/10:50 PM Día 14/
"Sigh." Suspiré al sentir la suave cama en mi espalda, después de todo, las camas en este castillo eran de una calidad mucho mayor a la posada.
"Mmm, ¿realmente son tan cómodas?" - cuestionó Hanna, quien estaba parada frente a mí, usando un corto vestido blanco.
Sin respóndele estire mis brazos invitándola.
Ella me miró por un momento antes de saltar.
"¡¡¡Agh!!!" - di un grito ahogado cuando al caer su rodilla golpeó mis joyas.
"¡¡Ahhh!! ¡¡Perdón, no fue mi intención!!" - se apresuró tratando de acariciarme para quitarme el dolor....
"¡Espera! ..." - caos.... Maldito loki, algún día me vengare.
"....."
Unos minutos después, nuevamente estaba en la cama, esta vez Hanna estaba sobre mí.
"De verdad lo siento, ¿no quieres que revise si está bien?" - me pregunto, mientras su mano bajaba por mi abdomen.
Sintiendo como ella deslizaba su mano dentro de mí pantalón, yo estire las mías por su espalda baja.
Así, cuando ella me envolvió con su mano, yo tomé su trasero con ambas manos.
"Jon... ¿Me quieres?" - pregunto con los ojos húmedos, en su mirada ansiedad y expectativa mezcladas.
"Yo... Creo que no dudaría en dar todo por ti... Si no te quiero... entonces no sé a quién podría querer..." - conteste antes de acercarme y besarla.
Después de un momento, me separe de ella. - "En este mundo caótico, te has vuelto mi ancla."
"Nos hemos vuelto, ¿verdad?" - dijo con un ligero puchero en sus labios.
"Al menos, siempre sabrás que soy la primera." - después de terminar, volvió a besarme.
Sin querer perder, comencé a besarla con más fuerza, mi lengua entrelazada con la suya.
Moví una de mis manos hacia su pecho y comencé a amasarlo como un bollo, mientras la otra seguía apretando su regordete trasero.
"Haaa... Jon.…" -Después de tomar aire, Hanna dijo mi nombre, mientras me miraba a los ojos.
No necesitaba más para entender su mirada, la tomé y giré rápidamente, quedando sobre ella.
"¿Estas segura?, una vez pase, jamás te permitiré dejarme" - le dije con una mirada seria.
"¡Mph!, eso no deberías preguntarlo.... Idiota." - dijo resoplando, sin mostrarme su mirada.
Sin pensar más, me quite rápidamente la ropa y ella simplemente enrollo el vestido que tenía, mostrando sus hermosos pechos, y sus grandes y blancos muslos.
La bese nuevamente, a la vez que colocaba mi miembro en posición.
Ella se tensó al sentir como tocaba su entrada, y envolvió mi cuello para besarme.
Tomándolo como señal, empujé con fuerza hasta que sentí como rompía algo.
"Ngh." gimió suavemente cuando le quite su virginidad, sin embargo, envolvió sus piernas en mi cintura dando un mensaje claro.
Seguí empujando hasta que mi punta tocó el fondo...
"Mmmm.... Jon." - volvió a llamarme al sentir que no me movía.
Pero en lugar de responder, volví a sellar sus labios, mientras estimulaba sus pezones con mis manos.
"Ngh..." Cuando sentí que se había relajado de nuevo, comencé a moverme de nuevo.
Retirándome antes de volver a empujar hasta el fondo...
Aumentando el ritmo pocos poco, "Ngh... Jon... Ngh" - sus gemidos resonando en la habitación.
Ella envolvió sus manos en mi espalda mientras la embestía, tratando de acercar más nuestros cuerpos.
Así seguimos, hasta que sentí como la presión aumentaba en mi miembro.
"Hanna voy a.…" dije tratando de salir de ella.
Pero contra todo pronóstico, Hanna en envolvió sus piernas a mi cintura con más fuerza impidiéndome salir.
Sin más opción, y mentalizándome, empuje con fuerza hasta el fondo, antes de soltar mi carga.
"Ngh... Tan caliente…" - gimio fuertemente mientras doblaba la espalda cuando llene su interior.
Después de tomar un respiro, me recosté a su lado y ella volvió a mi pecho.
"Haa... Quisiera quedarme contigo siempre." - dijo exhalando un suspiro caliente.
