Chapter 20 - 20

Terminamos de grabar, pero esa escena tuvimos que suspenderla para mañana.

—No te vayas. Te llevaré a la casa. Solo espérame un momento mientras hablo con el director— le dije a Ruby.

—¿No tendrás cosas que hacer?

—No, espérame.

Fui hablar con el director acerca del viaje.

—¿Irte? Tú no puedes hacer eso. ¿Sabes el poco tiempo que falta? Todo se ha atrasado por ti. No podemos seguir posponiendo la fecha.

—Lo sé, pero no puedo cancelar el viaje.

—Te la pondré muy fácil; aceptas quedarte y terminar la película, o tendré que sustituirte y darle el papel a alguien más; en este caso, el candidato será Jared.

—¿Por qué ese idiota?

—No hables así. Si no me das seguridad, no puedo seguir perdiendo el tiempo. Tendrás que decidir entre la película o el modelaje. Te daré hasta mañana para que me des una respuesta, o de lo contrario, tendré que tomar medidas.

Yo no quiero dejar el modelaje, y menos después de todos los sacrificios que he tenido que hacer, pero no quiero que Ruby haga la película con ese imbécil, y que haga lo mismo que hemos hecho hasta ahora. No puedo aceptar esto.

Ruby

Estaba esperando a Adrián en la entrada del teatro, y vi a la tal Susan llegar. Se paró frente a mi y lucía molesta.

—¿Eres tú la que tiene el papel ahora de Soledad?

—Sí, ¿Hay algún problema?

—¿Con quién te acostaste?

—Vaya, me exhibiste.

—¿Lo estás admitiendo, bruja? ¿Cómo te pueden dar un papel a ti? Ni siquiera tienes experiencia, y la última vez, ni para el beso supiste actuar; y físicamente mírate, ¿crees que puedes ser una actriz, luciendo como una hipopótamo?

—Jamás me habían halagado tanto. Me siento tan conmovida. Si a ti te llaman actriz, aún con esa apariencia de marimacha, ¿Por qué a mí no? ¿Realmente debajo de esa ropa no hay un pene escondido? Anda, cuéntame — sonreí esperando su respuesta.

Alzó la mano, y la sujeté en el aire.

—Abanícate, que hace mucha calor aquí — sacudí su mano en la cara, y reí.

Adrián

Salí en busca de Ruby, y la vi en la entrada junto a Susan. ¿Y ella qué hace aquí?

—¿Qué está sucediendo aquí? ¿Qué haces en el teatro, Susan?— pregunté.

—La estaba ayudando a abanicarse. Tiene mucha calor, ¿Cierto, mosquita muerta?— sonreí, y le solté la mano.

—Esta mujer trató de golpearme — dijo Susan, parándose detrás de mí y sujetando mi brazo.

Miré a Ruby, y sonrió.

—¿Y por qué te vas detrás de mí? — me solté de su agarre, y me paré al lado de Ruby —. ¿Por qué te va a querer hacer algo ella? Ni siquiera te conoce.

—No pasa nada, Adrián. Tengo sueño. Ya me voy— quiso caminar, y le agarré el brazo.

—Te dije que te llevaría.

—¿Adrián?— me llamó Susan.

—No puedo hablar ahora, Susan. Buenas noches.

Caminé con Ruby al auto, y le abrí la puerta. Me subí y puse el auto en marcha.

—¿Qué fue lo que sucedió ahí?— le pregunté.

—Nada interesante — bostezó, y la miré.

Debe estar muy cansada. Salimos muy tarde del teatro y estuvimos todo el día grabando. No está acostumbrada a esto. De alguna manera quería cortar con el silencio que se había formado.

—Si te ofrecen hacer la película con Jared, ¿Lo harías?

—¿Y esa pregunta?

—Responde.

—¿Por qué me ofrecerían eso? ¿No estamos haciendo la película tú y yo?

—Yo tengo un viaje el miércoles, y no regreso en dos semanas. Lo más probable le den ese papel a Jared. ¿Tú aceptarías trabajar con él?

—Si no queda de otra. Él es muy bueno y tiene mucha experiencia, incluso puedo aprender cosas de él.

—¡Me rehúso! — dije molesto.

—¿Te rehusas? ¿No soy yo quien decido eso?

—¿No te estaría mal entonces hacer lo mismo con él?

—¿Y por qué me va a estar malo? Eso es lo que debo hacer para la película.

—Olvídalo.

—¿Estás esperando que te pida que te quedes?

—Claro que no— quise concentrarme en el camino.

—Te mueres porque lo haga, no lo niegues.

—¿Por qué voy a querer eso? Ya tendrás un buen sustituto.

—Quédate conmigo, huevos de oro.

—¿Eh?

—¿Qué haré sin mi cojín acolchonado? — burló—. ¿Dejarás que alguien más vea a estas dos? — se agarró ambos senos, y los apretó.

Me le quedé mirando, y tuve que parpadear muchas veces para poder volver a mirar el camino.

—No hagas eso, Ruby. Harás que tengamos un accidente.

—¿Por qué? ¿No era a ellas, a quienes estabas mirando hoy? Apuesto que nunca te has acostado con una chica como yo. Si supieras de lo que te estás perdiendo.

—Efectivamente nunca me he acostado con una chica como tú, pero no me estaría malo romper la dieta contigo.

—Hasta que al fin eres honesto. No me importaría ser parte de ese desarreglo— sonrió—. Si no quieres irte en ese viaje que tienes, quédate conmigo y terminemos la película juntos.

—¿Realmente quieres que me quede?

—No te ilusiones, solo lo hago por la película.

—¿No será para sentirme, pervertida?

—También.

El viaje se hizo tan corto, que quería que durara más.

—Gracias por traerme. Nos veremos mañana— sonrió, y abrió la puerta.

Iba a bajarse, pero no aguanté las ganas y entrelacé mi mano en su pelo bruscamente, y giré su rostro hacia mí para besarla. Sé que fue un beso forzado, en realidad lo hice por impulso. Está vez no era Henry quien quería hacerlo, esta vez fui yo. Deseaba sus labios y su lengua; mejor dicho, a ella.