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Chapter 73 - 72

—Rui por Dios, mira lo que te hizo ese animal. Tengo que llevarte al hospital, antes que sea demasiado tarde. — Shu sujetó el cuerpo de Rui y se la llevó al hospital.

—La paciente no lo logro, señor. — informó el doctor.

—Que vayas y lo sigas intentando. Ella es fuerte y sé que va a salir de esta, doctor.

—Perdió mucha sangre, señor.

—Hágale una transfusión o algo.

—No se trata solo de eso.

—Te dije que vuelvas y sigas tratando de despertarla. Ella tiene que reaccionar. Te lo ordenó.

El doctor se fue y Shu se quedó ansioso esperando afuera.

¿Por qué, Rui? ¿Por qué hiciste esto? ¿Por qué no me avisaste y preferiste encontrarte con ese infeliz a solas? Te dije que ese tipo no te quiere. ¿Por qué tienes que seguir amándolo? Solo quería matarte y le hiciste la tarea fácil. No te quería para más nada. Ese no siente amor por nada, ni por nadie. ¿Por qué tuvo que ser así? ¿Por qué en los brazos de él? Te dejo tirada como si no fueras nada. No le importó dejarte morir ahí. Te abandonó otra vez. ¿Por qué nunca lo entiendes? A ese maldito infeliz lo voy a matar con mis propias manos.

Pasaron más de 5 horas y el doctor no regresaba. Shu estaba ansioso y maldiciendo todo.

—Doctor… dígame qué tiene buenas noticias.

—Lo siento mucho, pero la paciente no lo logró.

—No, no. Eso no puede ser, doctor.

—Hice todo lo que pude. Ya no hay nada que se pueda hacer.

Shu cayó de rodillas y le daba puños al piso de la ira.

—¡Lo mataré!

Shu se levantó y se dirigió a la casa de Hotaka.

—¿Qué haces aquí? ¿Está todo bien?

—Necesito prepararme. Voy a ir directamente a donde Shiro.

—¿Y cómo lo harás?

—Conozco donde se encuentra en este momento. Por algo lo he estado investigando.

—¿Puedo saber qué ocurrió?

—Mató a Rui.

—¿¡Qué?!

—No quiero hablar más del tema.

Shu se preparó, se puso el chaleco y agarró el rifle.

—Yo te acompaño.

—No, yo iré solo. Quédate aquí. Si no regreso, puedes quedarte con todo. Al final de cuentas ya no tenemos a la cabeza principal del negocio.

Shu se subió al auto y miró la foto que guardaba de Rui en la gaveta del auto. Esto no se va a quedar así. Voy acabar con ese desgraciado. Si fallo, al menos estaré contigo, princesa. Yo no puedo estar sin ti. Eras lo único que tenía y me niego a que me faltes. Shu aceleró el auto y emprendió rumbo a buscar a Shiro.

Rui

—No se supone que haga esto, pero lo hago por ti.

—Gracias, doctor. Le debo una. Voy a pagarle muy bien por esto.

—Aquí tendrás tiempo de mejorarte, Rui.

—Lo sé muy bien.

El negocio fue más importante para ti, Shiro. Interesante. Lastima que para mí tú eras más importante.

Shiro

—¿Quiere que lo acompañe, Sr. Shiro?

—No, no hace falta.

Shiro se dirigió a la casa donde dejó a Rui, pero no la vio por ninguna parte.

—¿Rui? ¿Dónde estás? No juegues así. — la busco por toda la casa, pero no encontró nada.—Eso no es posible. Yo la dejé aquí. No puede estar tan lejos. Tengo que encontrarla. — salió a buscarla en los alrededores, pero nada. —¿Es posible que esté viva? Alguien tuvo que habérsela llevado. Si está herida debe estar en el hospital. — Shiro se subió al auto y se dirigió al hospital.

—Buenas tardes, ¿Hay alguna paciente que se llame Rui Himura.

—Le verifico. — buscó en el computador.

—No, señor. No hay nadie en este hospital con ese nombre.

—Eso es imposible. Verifique bien. — Es el hospital más cercano. Es imposible que haya ido a otra parte como estaba.

—No, señor. No hay ninguna paciente registrada con ese nombre.

