Podía sentirme tranquila al ver a Akira tan feliz jugando con Kaori, ella estaba tan feliz al estar con su papá. A balbuceado papa, aunque no sé le entiende muy bien. Cuando lo hizo por primera vez, Akira estaba llorando, fue una momento muy lindo; aunque no pude unirme a su felicidad. Las cosas han cambiado drásticamente.
—¿Cómo han estado?—dijo Mr. Jefferson, caminando a la antesala
—¿Bien y tu?—respondí
Akira se quedó callado como si no hubiera escuchado. Su actitud hacia todo el mundo ha sido así durante estos meses.
—Bien, ¿Podemos hablar, lisa?—me hizo seña para salir de la sala
Me levanté y caminé junto a él al estudio
—Lisa, tengo buenas noticias.
—¿Qué podría ser?
—Tengo a la hija de Kaiza.
—¿Qué? ¿Qué planea hacer con ella?
—Hacer que Kaiza donde quiera que esté, dé la cara.
—Pero eso es muy arriesgado. Ya sería la segunda vez que hacen eso. Eso alimentará más su odio.
—De igual forma no podrá hacer nada con ese odio.
—No pensará matarla, ¿verdad?
—Claro que si.
—Mr. Jefferson, ella no tiene la culpa de lo que haga el padre.
—¿No querías vengarte?
—De Kaiza, pero no de ella.
—Este negocio es así, lisa.
—¿Por qué tenemos que mezclar inocentes?
—De la misma forma que ellos te mezclaron a ti. Acabaron con tu familia, ¿No le guardas rencor, o es que ya se te olvidó?
—No se me ha olvidado, pero hacer algo como eso, solo nos bajaría a su nivel. El que tiene que pagar es él.
—En este negocio todos pagan por igual. Se metieron con mi hijo, no tendré piedad de nadie.—el rostro de Mr. Jefferson era escalofriante, nunca lo había visto así
Me quedé en silencio ante sus palabras
—Gracias a ese cabrón Akira está como está. Está muerto en vida, no es la misma persona que conocemos, lisa.
—Eso no lo va a traer de vuelta, ni va a cambiar lo que pasó.
—Pero estaré satisfecho.
Ya debo estar acostumbrada a esto. Así siempre solucionan los problemas, arrancándolos de raíz. No la conozco y no debo sentir lástima por ella, pero de alguna forma es como si me viera luego de haber estado en su situación. No es algo en lo que pueda abogar, Mr. Jefferson está decidido y no me meteré en su camino. Solo quiero la cabeza de Kaiza, la de su hija que se encargue él.
—¿Esto era lo que ocultaban?— escuché la voz de Akira a mi espalda
—Akira, escúchame bien, yo me voy a encargar de vengar lo que te pasó —dijo Mr. Jefferson
—No sabía que planeaban matar a alguien y estaban confabulados.
—Akira, nosotros solo estamos…—Akira interrumpió cualquier palabra que pudiera decir
—Cállate, ve al cuarto. Ya mismo subo—su tono era molesto
Miré a Mr. Jefferson y me hizo un gesto de que los dejara solos
Esto está mal, ¿Qué debe estar pensando Akira de mi? Fui con Kaori que estaba dormida y la llevé a su habitación, antes de acostarla la alimenté.
*Akira*
—Lo tenías bien guardado, padre. ¿No pensabas decírmelo?
—Akira, no era lo correcto. Tu aún no te has recuperado y no quiero ponerte en riesgo otra vez.
—Tu no tienes que decidir por mí, eso es algo que decido yo.
—No puedes decidir algo así como estás.
—¿Por qué estoy muerto en vida?
—Necesitas recuperarte primero, luego te daré la oportunidad de vengarte si eso es lo que quieres; ahora no es el momento.
—Si es el momento, además yo mismo me encargaré de la hija de él. Ya la tienes en tus manos, ¿No es así?
—Estas actuando raro, Akira. ¿Acaso has estado recordando?
—No es la primera vez que trabajamos juntos, ¿no es así? ¿Por qué te cuesta tanto dejarme hacerlo?
—¿Cómo sabes eso? ¿Has recordado algo?
—Quien sabe—caminé hacia él —. ¿No crees que sería divertido padre?— puse mi mano en su hombro
—No me gusta cómo estás actuando, será mejor que llame al doctor— puse mis manos en su cuello, ejerciendo solo un poco de fuerza
—Oh, ¿Si? Me pregunto si realmente vas a poder hacerlo. Quieras o no, yo mismo me encargaré de la perra, y tu me traerás a ese cabrón de donde quiera que este, ¿Fui claro?
—Suéltame, Akira — se quejó y dejé ir su cuello
—Solo espero que no planees interponerte otra vez.
*Akira*
Aún no terminan y estaba ansiosa, tampoco sé si sea buena idea esperar que Akira regrese. Se veía muy molesto, algo en él me causó miedo. Me acosté en la cama a esperar, me sentía algo cansada, pero no puedo dormir ahora. Necesito estar pendiente de todo lo que pase entre ellos dos.
*Jefferson*
—No lo haré, si eso te hace sentir tranquilo me es suficiente, Akira. Al menos deja que el médico te examine.
—Me siento bien, no necesito ayuda de nadie.
—¿Cuánto has recordado?
—No importa, eso no es importante. Quiero que captures a Kaiza lo más pronto que puedas, o yo mismo tendré que hacerlo.
—Quédate tranquilo y da eso por hecho.
—Demuéstrame cuan grande es tu culpa. Quiero ver si realmente quieres vengar todo lo que me hicieron.
—Así va hacer, Akira.
—Ya puedes irte—Akira salió del estudio
Algo no anda bien en Akira. Ese no es el Akira que conozco.