"Yo no tengo pensado dejarte ir, ¿sabes?" - le dije mientras movía el pelo de su rostro - "eres mi mujer."
Así nos quedamos ambos, en un cálido momento donde confirmamos como nos sentíamos.
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/0:12 Am Día 15/
PV: Margaret
Estaba sentada en mi estudio, a mi lado, se encontraban mis fieles sirvientes e Isabelle, quien era una aliada indiscutible.
"¿Lo confirmaste?" - Pregunté a Teresa, quien había regresado de mí encargo.
"Si mi Señora, todos están descansando en sus habitaciones." - dijo con un leve asentimiento.
"Sigh. ¿Jon está...?" - pregunté con un poco de duda.
"Así es, él se quedó con la señorita Hanna." - volvió a confirmar Teresa.
"Sigh." No pude evitar volver a soltar un suspiro, a pesar de saberlo aún tenía que confirmarlo.
"Está bien, dime Isabelle, ¿vas a informarlo?" - le pregunté, a quien también es la sacerdotisa principal de la ciudad.
"No te preocupes, el informe será claro." - declaró con una ligera sonrisa, provocando que los demás nos tensáramos. - "Un grupo de perdidos, llegó a la ciudad poco antes de abandonarla, tomando el norte como su ruta."
Ella continuó sus palabras, lo que solo nos asustó en vano.
"Después de enviar algunos exploradores a buscarlos, confirmamos que entraron en el territorio de [La Reina de Hielo]." - finalizó su explicación con una ligera mirada burlona.
El silencio gobernó la habitación un momento.
"¿Estas segura?, podrías tener muchos problemas por esto. " - exprese con sincera preocupación por mi amiga.
"Tch. Esos malditos de la Central, ellos mintieron respecto a los "perdidos", los países también deben saberlo, por eso los usan como mercancía o esclavos de guerra." - lo que dijo era cierto.
Cualquiera puede notar como crecen más rápido, y sus conocimientos son amplios, por lo que aprenden habilidades rápidamente.
Precisamente por eso dan miedo, son muchos y se vuelven fuertes. Si se unieran podrían superarnos fácilmente.
"Mmm tienes razón, daré un informe similar, y esconderemos sus apariencias un poco." - el vizconde mandara espías sin duda.
"Jon quiere ayudarme, así que le pediré que revise los pueblos cerca, de esa forma se volverá fuerte más rápido." - era la mejor opción, una vez sea lo suficientemente fuerte, los nobles dudarán en ir contra el fácilmente.
"Tendré que pedir tu ayuda para eso Teresa." - dije mirando a la mujer que fue como una segunda madre para mí.
"Haré lo que desee mi Señora." - asintió firmemente
"Tendremos mucho trabajo Isabelle." - le dije dando por terminada la conversación, sin embargo, Isabelle interrumpió diciendo algo más.
"Sabías qué en el Oeste, ¿el Ducado de Graywall ha caído?" - preguntó abruptamente Isabelle.
Graywall es un ducado no muy grande, está ubicado en la frontera de nuestro reino, el Duque es un hombre conocido como "Charles el Dragon." Bastante conocido por alcanzar el nivel 51 a sus 39 años, su pequeño país ha continuado creciendo, también jamás lo han vencido en combate.
"¿Como pasó?" - pregunté con evidente sorpresa.
"No lo sé, la iglesia bloqueo la información, lo único que sabemos es, que el Duque está muerto, y que la última comunicación decía [perdidos]." - escuchar sus palabras me sorprendió, y entendí porque lo menciono.
"Sigh. Sin duda serán días agitados." - Dije en ese momento, sin imaginar lo a ir iba a llegar.
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En una sala espaciosa en el centro del Reino Light Moon, estaba el Soberano, el Rey del Reino, mirando con atención a sus más leales súbditos.
"Lo que dices ¿es cierto?, General Brighs." - pregunté, esperando que haya sido un error.
"No, su Majestad, el mensajero llegará en una semana, pero el mensaje decía [si no liberamos a todos los perdidos y les otorgamos los derechos básicos, ellos nos declararán la guerra.]" - repito sus palabras en confirmación.
"¡Malditos Bastardos!" - bramo el ministro de finanzas. -" son sólo unos animales humildes, debería mandar el ejército y suprimirlos a todos. "
"¡Estupideces!, su ejército es la mitad del nuestro, pero la mayoría de sus soldados son de nivel superior." - contradijo el general. - "Además si concentramos el ejército ahí, ¿qué haremos con [la Península Crescent]?, ¿planeas abandonar toda la región este?"
