonces volteando la vista vio como el muro se fracturo provocando un colapso que cubrió el camino por el que llego Samantha por primera vez.

"Muy inteligente, sin embargo, separarme de los Goblins no aumentara tus posibilidades de vencerme, pequeña." - La mujer enfoco sus ojos en Samantha nuevamente mientras en su mano un ligero brillo verde se condensaba lentamente.

"Me has entendido mal, yo no puedo vencer a alguien de tu calibre... así que desde el inicio no lo intente..." - declaro Samantha con total confianza cuando el segundo rayo salió disparado de sus manos, en ese momento como una reacción natural Morgana disparo una onda de energía verdosa directamente contra Samantha con intención de bloquear su ataque.

Pero al final quedo desconcertada cuando el ataque de Samantha fue lanzado en dirección al techo de aquel espacio, su corazón se apretó cuando un mal presentimiento la golpeo, fue justo en ese mismo instante que vio como su propio ataque golpeaba a Samantha lanzándola directamente contra los muros.

Crack... el muro se agrieto cuando el cuerpo de Samantha se hundio profundamente rompiendo el hechizo de su amuleto y revelando su verdadera forma, la Spriggan se preparó para cualquier tipo de ataque proveniente de la joven, pero para su decepción Samantha no movió un musculo.

Crack... el sonido de las grietas continúo sonando cuando descubrió que el muro tras Samantha parecía que continuaba fracturándose, fue justo eso lo que le recordó el colapso de la entrada al jardín y giro su mirada rápidamente hacia el techo donde golpeo el rayo de Samantha, por un breve momento el horror se reflejó en aquellos ojos verdes de Morgana.

"Maldita..." - Murmuro la Spriggan cuando vio como el las rocas del techo colapsaban sobre ella, en su rostro una pequeña sonrisa se extendió cuando hecho una última mirada a Samantha quien habia desaparecido en algún momento del agujero en el muro.

¡¡¡¡Bang!!!! Las rocas enterraron el cuerpo de Morgana junto con aquel sangriento jardín, antes de continuar extendiéndose por todo aquel espacio abierto igual que fichas de dominó acomodadas una después de otra.

En el pasillo lateral las 5 mujeres se movían lentamente mientras ayudaban a cargar a Samantha en un maltratado estado, sus expresiones ansiosas y preocupadas mientras intentaban acelerar el paso dando pequeños vistazos a sus espaldas con miedo de encontrar algún perseguidor.

Ninguna de ellas se dio cuenta que los ojos de Samantha brillaban más que antes en aquella oscuridad mientras su sonrisa torcida se ampliaba ligeramente.

"Je... gane vieja bruja." - pronuncio la joven mientras se adentraba en la oscuridad junto a un grupo de mujeres desnudas.

Aun no estaban a salvo.

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Nota del Autor: Si esperaban una emocionante escena de combate y sangre caliente... no paso, jajaja

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