Chapter 268 - 65

—¿No era lo que querías? ¿No me querías convertir en esto?

—¡No, lisa!—alzó la voz—. Jamás he querido que te conviertas en esto que estoy viendo.

—Ya es muy tarde.

—Reacciona, tu no eres así. Puedo entender que hayas vivido cosas horribles por mi culpa, pero no puedo aceptar algo como esto. ¿Dónde esta mi lisa? ¿Dónde se metió?

—No tienes que ser tan escándaloso, odio cuando te pones así. El que ha cambiado eres tú, te has vuelto demasiado débil y sentimental, ¿Te has dado cuenta?

—¿Qué dijiste?

—Lo que escuchaste. Te has vuelto demasiado estúpido, ni siquiera a tu familia puedes cuidar. ¿En qué tipo de hombre inservible te has convertido?— alzó la mano para pegarme, pero se detuvo—. ¿Qué sucede? ¿No vas a pegarme? ¿Por qué te detienes? Ni siquiera para eso sirves— bajó la mano y salió del cuarto como alma que lleva el diablo.

Tanto que me forzó para que fuera alguien fuerte, alguien digna de él, y míralo, él es quien se ha vuelto un cobarde y bueno para nada.

Akira

—¿Qué te pasa, Akira?— preguntó Kanji.

—Voy a pedirte otro favor. Necesito que cuides de mi hermano mientras me encargo de lisa. Tengo que buscarle ayuda, ella no está bien.

—¿Ahora que pasó?

—No importa. Necesito internarla o llevarla lejos por ahora, esa mujer que está ahí no es lisa. Si no hago algo ahora, la terminaré por perder. Ya quiero terminar esta maldita guerra de una vez.

—También me di cuenta, todo esto le afectó demasiado y con razón.

—¿Qué pasó en ese lugar?— Kanji me dijo solo lo que sabía, y lo que había visto con sus propios ojos.

—Jamás imaginé verla matando a alguien.

—¿Por qué mierda no lo impediste?

—La verdad es que no pensé que iba atreverse. Perdió el control de sí misma en un instante, ahí fue cuando llegaste y ella se detuvo. Estoy consciente que vivió algo muy fuerte, le hicieron revivir esos momentos desagradables que tuvo con mi sobrino.

—Ese lugar no es el mismo. Su mente lo asoció demasiado con el lugar donde la llevó Kanji, prepararon ese escenario solo para hacerle daño. Ella no recibió ayuda luego de lo que sucedió, si no hago algo ahora, no podré recuperar a mi lisa.

—¿No vas a matar a tu hermano todavía?

—No, tengo mucho que preguntarle antes de matarlo, pero no es el momento, no, mientras tenga a lisa en ese estado. No puedo dejarla sola, todo esto paso por mi culpa.

—Sí, has sido descuidado, pero la realidad es que no sabíamos que esto pasaría.

—La dejé sola.

—Pero ¿ pudiste salvar a tu familia?

—Sí, ¿Pero ¿De qué vale? Estoy perdiendo a lo único que me queda, todo se está destruyendo.

—No te digo que dejes esa venganza, porque sé que no solo lo estás haciendo por tí, también lo estás haciendo por tu familia; si los dejas vivos van a venir por ella y por tu familia otra vez.

—Sí, todos ellos están cortados con las mismas tijeras.

—Las debilidades no son buenas, Akira. Te seguirán atacando por donde más te duele. Mientras sigan lastimándola, un día de estos, la vas a perder por completo.

—No digas eso ni en broma.

—Te has ablandado demasiado, te lo he dicho. No eres el mismo de antes, y eso solo va a provocar más desgracias. Peor aún, porque las desgracias y castigos los recibe ella. No creo que sea justo.

—Es por eso que tengo que ayudarla e internarla en algún hospital o algo parecido.

Lisa

—¿Ahora me estás tratando de loca, Akira?— escuchar la conversación realmente me molestó bastante.

—Lisa...

—Eres un infeliz. Sobre mi cadáver voy a permitir algo como eso— salí corriendo lo más rápido que pude, aún con la ropa del hospital puesta, pero no me importó. ¿Cómo se atreve a tratarme como loca? Es un maldito infeliz y traidor. Yo no estoy loca, el único que tiene problemas es él. Akira se fue detrás de mi. Al escuchar su voz gritándome, no hice más que seguir corriendo con más ganas. Mi cuerpo dolía demasiado y me sentía algo mareada para estar corriendo, pero no podía permitir que me encerrara. Le di al botón de ascensor, pero estaba subiendo, no tuve de otra que irme por las escaleras. Las bajé a toda velocidad.

