Mi padre hablo con una voz ligeramente ronca. Se enderezo y me miro, domando su cabello despeinado.
"Buenos dias, papá."
"Buenos dias. Ayer te quedaste dormida tan pronto como subiste al carruaje. ¿Estás bien ahora?"
Él me miro con preocupación. Me eche a reír cuando miro a mí alrededor cuidadosamente. Mi vacio corazón se sintió un poco cálido.
"Estoy bien, papi. Siento que te preocupes por mí, papa."
"Suena bien. Hmm, Tia."
"¿Si?"
"¿Me dirías lo que paso en el templo?"
"Eso fue…"
Yo estaba sin palabras. ¿Qué puedo decir? Fui asesinada a los diecisiete años por cargos de traición, pero cuando abrí los ojos, ¿tenía diez años otra vez? ¿No era más que una sustituta de la niña elegida? ¿Yo había escuchado la profecía de dios de los elegidos entre los sacerdotes que sirven a dios?
Me calle porque no podía decir nada de eso. Él pensaría que estaba loca si le dijera eso porque mis recuerdos como una chica de diecisiete años solo existían en mi mente y aún no han ocurrido.
Mirándome en silencio, mi padre dijo: "Recibieron la profecía de dios cuando estabas en la sala de oración. Todos en el templo estaban emocionados."
¿De qué diablos está hablando?
"Bueno, la profecía de dios era que te daría un nombre."
Ahora que lo pienso, solo cuando me dieron mi segundo nombre, Piona, sentí que todo el lugar vibraba en mi mente. ¿Fue la profecía de dios? Dios mío, ¿era esta su recompensa?
"Entonces…"
"Entonces, Tia. Su majestad quiere verte."
"¿Su majestad?"
"Si."
Como nunca recibí la profecía de dios, era cierto que el me llamaría. Suspire con ansiedad. En el pasado, a menudo tenía una audiencia con el emperador, pero esta vez era diferente.
En el pasado, el emperador me veía como la próxima emperatriz y como su nuera, pero esta vez intentaba verificar la profecía de dios, mi nombre.
"Está bien ¿Cuándo se supone que debo verlo?"
"Me dijo que quería verte tan pronto como despertaras."
"Está bien, déjame prepararme para verlo entonces."
"Si, por favor."
Después de que mi padre salió de la habitación, alenté a las doncellas a hacer los preparativos necesarios para mi audiencia con el emperador. Como no podía mantenerlo esperando por mucho tiempo, me prepare lo antes posible.
"Keiran, es bueno verte aquí."
"Arkint."
"Si, capitán."
Cuando caminaba hacia el Palacio Central, dos hombres uniformados se acercaron.
Cabello rojo y ojos rojos y la misma apariencia: eran el duque Lars y su hijo mayor.
Me incline y sonreí gentilmente. Cada vez que los veía, sentí que el hijo era un pedacito de una manzana vieja.
"¿A dónde ibas? Hmm, parece que vas a ver a su majestad ya que estas con tu hija."
"Si, así es."
"No te preocupes demasiado. ¿No es él prudente?"
"Lo sé, pero…"
"Bueno, como tengo algo que informarle, vámonos ahora", dijo el duque Lars, quien le dio una palmadita en el hombro a su padre.
Después de despedirme, me dirigí al Palacio Central con mi padre y el duque Lars. Cuando llegue a la sala de audiencias, mire a mí alrededor y respire hondó. Mi corazón comenzó a latir más fuerte.
"El Sol del imperio, Su majestad esta aquí."
Todos nos levantamos del asiento. Se abrió una puerta pesada, y pronto entro un anciano de cabello gris.
"Me siento honrado de ver al Sol del Imperio, Su majestad."
"Adelante, duque y marques. ¿Es tu hija?"
"Si, su majestad."
"Aristia La Monique tiene el honor de ver al Sol del Imperio."
El emperador era Mircan Lushana Castina, quien revivió el imperio que estaba en un declive lento. Él entro con orgullo. En sus ojos había confianza, dignidad y un aura autoritaria que solo podía provenir del gobernante que controlaba el imperio. Siguiéndolo estaba un hombre de cabello verde.
"Solo sal afuera mientras los estoy viendo."
El emperador guardo silencio mientras todo su personal, incluido el Chambelán principal, se fue. Después, comenzó a hablarnos: "Bienvenidos. De hecho, tengo algo que consultarles."
"Por favor, continúe, majestad."
"Parece que todavía hay algunos reinos que son desleales a nuestro imperio. Incluso si no tenemos que castigarlos, creo que deberíamos estar preparados para su posible rebelión. Por lo tanto, estoy pensando en aumentar la cantidad de caballeros y soldados."
