Chapter 166 - 166

Llegamos a la casa de Mr. Jefferson, no contaba con que mi madre iba a estar ahí con Kaori.

—¿Qué hace ella aquí?— preguntó Akira a Mr. Jefferson, antes de que yo hiciera la pregunta. Mi madre se quedó fria y soltó a Kaori. Cuando Kaori vió a Akira caminó hacia él y le abrazó la pierna.

—Hola, princesa, ¿Cómo ha estado la niña más hermosa del mundo? ¿Cuidaste de mamá? — Akira se veía muy feliz al verla, y la sujetó en sus manos para sentarse en el sillón. Kaori le sujetó los cachetes y pegó la frente de ella a la de él. Estaba riéndose, hace tiempo no la veía así. Ha extrañado tanto a su papá, así como yo. Fue un momento muy emocionante al escuchar a Kaori decírle papá. Estaba aguantando las lágrimas de emoción, me sentía muy emocionada porque valió la pena mi esfuerzo.

—Quise traerla para que viera a su nieta. No pensé que abría problema con eso— respondió Mr. Jefferson.

—¿Cómo has estado, lisa?— preguntó mi madre, lucía afligida.

—Bien, ¿y tú?— sentía ganas de llorar, hace tiempo no veo a mi madre, y más la emoción de estar con Akira también se mezcló.

—Ahora mejor que te veo, hija. Te ves tan diferente — mi madre estalló en llanto, y al verla así no pude evitar también hacerlo.

—Las dejaré solas. Permiso— dijo Akira, saliendo con Kaori de la antesala junto a Mr. Jefferson.

—Quiero hablar contigo, lisa. ¿Será que me das la oportunidad?

—Si, madre— respondí. Yo también quiero hablar con ella.

Akira

—¿Qué pasó con lisa?— preguntó Jefferson.

—¿De qué?

—¿Viste el cambio que ella ha dado? Vino a la casa y me amenazó con un cuchillo solo por ir a buscarte. ¿En qué convertiste esa pobre chica? ¿Te das cuenta de todo lo que ocasionaste con tu estupidez, Akira?

—¿Te dejaste amenazar de lisa? Hubiera muerto por ver tu cara— reí.

—No es para nada gracioso, Akira. Esa mujer no es la misma lisa de antes. Esa mirada que tiene…— lo interrumpí.

—¿Esa mirada que tiene de qué? Sí, ha cambiado y para ser honesto me gusta más esta lisa. Es mucho más excitante, ¿Cierto, Kaori? — le hice una mueca a Kaori, a lo que ella sonrió.

—Esto no es un juego ni mucho menos una gracia.

—Jefferson, esto sonará cruel, pero creo que era lo que le hacía falta a lisa para que se diera cuenta de que como estaba actuando, no era la mejor forma. Esa mujer que está allá afuera se ha vuelto muy inteligente y fuerte. Si hubieras visto lo que hizo en el Hotel, entenderías de lo que hablo. No creas que disfruté teniendo a mi mujer y a mi hija lejos, todo lo contrario, pero de algo valió la pena todo el sufrimiento y la amargura que pasamos.

—Estás perdiendo la cabeza.

—Si, por ellas dos. Esa lisa nueva que conociste, es la mujer que tanto quería ver. Esa mujer segura, inteligente y fuerte, es la mujer perfecta para tenerla conmigo. Ahora puedo estar tranquilo de que si algo me sucede, ella va cuidar de Kaori y los futuros hijos que tengamos. Podría morir tranquilo ahora.

—No digas eso, tu no puedes tener esos pensamientos cuando eres tan joven. Te falta mucho por vivir todavía.

—En este negocio nada es seguro más que la muerte, Jefferson. ¿No son esas las palabras que me decías? Mejor prevenir que lamentar, padre.

Lisa

—Quiero pedirte disculpas por todo lo que les hice, lisa. Yo te juro que jamás fue mi intención lastimarte, todo lo que quería era tu felicidad y la de mi nieta. No sabes cuán arrepentida he estado. Solo recordar todo lo que te pasó por mi culpa, me siento mucho peor—dijo mi madre en llanto.

—No solo me hiciste daño a mi, ¿No crees que esta disculpa debes pedírsela a Akira también?

—Él me ayudó a entender muchas cosas, aunque me moleste aceptarlo. Es cierto que fui la única enemiga de los dos, por mi culpa les hicieron daño y no sabes lo arrepentida que me siento.

—Akira no es tan malo como parece, no es el hombre perfecto, pero nadie lo es. Por fuera es un hombre frio, a veces hace cosas por sus impulsos, pero por dentro es amoroso, cariñoso, tierno, un buen esposo, padre y muy sobreprotector con nosotras. Akira ha cambiado mucho, a pesar de todo lo que le hiciste, él ha mostrado respeto hacia ti. Él abogó siempre a tu favor, grácias a él pude superar tu traición; es por eso que no creo que merece que lo odies y lo trates tan mal. Él ha sufrido mucho, no tienes ni remota idea, y está pasando por muchas situaciones fuera de las que hiciste, aún así se ha mantenido firme, es por eso que quiero que te disculpes también con él. Todo lo que hiciste le ha afectado mucho. Su vida estuvo en peligro muchas veces por tu culpa, mamá, así que creo que con quién tienes que disculparte primero es con él.

—Lo sé y quiero hacerlo, lisa. Si llego a saber que ese hombre tenía esos planes, jamás le habría ayudado.

—¿Y qué creíste que haría? ¿Cómo crees que en este negocio se solucionan los problemas, mamá? Fuiste igual de ingenua que yo.

—Perdóname por hacerte pasar por esto. Jamás creí que ese hombre sería capaz de tanto. Cuando Akira me dijo lo que te hizo cuando estabas embarazada, por poco muero. Te juro que no sabía nada.

—Él solo quería acabar con Akira.

—Pero ¿cuán enfermo puede estar para hacerle algo semejante a una mujer embarazada?

—Él no me lastimó, me llevó a otro lugar, pero no me hizo daño, ni a mí, ni al bebé. Sí pasé un mal rato, pero no pasó a mayor gracias a que Akira y Mr. Jefferson llegaron.

—Pero Akira me dijo otra cosa.

—¿Qué cosa?

—¿Acaso me mintió?

—¿De qué mamá? No entiendo nada.

—Akira me dijo que ese hombre había abusado de ti, lisa.

—¿Qué?