—¡Detente de una puta vez!

—Primero muerta, maldito.

—Si no te detienes, no respondo de mi.

—No respondas. ¡Te odio!

Llegué al primer piso y abrí la puerta para emprender carrera fuera del hospital. Sus hombres debían estar ahí, pero no me importó. No creo que se atrevan a dispararme. Corrí y corrí como hace mucho no hacía, estaba muy fatigada. Me encontré dos autos estacionados y resbalé entre ellos para poder cruzar la carretera, pero Akira hizo lo mismo. Por lo que veo no se va a rendir tan fácilmente. Maldita sea, ese hijo de puta es muy rápido. No sé dónde mierda estaba, y aún así, seguía corriendo. Si me dejo atrapar, va a encerrarme como si fuera una loca, y eso no voy a permitirlo. Pasé por un parque, y vi muchos niños cruzando, no tuve de otra que detenerme. Escuché un disparo a mi espalda y quedé fría. Todos los niños y padres salieron corriendo y gritando del parque al escuchar el disparo.

—¿Vas a seguir huyendo?— escuché a Akira, y sonaba bastante molesto. Me giré hacia él y lo enfrenté.

—¿Te das cuenta de lo que has hecho?— me estaba apuntándo con el arma, y sonreí.

—Eso te digo yo a ti. Si crees que voy a dejarte huir, estás equivocada; primero te mato.

—¿Tú matarme a mi? Eso no te lo crees ni tu mismo.

—No me pongas a prueba. Te amo demasiado, pero si está es la única forma de que seas libre de ese dolor, prefiero hacerlo.

—El dolor me lo causas tu, tú eres el culpable.

—Entonces ¿si yo no existo, tú serías libre?

—Lo más probable.

—¿Esto es lo que quieres? — puso el arma en su cabeza, y no sé porque dentro de mí me dolió.

—¿Qué estás haciendo?—le pregunté algo nerviosa.

—¿Eres estúpida o es que no ves lo que estoy haciendo? Si no existo vas a ser libre de tu sufrimiento. ¿No es eso lo que quieres? ¿Qué palabras se supone que diga de despedida? No he ensayado para eso, pero ya que tanto insistes en que soy tu maldito problema, entonces vamos a resolverlo de la forma más fácil, y así eliminamos el problema de raíz— acercó el arma más a su cabeza y mi cuerpo comenzó a temblar, me estaba lastimando verlo así.

—No seas ridículo, ya detén este teatro.

—Te amo , y espero que ahora sí seas feliz— sonrió y sentí mucho miedo, que sin darme cuenta había actuado involuntariamente y lo abracé.

—No, no hagas eso, por favor— mis lágrimas comenzaron a bajar por mis mejillas, y en un mínimo instante me encontraba en llanto, al imaginarme que hubiera pasado si él hubiera jalado el gatillo. Un escalofrío recorrió por todo mi cuerpo, entre más lo imaginaba, más fuerte lo abrazaba.

—Tardaste demasiado, tonta. En alguna parte dentro de ti, aún queda esa lisa que si le importa lo que pase conmigo.

—Eres un desgraciado, ¿Cómo te atreviste?— golpeaba su pecho con todas mis fuerzas al sentirme frustrada.

Se escuchó una sirena a lo lejos.

—Tal parece que alguien llamó a la policía, tenemos que salir de aquí—  guardó el arma y me cogió la mano para que caminaramos juntos.

—No me toques— traté de soltar su mano, pero no me dejó hacerlo.

—Sí, lo hago porque eres mía, así que cállate y camina, maldita insolente. Te voy a enseñar a respetar a tu esposo.

—¡Vete a la mierda, Akira! ¡Déjame en paz!

—La paz es para los muertos. Tú y yo tenemos mucho que hacer, pero primero quieras o no, vas a recibir ayuda.

—Ya te dije que no iré a ninguna parte— me solté de su mano e intenté correr, pero me agarró de vuelta, evitando que pudiera hacerlo.

—Yo no te lo estoy preguntando, te lo estoy informando, jovencita, porque aquí tú no mandas— me subió a su hombro a la fuerza. Sentía dolor en mi espalda y en todo mi cuerpo con su brusquedad.

—¡Me estás lastimando, maldito!

—Para correr no te dolió, ahora aguántate.

—¡Eres una bestia!

—¡Y tú una maldita necia!

Related Books

Popular novel hashtag