Apenas entramos a la tribu los integrantes de esta se nos acercaron, parecían bastante sorprendidos y algo molestos por mi presencia entre los cazadores. Por lo que parece las mascotas no son algo común dentro de la aldea. Sin embargo, el humano que me cargaba solo dijo unas pocas palabras y los humanos a mi alrededor me empezaron a mirar con sorpresa y gusto.
Después de esa grata bienvenida, todo mi comité de bienvenida parece haberse olvidado de mi presencia y empezaron a despedazar los animales muertos traídos. Pude apreciar que no tenían un buen sistema para mantener la carne y que esta no se dañe. Ellos le ponían una sustancia blanca a la carne, que asumo que era sal y luego la metían dentro de una cueva que parecía mucho más fría que su alrededor.
El hombre que me trajo a la tribu no participo en ese proceso, parecía que él era el que daba las órdenes. Y cuando dejo de recibir preguntas de los demás miembros de la tribu, camino alzándome hacia una choza en el centro de la tribu.
Su choza o bueno, la que asumo que era su choza era pequeña en comparación con la de los demás. Había solo dos intentos de camas, era paja en el suelo con pieles encima de ellas. Y en la esquina había una especie de lugar para ropa que era una cuerda amarrada a cada extremo de la choza y sobre ella pieles que parecían ropas.
El humano parecía algo avergonzado por el desastre de la choza, tanto así que me dejo en el suelo y corrió a organizarlo todo. Considere en huir en ese momento, pero hay muchas personas afuera de la choza y mi intento de fuga seria fácilmente frustrado. Además, es preferible vivir en esta choza que en el bosque y ya decidí iniciar mi nueva vida "temporal" como mascota.