*Lisa*
No sé en qué momento me quedé dormida. Me desperté ante la sensación de estar sin aire. Pude ver a Akira encima de mí, besándome violentamente.
—¿Qué haces, Akira? — luchaba por controlar mi respiración agitada
—Al fin despiertas. ¿Querías que te despertara de esta manera?— besó mi cuello
—Akira, ¿Qué pasó con Mr. Jefferson?— pregunté preocupada
—¿Qué haces pensando en cosas insignificantes, mientras estoy haciendo esto? — besó violentamente mi cuello
—Akira, ¿Qué es lo que te pasa? Tu no eres así. —deseaba su afecto, sus besos, pero no de esta manera
—Antes no podía cumplirte, pero ahora si.—sus manos me estaban lastimando, me sujetaba tan fuerte como si quisiera romper mis muñecas
—Me duele, Akira—le dije, forcejeando para soltarme
Entre más me movía, más fuerza ejercía
*Akira*
Recuerdos
—Destrozame, por favor.
*Lisa*
Akira dejó ir mis manos. Se aguantó con fuerza su cabeza, su rostro parecía como si estuviera con mucho dolor. Si tan siquiera pudiera hacer algo y ayudarlo. Me duele verlo así.
Luego de unos instantes, una sonrisa escalofriante se dibujó en su rostro. Es como si fuera otra persona.
—Tus deseos son órdenes, preciosa —arrancó mi camisa de un tirón
—¿Que estás haciendo?
Sé que él no actuaría de esta forma. Sentía algo de miedo, pero más bien culpa. Por mi culpa Kaiza intentó matarlo, es por eso que está de esta forma. Debe sentirse muy adolorido y destruido. Pasar por todo esto solo y yo no poder serle útil en nada. Akira bajó mi pantalón y mi ropa interior, no quise huir o hacer fuerza con él. Bajó el cierre de su pantalón y sin pensarlo dos veces me penetró. Sé que está peleando con esos demonios en su interior, debe ser tan difícil para él esto. No recordar nada, y que al recordar te veas envuelto en tanta confusión. Que todos tus recuerdos estén desorganizados, y que lo que recuerdes sean solo momentos desgarradores. Quisiera poder aliviar su carga y si es esta la única forma, aunque me duela, me sentiré útil.
Podía sentir mucho dolor, hace mucho tiempo no habíamos estado juntos. Era como si me estuviera destruyendo de a poquito y quizás suene descabellado, pero ver su rostro de satisfacción me hacía sentir bien.
*Akira*
Recuerdos
—Una parte de mi quiere hacerte feliz, pero mi otra parte quiere destruirte, ¿No te da miedo, lisa?
*Lisa*
Akira me besó y aunque se movía muy bruscamente dentro de mi, sus besos fueron delicados.
*Akira*
Recuerdos
—Te prometo que nunca más te haré daño, lisa.
—Lo sé, confío ti.
*Lisa*
Akira se detuvo, mientras se aguantaba la cabeza, podía ver que estaba sufriendo. Lágrimas comenzaron a bajar de sus mejillas.
—¡Huye de aquí! ¡Aléjate de mí!— musitó
—No, no lo haré.
—¡Vete!— gritó
—Si esto te hace feliz y te ayuda a descargar todo lo que estás enfrentando, por favor permíteme aunque sea ser útil, no me apartes más de tí. Te lo ruego— se veía frustrado, pero no puedo dejarlo así
—Podría matarte, vete de aquí—sujetaba su cabeza fuertemente
—No te dejaré—sujeté su cara, obligándolo a mirarme— No me importa lo que hagas conmigo, solo quiero ayudarte. Sé que debe doler mucho lo que estás pasando y sintiendo en este momento, pero aunque sea por esta vez, no me apartes de ti. Descarga toda esa frustración y dolor conmigo, lo aceptaré todo mientras seas tú, pero no me obligues a dejarte solo. No quiero que pases esto solo, quiero ayudarte y si de esta forma puedo, estoy satisfecha. Porque te amo, Akira.—no podía más, intenté sonar convincente y fuerte, pero no podía. No pude contener mis lágrimas. Sus ojos se abrieron de par en par. Sé que él no quiere hacer esto, pero se siente mortificado y confundido.
—Siempre me has demostrado las cosas con hechos, así que demuéstrame que me amas y permíteme quedarme en tus brazos ahora —su cuerpo estaba temblando, aún sujetaba su cabeza del dolor. Coloqué mi mano en su cuello y lo acerqué a mi boca. Lo besé con todas mis fuerzas, intentando que de alguna manera pudiera transmitirle mi amor y seguridad en ese beso.
Akira siguió moviéndose, aunque no lo hizo como antes, sus movimientos eran menos bruscos. Puso su mano en mi cuello sin ejercer fuerza y me besó de vuelta. Mordió mi labio inferior y bajó su cabeza a mi cuello para lamerlo y morderlo también. Me podía sentir mejor. Sé que se está esforzando mucho, es por eso que me debo esforzar también. Coloqué mis piernas alrededor de él lo que provocó un jadeo tierno de su parte. Mi interior estaba cada vez más húmedo, podía percibirlo y escucharlo. En otras circunstancias estaría avergonzada, pero ahora mismo no pienso en nada más. Pude sentir que aceleró sus movimientos; supuse que estaba a su límite tanto como yo. Ya no tenía esa mirada aterradora lo que me hacía sentir tranquila. Escuché sus jadeos más fuertes y su respiración agitada
—Te amo, lisa—pude sentir su calor dentro de mi
Escuchar esas palabras luego de tanto tiempo, me hizo la mujer más feliz del mundo. Me hacía falta escucharlo de él.