Katherina
Cuando escuché pasos acercándose a la choza, supe que el resto de la familia de mi humano había llegado. Eran dos gemelos de 12 años máximo, eran rubios de ojos verdes y muy lindos. Tenían una nariz perfecta, unos labios delgados y rozados. Definitivamente, cuando crezcan van a ser muy populares en la tribu. Ellos eran casi idénticos, pero si te fijabas bien el gemelo (que vamos a llamarlo gemelo A) tenía un pequeño lunar en el labio, se veía muy tierno y si no fuera porque yo soy la mascota aquí, empezaría a consentir su cabeza.
Algo que me impacto fue que no se parecían nada a su padre, si todos eran rubios por aquí. Pero a diferencia de los gemelos, su padre tenía unos ojos grises y sus facciones eran menos delicadas. Si conocieras a los gemelos y a su padre por aparte, jamás pensarías que son familia. Supongo que se parecen a su madre que aún no ha llegado.
La recepción de los gemelos no fue muy positiva. Mientras que el gemelo A me miraba con intriga y fruncía el ceño. El gemelo B me miraba con fastidio, aunque trataba de esconderlo con una falsa media sonrisa. Por lo que, para asegurar mi posición dentro de esta familia tendré que actuar lo más tierna posible.
Por lo tanto, apenas el padre hizo lo que asumo que era una presentación, me puse boca arriba y empecé a mover mis piernas lamentablemente como hice en el bosque anteriormente. Sin embargo, envés de la mirada con ternura que esperaba, me encontré con miradas de vergüenza y el sonrojo de los gemelos.
Si, se veían muy lindos sonrojados y me daban ganas de pellizcar sus mejillas, pero esa no era la reacción que esperaba. Al parecer debería de empezar a investigar mejor, como actúan las mascotas ya que mis acciones no están funcionando como deberían.