Chapter 106 - 106

Al día siguiente

Akira estaba más tranquilo, amanecimos juntos lo que hace tiempo no habíamos podido hacer. Me quedé un rato mirándolo dormir, hasta que escuché a Kaori llorar. Me levanté lentamente de la cama para no despertarlo. Tal parece que le hacía falta esto tanto como a mí, ni siquiera despertó.

Salí de la habitación para atender a Kaori, a lo que al rato de haber salido, Akira entró al cuarto. Es como si estuviera conectado a mi, siempre despierta cuando salgo de la cama. Caminó a donde Kaori y la besó en la frente.

-¿Cómo amaneció la princesa de la casa? -la ternura con la que le hablaba, me hizo sonreír

No quise interrumpir su conversación con ella, así que salí de la habitación para arreglarme.

Regresé a la habitación y me di un baño; luego bajé a preparar el desayuno, ya que me he querido encargar de la cocina por mi cuenta. ¿Qué debería preparar?

-Lisa-la voz de Mr. Jefferson me asustó

-¡Me va a matar de un susto!-le dije asustada, tocando mi pecho

No pensé que estaría tan temprano aquí.

-Lo siento, pensé que me habías escuchado.

-¿Qué lo trae tan temprano por aquí?

-Logré atrapar al pez gordo, las cosas están encajando en su lugar.

-Al tener a su hija es claro que cualquiera haría lo que fuera.

-Lisa, ¿Qué te paso en el cuello?- toqué mi cuello, y recordé la mordida de Akira anoche

Me daba vergüenza decirle sobre eso, así que me quedé en silencio y sonreí nerviosa.

-¿Fue Akira? ¿Te hizo daño?

-No se preocupe, no es para tanto.

-Algo anda mal con Akira. ¿Cómo puedes permitir que te haga eso? ¿Acaso está perdiendo la cabeza?

-No es para tanto. Akira está más tranquilo.

-¿A eso le llamas tranquilo, lisa? ¿Qué hombre le hace daño a su mujer de esta manera?

-Akira empezó a recordar más cosas anoche, y se puso un poco indispuesto. Pude servir de algo para calmarlo, así que estoy feliz.

-¿Cómo puedes estar feliz con eso, lisa? Mírate, estás toda marcada. Ni a un animal lo tratarían así.

-Ni yo misma lo sé - bajé la cabeza, sin saber que responder

Mr. Jefferson sacudió su cabeza en desacuerdo. Quizás la que está perdiendo la cabeza soy yo.

-Que sorpresa-dijo Akira, al entrar a la cocina. Tenía a Kaori en sus brazos.

-Atrapamos a Kaiza, lo llevé a la bóveda junto a su hija. Se entregó solo, al saber que teníamos a la hija.

Akira sonrió. Llamó a la nana para que se llevara a Kaori, le dio un beso y se la entregó.

-Me daré un baño y me llevarás. Entre más rápido lleguemos mejor.

-Yo iré contigo, Akira-le dije

Akira se volteó y me miró

-No es un lugar para una princesa como tú.

-Quiero estar contigo, Akira-Akira sonrió al escuchar lo que dije

-Por eso me gustas tanto - salió de la cocina, y subió a la habitación

-Lisa, ¿Por qué quieres ir a un lugar como ese?- preguntó Mr. Jefferson

-Quiero conocer al enemigo de Akira, además no sé si le haga bien ver a esa persona estando en este estado.

-Akira puede llegar a ser muy cruel cuando se trata de torturar a alguien, lisa. No sería bueno que puedas presenciar eso.

-Lo sé, no es que me agrade pero no quiero dejarlo solo; además ya lo conozco, créame.

Al rato Akira bajó, y nos dirigimos a la bóveda donde tenían al tal Kaiza y su hija. Me traía malos recuerdos este lugar, pero no podía dejar a Akira solo. Al bajarnos le tomé la mano a Akira, a lo que él me miró.

-¿Tienes miedo?- preguntó, agarrando mi mano fuerte

No puedo admitir eso, o va a querer que me vaya

-No, ¿Puedo preguntarte algo?

-¿Qué podría ser?

-¿Matarás a su hija?

Akira comenzó a reír escandalosamente

-Solo la haré cantar unas canciones para su padre y luego la dejaré ir a su casa, ¿Tu qué crees, tonta?-fue una pregunta muy estúpida, pero aún así no me gusta la idea de que maten a alguien inocente

-Si lo harás no permitas que sufra mucho, por favor.

-No puedo prometerte eso, corderito ¿Por qué te importa tanto lo que le pase?

-Porque estuve en esa posición, además no quiero que te ensucies más las manos.

-¿No crees que es muy tarde para eso, princesa?

-Akira tú habías cambiado.

-Tu sabías como era y lo que hacía, lisa. ¿No crees que es muy tarde para arrepentirte? Cambie contigo, pero no tengo que cambiar con los demás, o soy yo, o son ellos; así es este negocio y no se las pondré fácil como hasta ahora. No voy a dejar de hacer esto, solo porque sientas lastima. Tenemos en frente al cabrón que nos a jodido tanto, y no tendré lástima porque tú la sientas. Así que no llores, no soporto verte llorar. Solo disfruta de esto, tanto como yo.- secó mis lágrimas, y se acercó a mi oído-. ¿No crees que es tu deber como esposa?

Aunque no quiera aceptarlo, es cierto lo que dice. Me casé con él aún sabiendo como era. Asentí con mi cabeza y sonreí. Akira solo sonrió.