Chapter 332 - 129

—¿Qué me estás ocultando?— acercó su boca a mi oído.

—Suéltame, no quiero estar aquí.

—No me importa lo que quieras. De aquí no te vas, hasta que hables.

—Me estás lastimando, Akira— me soltó según lo dije. Miré alrededor al ver que los hombres de Akira estaban acercándose—. Yo tengo que encontrarlos — dije temblorosa, y corrí hacia el auto, sabía que si corría a otro lado podían dispararme.

—¿Qué tonterías estás haciendo, lisa? — me mostró las llaves del auto y las sacudió —. ¿Dejarás de jugar ya? Tu comportamiento me demuestra que algo está ocurriendo.

—Si no eres tú quien tiene a nuestros hijos, ¿Será Kanji?

—Me dijeron que salieron, pero no se sabe a dónde, ¿Es ese tu miedo o hay algo más? — arqueó una ceja dudoso.

—Tengo que ir a buscarlos. Dame las llaves, por favor.

—No vas a ninguna parte. Vamos a la casa y hablaremos del asunto.

—No hay tiempo que perder, hay que buscarlos.

—Te acabo de ordenar que entres, lisa— me miró amenazante y no tuve de otra que hacerlo.

—Tenemos que buscar a nuestros hijos.

—Ellos solo salieron.

—¿Por qué tus hombres están aquí, Akira?

—Tenía que proteger a mis hijos, ¿Hay algún problema con eso?

—Ellos no querían que estuvieras cerca de ellos ahora y haces todo esto.

—No me importa. Tengo que velar por su seguridad, además dijiste que sus vidas estaba en peligro, ¿No es así?

—Llamaré a Kanji.

—Oh, ¿Tu amado Kanji? ¿Vas a ponerlo en sobre aviso?

Busqué el teléfono y llamé a Kanji, no creí que contestaría, pero lo hizo.

—¿Lisa?

—¿Dónde tienes a mis hijos?

—¿Tus hijos? Yo no tengo a tus hijos.

—Acabo de viajar a tu casa, pero no están, Kanji. Como me entere que tienes algo que ver, te voy a matar.

—Si los tuviera no tendría que ocultarlo. Independientemente de lo que sucedió, jamás le haría daño a ellos o a ti. Mi problema es con Akira, no contigo. ¿Necesitas mi ayuda?

—No, yo seguiré buscándolos — colgué la llamada.

Akira puso su mano en mi cuello, sin ejercer fuerza.

—¿Así que esta casa se la recibiste a él?  Pones a nuestros hijos en la boca del lobo, arriesgándolos para que les hagan daño. ¿Qué tipo de madre eres? ¿Cuándo será que usarás la cabeza, lisa?— preguntó molesto.

—Kanji fue muy bueno conmigo y mis hijos. Lo que haya hecho en el negocio, no quita todo lo que ha hecho por nosotros durante estos años.

—Parece que aún confías en él.

—Sí, como un amigo.

—Sí, un amigo que te estaba usando a su conveniencia.

Mi teléfono vibró, pero no encontraba cómo mirarlo.

—Suéltame, Akira.

—¿Por qué no lo hacemos aquí? Estabas muy animada en el Jet, ¿No es así? ¿Por qué no hacemos un desastre en esta casa ahora?

—Todo lo haces por vengarte de Kanji, así no siento ganas de nada.

—Eso dices, pero a la que te toque, estoy seguro que abrirás las piernas, ¿No es así?

—Tus celos son enfermos.

—Tu estúpidez me enferma y no estoy hablando de eso ahora, iremos al cuarto.

—No, tenemos que buscar a nuestros hijos primero.

—Ellos estan bien, salieron por su cuenta, nadie se los llevó. En cualquier momento regresan. Ahora no tienes excusa, querida—no tuve de otra que aceptar. Si sigo poniendo resistencia, solo voy a levantar más sospechas. Tengo que averiguar dónde están.

En la noche me levanté de la cama, mientras Akira aún estaba acostado y me dirigí al baño. La insistencia del teléfono me tenía ansiosa. Quería asegurarme de que fueran mis hijos. Me encerré y verifiqué el teléfono, tenía varias llamadas y textos de Kaori. No puedo hablar por teléfono aquí, Akira podría escucharme. Les envié mensajes de texto para saber dónde estaban. Me dijeron que no tenían buena señal donde están ahora, que se habían ido de la casa porque Lin notó algo extraño en los hombres que estaban cuidando la casa. Tengo que sacarlos de aquí antes que Akira sepa dónde están. Les ordené que fueran al aeropuerto y salieran del país. Tengo que contactar al piloto y avisarle, no puedo permitir que vengan para la casa o Akira los va a interrogar; en especial a Kaori. No quiero que les haga daño. Sé que estoy firmando mi sentencia de muerte con esto, pero mis hijos son primero. Luego que estén a salvo, no importa lo que me pase, no voy a decirle. Tienen algo de dinero encima, luego que viajen me encargaré de depositarles más. Lo importante es que logren escapar con éxito a otro lugar lejos de aquí. Al terminar de hacer todo, borré los mensajes y escondí el teléfono para salir del baño. Akira aún estaba acostado en la cama y me acosté a su lado.

—¿Ya terminaste, corderito?— su pregunta repentina me erizó la piel.

Lin

—¿Estás seguro de esto, Lin?

—Sí, mamá estará tranquila. Papá está con ella, es por eso que no podemos regresar a la casa.

—¿Por qué no lo enfrentamos? Tenemos que defender lo que sentimos, Lin. No podemos seguir huyendo de esta forma.

—Kaori, papá no va a entrar en razón si se entera de esto, al contrario, terminará por matarnos o alejarnos más. Tengo que ponerlas a ustedes dos a salvo primero; luego vendré por mi madre. Ella no puede seguir al lado de papá o terminará haciéndole daño, ¿Me entiendes? Tenemos que salir de aquí.

—Esta bien, Lin, pero prométeme que no vas a dejarme sola mucho tiempo.

—No princesa, jamás. Ahora lo importante es viajar y llevarte a un lugar donde estén a salvo, ¿Entiendes?

—Confío en ti, Lin.

Llegamos al aeropuerto y buscamos al piloto del Jet. Hablamos sobre todo lo que mamá me dijo y nos dirigimos directamente al Jet.

—Joven Lin, ¿A dónde planean viajar con tanta prisa? — dos de los empleados de Akira se interpusieron en el medio de las escaleras del Jet.