Preguntó exasperado el general, lo que terminó con el ministro en silencio.
Entendía el porqué, la idea de usar a los "perdidos" fue suya.
"Sigh. Al final, tendremos que pagar por nuestra codicia." - dije desviando mi mirada hacia el techo.
Sabía que era un error, pero al final me deje vencer por la codicia y ahora eso nos golpeara.
"Y tú, Dante, ¿cuál es la situación de tu lado?" - le pregunté al último hombre que se había mantenido en silencio desde el inicio.
"Su Majestad, la situación en la península se deteriora, el Comandante Karl quien fue asignado, ha gastado recursos para hacer fiestas y complacer a los Nobles" - dijo con voz firme mientras se inclinaba.
"Tonterías, es normal que se reúna con los poderes, para organizar la defensa." - nuevamente el ministro interrumpió.
"No interrumpas de nuevo o te pediré que esperes afuera." - declare con voz firme. - "continúa Dante"
"Como decía Majestad, el comandante dejó las tropas a sus anchas, lo que ha puesto el orden de la zona en caos, los Nobles abusan de los ciudadanos cada vez más, y lo peor de la situación fue que la Baronesa Margaret regresó." - estas palabras sorprendieron a los presentes, después de todo, creíamos que la niña habría muerto.
"¿Como podría ser malo eso?, ella sigue siendo la regente de toda esa región." - dije sin comprender sus palabras.
"Permítame explicarlo Majestad, ella logró salir del bosque, justo después de la batalla, atravesó varias de las tropas enemigas que estaban dispersas. " - hizo una pausa para que digiriéramos la información. - "Esto fue gracias a un grupo de [Perdidos], más de 10, principalmente mujeres, la rescataron y sacaron a salvo del lugar."
Sentí un pequeño escalofrío cuando entendí.
"Al parecer, el Comandante exigió que los [Perdidos] le fueran entregados para obtener información, sin embargo, había las de 1000 soldados con la misma información." - continuó sus palabras, dando una ligera mirada al ministro.
"Después de eso, se dedicó a acosar a la Baronesa, uso su autoridad para desestimarla ante el Gremio de Mercenarios, hay un reporte en la sede para más detalles, y uso a los caballeros para controlar todos los movimientos de la Baronesa." - con cada palabra sentía como se oscurecía la cara de todos los presentes.
"No sólo eso, los Nobles que enviamos desde aquí, comenzaron a imitar sus acciones, y para terminar la situación, cuando el Vizconde Alexander apenas llegó a la ciudad, mandó a capturar a los [Perdidos]" - sin detenerse continuó enumerando las acciones.
"Uso su autoridad para quitar propiedades del Gremio de Aventureros, y al ver que lo anterior fallo, durante la noche, mando a sus hombres a realizar un ataque a la locación de la Baronesa. " - tomó otro momento para que procesáramos sus palabras.
"Todo fallo, la Baronesa sospecho y se retiró a su territorio, así que el Vizconde está reuniendo tropas para asediarla." - concluyó su informe, sin retraer su mirada fría en ningún momento.
Todos estábamos en silencio, después de todo, esta situación no hacía más que empeorar.
"Quiero que vuelvas, lleva a tu fuerza punitiva y tráelos ante mí." - di la orden directa. - "Deja a la Baronesa tranquila"
"Su Majestad, si tuviera que agregar algo más..." - dijo con dudas, por primera vez desde que llegó. "Es probable que llegue un enviado desde la península"
Eso sin duda me sorprendió, pero al final ya estaba preparado.
"Muy bien, aclararemos la situación cuando lleguen los enviados." - mirando al ministro declare. - "quiero que proclame prohibición a perseguir o comerciar con [perdidos]"
"P-pero... Si, Majestad" - Iba a refutar, pero terminó aceptando cuando recibió la mirada desde el general.
"General Brighs, preparémonos para la peor situación." - me levante al terminar y camine a mi habitación.
Por la ventana observé la luna y pensé en esa niña.
Margaret Blackwood, con 16 años tuvo el valor y sabiduría que yo no.
"Sigh." Solo rezaba a los dioses no perder mi reino.