"¿De verdad?" Dijo el duque Lars, frunciendo el ceño por un momento.
"No creo que reclutar soldados vaya a ser difícil. Durante los últimos años logramos reclutarlos a un nivel adecuado, así que creo que podemos reclutar mas sin obligarlos."
"Pero su majestad, necesitara mucho dinero para aumentar los caballeros. ¿No cree que va a agotar los recursos financieros?" Mi padre pregunto en un tono preocupado.
"Creo que sí. Estoy pensando en recibir algunas contribuciones."
"¿Cómo?"
"Hay varias formas. Por ejemplo, puedo dar puntos extra a los caballeros al revisar su promoción en función de su donación."
"Pero si lo haces, la calidad de los caballeros disminuirá, Su Majestad."
Escuche la voz fuerte de mi padre. Podía entenderlo porque, como caballero, mi padre no podía permitirse el lujo de ver que la calidad de los caballeros disminuía.
Pero ese no era el punto ahora. Ladee la cabeza y mire al hombre de cabello verde.
¿Por qué esta callado? Supuestamente fue uno de los caballeros más brillantes del imperio, y debe haber encontrado el problema en la propuesta del emperador.
"Bueno, esta es una situación inevitable. Voy a dar los beneficios a esos caballeros que no reducirán demasiado la competencia general. Si aumentas la intensidad de su entrenamiento, no será un gran problema."
"Entendido, su majestad." El emperador le sonrió a mi padre, quien acepto de mala gana.
"Y voy a aumentar los impuestos. Temporalmente, voy a aumentar los impuestos en un uno por ciento. Para los nobles con propiedades, voy a imponer una tasa impositiva del 3%, y los nobles superiores van a pagar 4%."
Con un suspiro, el duque Lars dijo: "Has atormentado a los nobles desde que eras joven, y todavía estas en ello, su majestad. Aumentara el número de caballeros te dará muchos problemas, ¿y ahora vas a aumentar los impuestos? Esto es demasiado. Este hombre que es ciegamente leal a usted no tendrá problemas con su propuesta, pero soy yo quien se encuentra entre las facciones políticas quejándose de tal propuesta."
"Es por eso que te estoy avisando de antemano."
"Te enfrentaras a una fuerte resistencia por parte de los nobles quejumbrosos, pero no puedes evitarlo.", respondió el duque Lars como si no tuviera otra opción que seguir la orden del emperador, al igual que Veritas y su padre.
Algo vino a mi mente de repente. En mi memoria del pasado, era una política registrada como la mosca en la pomada durante el gobierno del emperador Mircan. Debido a la posible revuelta del reino de Lisa, el imperio decidió aumentar sus gastos militares, por lo tanto que el emperador impuso más impuestos a los nobles para evitar los duros impuestos a la gente del común.
Su intención en si no era mala, pero resulto que el aumento de los impuestos se traslado al resto de la gente en el imperio, incurriendo en su ira. Tres años más tarde, cuando se adopto el nuevo método de impuestos propuesto por Allendis de Verita, el segundo hijo del duque de Verita, que se llamaba como un raro genio, muchas personas desearon haberlo implementado un poco antes.
No importa cuán inteligente sea el duque verita o su segundo hijo, es posible que no sepan el problema que causarían los impuestos adicionales propuestos por el emperador, pero incluso entonces no había nada como la política de contribuciones en ese momento. Sin embargo, ¿Por qué el duque Verita guardaría silencio al respecto?
"Oh, creo que he estado hablando demasiado tiempo de un tema aburrido. Lo siento."
"No lo hiciste, su majestad."
"Por cierto, he oído que eres inteligente. Me pregunto qué piensas sobre lo que acabas de escuchar."
El emperador hablo, volviendo su atención hacia mí.
"Todavía soy joven y aburrida, así que no sé nada al respecto.", respondí.
"¿De verdad?" El emperador se volvió hacia el duque Verita y me miro con recelo.
"Duque, dámelo."
Después de recibir el documento, el emperador saco el sello y volvió a preguntar.
"¿Estás segura de que no tienes ninguna objeción a mi propuesta?"
Cerré los ojos ante su pregunta. Por supuesto, sabía que me estaba probando ahora.
Incluso si fingiera no saberlo, el no implementaría la nueva política de donación como lo fue ahora porque el duque Verita debe haber notado su problema.
Pero, ¿Qué pasaría si firmara la propuesta y la nueva política tributaria entrara en vigencia? En ese caso, no me vería afectado, pero la gente del imperio pasaría hambre durante varios años y se resentiría con el emperador.