—¿Aquí vino una paciente con una puñalada en el costado?

—No sé, señor. Hace poco fue el cambio de turno. No tengo aún esos detalles.

Maldita sea. No juegues, Rui. ¿Dónde estás?

Shu

Shu se acercó a la casa de Shiro, pero se dió cuenta de que su auto no estaba.

—No voy a entrar si ese idiota no está. No voy arriesgarme en vano.

Shu se quedó esperando varias horas, pero no vio movimiento alguno. Estaba ansioso y se fue de ahí. Dió una vuelta por los lugares que más frecuentaba Shiro, pero no lo vio por ninguna parte.

—Parece que te salvaste por hoy, cabrón.

Se regresó al hospital para hacer los trámites correspondientes, pero se dió cuenta que el cuerpo que tenían en la morgue no era el de Rui.

—¿Dónde está el cuerpo de la paciente Rui?

—No tenemos registrado ningún nombre igual o parecido registrado.

—Debe haber un error. Está tarde traje a la paciente y el doctor indicó que falleció. Su cuerpo debe estar aquí.

—No tenemos a nadie con ese nombre, señor. Deberá hablar con el médico.

—De acuerdo.

Shu se dirigió a donde el médico y por suerte aún no se había ido.

—Doctor, ¿Dónde está Rui?

El médico no encontraba qué decir. No pensó que ��l regresaría.

Rui

Sabía que él trataría de matarme y aún así lo permití. Quería saber cuán lejos llegaría. Yo sabía que el negocio para él era más importante, pero pensé que quizás si dejaba a un lado mi orgullo, él me demostraría algo y me equivoqué. Fue un error haberlo hecho. No sabía que tanto iba a doler al saber la verdad, de que dentro de él no hay nada por mí. Fui una tonta y guardé las esperanzas. Shu me lo advirtió y no quise creerle. Tenía que verlo por mis propios ojos para darme cuenta. Se supone que sea yo quien lo odie más, pero es él quien ahora me odia. No pensé que podría sentir dolor otra vez, mi corazón es el que duele ahora. Supongo que es normal. Es la primera vez que literalmente me confieso me rechazan. ¿A eso es lo que llaman el corazón roto?

La puerta se abrió bruscamente y ví la cara de Shu.

¿Qué hace él aquí?

—¡Rui!— se acercó a la camilla y me abrazó.

—Me lastimas.—Por más que le dije eso, él no me soltó.

Escuché que estalló en llanto en mi hombro y no encontraba qué hacer en esta situación. Me quedé en silencio esperando que se calmara, mientras acariciaba su espalda. Nunca lo había visto de esta forma y realmente me quedé sorprendida.

—Estas bien, Rui. Yo sabía que no podía ser posible. ¿Por qué no dejaste que me dijeran? ¿Por qué querías ocultarte?

—No quiero que vengan a rematarme. — sonreí nerviosa.

Suspiró aliviado y secó sus lágrimas.

—Perdóname, yo… — su voz estaba entrecortada y su rostro estaba rojo. —No vuelvas hacerme esto, por favor. Puedes hacerme de todo, menos esto. Su cuerpo estaba temblando y me dió lástima verlo así.

—Lo siento, Shu. Necesitaba estar sola, meditar y recuperarme.

—Ese infeliz. Voy acabarlo, Rui. ¿Cómo pudo hacerte esto?

—No pasa nada. Ya esperaba que lo hiciera. No es nada nuevo, ¿No crees?

—Lo dejaré en paz. Yo debo superar todo esto y abrir los ojos de una vez. Perdóname por no haber escuchado tus consejos. Tenías razón en todo lo que dijiste. Acabo de descubrir lo tarde, pero seguro. — sonreí y Shu se me quedó viendo.

—Rui, cásate conmigo. Sé que no me amas, pero prometo intentar conquistarte. Te daré todo lo que me pidas, no diré una sola palabra si no quieres, no te voy a celar demás o a incomodarte. No haré nada que no quieras. Date una oportunidad de olvidarlo todo. Ese tipo no te merece. Te juro que daré todo porque a mi lado estés feliz y para que nunca te falte nada. Dame una oportunidad para borrar esos malos recuerdos.

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