Chapter 58 - 58

Al día siguiente, desperté cara a cara a Akira. Estaba sujetado a mí sin soltarme. Parecía un niño mimado. Se ve tan lindo mientras duerme. Su rostro lucía tranquilo. Fueron muchas las emociones de anoche. No recuerdo ni cómo llegamos a la casa. Me solté de sus brazos para ir al baño, necesitaba tomar mis medicinas y desayunar. Al salir del baño, me encontré a Akira hablando por teléfono. Su rostro lucía molesto, a como estaba hace un momento. No quise escuchar su conversación y planeaba salir de la habitación, pero Akira me llamó.

—Lisa, no te vayas. Espérame un momento.

—Esta bien—me vestí y lo esperé.

Al terminar la llamada me hizo una seña para que me acostara a su lado, así que lo hice.

—¿Pasó algo, Akira? — pregunté preocupada.

—Solo un negocio que no salió como esperaba, pero no te preocupes —me agarró el brazo, y me acostó en su pecho—. ¿Cómo amanecieron mis dos tesoros?—su mano la puso en mi barriga, y me ruboricé.

Que me hable de esa manera tierna, me da algo de vergüenza.

—Estamos bien, ¿y tú?

—Ahora mejor que están aquí. ¿Ibas a irte sin avisar, corderito?

—Iba a tomar mis medicinas y a comer algo. No quería despertarte.

—Quiero que nos casemos lo más pronto posible, lisa. ¿No te hace feliz la idea de convertirte en mi esposa? ¿Por qué esa reacción?

—Es que no me lo esperaba. ¿Por qué la prisa?

—No quiero esperar ni un día más sin que te conviertas en mi esposa, ¿Hay algo de malo en eso? Si fuera por mí me casaba ahora mismo.

—Akira, deja de avergonzarme de esa manera.

—¿Por qué? Si me gusta verte así— rio.

—No es gracioso —desvié la mirada.

—Llama a tu mamá para que le demos las dos noticias. Lo más seguro no le agrade la idea, pero quiero que te conviertas en mi esposa ya, y quiero esté ella.

—Esta bien, la llamaré, pero no te aseguro nada.

—Puede quedarse con nosotros, estará segura aquí.

—Gracias—lo besé.

—Ve a desayunar. Me iré a bañar y bajo.

Salí de la habitación de camino a la cocina. Quisiera cocinar algo para Akira. ¿Qué podría gustarle? Me quedé pensando por un tiempo.

—Buenos días, Srta. Lisa, ¿Qué hace aquí?—preguntó Keita.

—Keita, quería hacerle algo de desayuno a Akira, pero no sé qué le guste, ¿Tú sabes?

—Eso es trabajo para las empleadas, señorita.

—¿Acaso tampoco puedo hacer algo tan simple?

—No es eso, pero eso le toca a las empleadas. Si el Sr. Akira la encuentra aquí se molestará—fruncí el ceño ante su comentario —. Aprovechando el momento, quería pedirle disculpas directamente por mi actitud ayer.

—¿Por qué te pusiste así? Sé que el médico te confundió, pero no creo que haya sido para tanto.

—No fue por eso, solo me sentía un poco indispuesto, así que me fuí. Si la hice sentir mal, discúlpeme—desvió la mirada.

—No es la gran cosa, no te preocupes.— sonreí.

—Lisa—escuché la voz de Akira detrás de mi y me giré hacia él —. ¿Qué haces aquí, Lisa? —preguntó curioso.

—Pues...— Keita me Interrumpió:

—Yo la traje, señor. Ella estaba buscando a la empleada, pero no se encuentra aquí — Keita habló por mi.

—Vamos a la mesa, lisa. Keita, tú encárgate de buscar a la empleada.

—Sí, señor—Keita salió de la cocina. Lucía raro, es como si algo le pasara.

Nos sentamos los dos en la silla y discutimos sobre la boda. Aún no tenemos el día, pero Akira quiere que sea pronto. Ha estado bastante concentrado y dedicado a los detalles. Debe de ser una boda pequeña porque no conozco a casi nadie. Luego de discutir todos los detalles, me dejó escoger el vestido que yo quisiera.

—Akira, dicen que es de mala suerte que el novio vea el vestido.

—Eso es algo estúpido. No creas en ese tipo de cosas, lisa. Todo va a salir bien. Nada tiene porqué salir mal, además, serás la reina de la boda, me voy a asegurar de que tengas el mejor traje que jamás ninguna mujer en su vida haya tenido.

—Akira...

—Y no solo eso, empezaré a comprar las cosas para nuestro bebé.

—Pero si aún no sabemos qué va a ser.

—No importa, no dejaré las cosas para última hora— cerró el libro de los trajes de novia y me lo entregó.

Está demasiado entusiasmado con la boda y con lo del bebé. No pensé verlo así. Supongo que puede ser serio para este tipo de cosas.

Akira salió a cerrar unos negocios con unos supuestos socios. Me quedé en la casa para llamar a mi mamá, esperando poder explicarle toda la situación; aunque me gustaría hacerlo más en persona que por teléfono. Solo espero que pueda comprenderlo.

—¿Lisa?

—Mamá, ¿cómo estas?

—Bien, ¿y tú, mi amor? Hace tiempo no me llamas.

—Mamá, ¿Será que puedes venir conmigo?

—¿Qué? Pero si me dijiste que me mantuviera lejos.

—Las cosas han cambiado, mamá. De eso quería hablarte. ¿Crees que es posible que vengas? Hablaré con Akira para que te haga un pasaporte y puedas viajar. Estoy en el extranjero, mamá.

—¿Qué? Lisa, ¿qué está pasando?

—Nada malo, no te preocupes. Estaré más tranquila si te tengo cerca.

—Está bien, lo haré por ti, pero por favor, cuídate de ese hombre.

—Ese hombre ya no es un problema, mamá.

—¿Qué dices? La persona que es mala, es mala y punto, nada lo hace cambiar. Lisa, no confíes en un monstruo como él.

—Envíame tu dirección y hablaré con Akira para que te busquen. El viaje será largo, pero ya estaremos juntas de nuevo.

Mamá me envió la dirección y se la envíe a Akira; estuvo de acuerdo en enviar a sus hombres a buscarla y traerla. Encargó el pasaporte y se lo llevarán a ella para que no tenga problemas al viajar. No veo la hora de que ya esté aquí conmigo.

Desconocido

—Sí, se van a casar. Tan pronto tenga el día de la boda te la enviaré. Mejor tarde que nunca.

—Interesante.