Chapter 6 - 6

—Srta. Lisa, al haber tenido contacto con el Sr. Carter, deberá estar al tanto de todos sus movimientos. Ya conociendo su aspecto, necesitaré que apunte todo lo que suceda con el Sr. Carter; en especial, que describa su nuevo aspecto. Fueron órdenes del Sr. Akira—me brindó una libreta de apuntes.

—Entendido— cogí la libreta.

Describir a una persona que apenas he tenido contacto con él, es un poco difícil. Iré apuntando poco a poco sus características físicas.

Fui anotando cada detalle físico que recordaba. En los documentos de su información nunca me pareció leer nada que lo apunte a ser una mala persona; aunque comparado con su padre, su padre si era un viejo asqueroso y despreciable.

¿Qué pasaría si me descubre? ¿Qué pasaría si sabe que yo fui quien puso en bandeja de plata a su padre? ¿Me mataría al igual que el Sr. Akira?

Es por eso que no puedo cometer errores. Es el primer trabajo que me confía el Sr. Akira y no puedo fallarle. Si eso sucede, él no dudaría en matar a mi familia, tanto como a mí. Él fue claro en sus palabras.

—Anoté todo lo que recuerdo. Iré anotando más mientras vaya conociendo su forma de ser. No parece alguien malo. Como le conté, él fue quien me ayudó hoy.

—No se confíe, Srta. Lisa. Sé por qué le digo las cosas. Manténgase al margen—respondió seriamente—. El Sr. Akira se comunicará con usted luego —salió del estudio.

Me fui a bañar. Nada mejor que disfrutar de un buen baño sin necesidad de sentir preocupación de que ese maldito se aparezca. Me quedaría toda la noche, si no fuera que tengo que despertarme temprano mañana.

—Detente, por favor.

—Estás realmente muy húmeda ¿Y quieres que me detenga? Eres muy necia. De mi no escaparás ahora —lamía mi cuello con deseo.

Me despertó el sonido de la alarma. Pero ¿qué tipo de sueño ha sido ese? Esto es imperdonable. Hasta te metes en mi sueños, ¡maldito idiota!

—Srta. Lisa, el chófer la está esperando— la empleada tocó la puerta.

—Ya salgo— le grité.

Al terminar, me subí al auto.

—Srta. Lisa, buenos días. Recuerde anotar toda la información que pueda— me dijo el chófer.

—Lo sé.

Me molesta que me traten como si no supiera lo que hago.

Al llegar a la universidad, miré al chófer por el retrovisor.

—Dígale al Sr. Akira que no se preocupe por mi, sé lo que estoy haciendo—me bajé del auto molesta.

Cada vez es lo mismo. ¿Por qué solo busca amargarme la vida? Aún sin estar aquí, es como si lo estuviera.

—Buenos días, señorita. No sabía que estaríamos en la misma clase. Bienvenida—me dijo Carter sonriendo.

No pensé encontrarlo tan temprano en el aula.

—Buenos días, tampoco lo esperaba, ¿No será que me estás siguiendo? — reí.

—Puede ser— rio —. ¿Cómo te llamas?

—Me llamo Kyomi.

—Olvidé preguntarte ayer. Me llamo Kanji, siempre a tus órdenes—dijo en un tono amable.

Entonces sí es él, pero ¿Por qué me dice su verdadero nombre? ¿No es eso arriesgado para él?

—Espero podamos llevarnos bien— caminó a su asiento.

Es popular con todos en el salón. Todas las chicas y chicos se le acercaban. Parece una persona normal. No entiendo porqué el Sr. Akira lo busca.

—Hola, bienvenida—dijo una chica con voz temblorosa.

—Gracias, ¿Quién eres?—le pregunté.

—Me llamo Aomi. Estamos en la misma clase.

—Ya veo—desvié la mirada.

—¿Podemos ser amigas?— preguntó nerviosa.

No puedo tener amigas. Eso complicaría las cosas; aunque sería muy sospechoso no socializar con nadie más. Me siento una mala persona por esto, pero creo deberé usarla. Suena fatal viniendo eso de mí, pero no tengo elección.

—Por supuesto que sí— accedí con una sonrisa.

Nunca he tenido amigas. ¿De qué se supone que hablen las amigas? Realmente me sentía extraña.

—¿Puedo sentarme contigo?—preguntó nerviosa.

—Claro— su rostro se veía un poco pálido.

El ambiente alrededor de ella no era muy bueno. Sus manos temblaban y su cuerpo también. Me hace sentir mal ver a alguien en se estado. ¿Cómo podría preguntar lo que le sucede? Nos acabamos de conocer y hacer una pregunta tan personal, no suena buena idea.

—¿Te sientes incómoda conmigo? —fue lo primero que se me ocurrió.

—Claro que no, es solo que nunca me habían dicho que sí querían ser mi amiga— llevó la mano a su pelo.

—No te preocupes, eres mi primera amiga tambien—comenté, tratando de cambiar el ambiente extraño.

—¿De verdad? —se tapó la cara.

¿Eso era lo que le preocupaba? Es algo muy simple.

—¿Puedo hacerte una pregunta? —me miró fijamente.

—Sí— respondí.

—¿Podemos salir de la escuela juntas? ¿Cómo hacen las amigas?

—Claro que si.

Mientras hablaba con ella, me percaté que Kanji no estaba, ¿A dónde habrá ido? Buscaré por los alrededores.

—¿Sucede algo? —preguntó Aomi.

—Sí, ¿Puedes acompañarme a dar una vuelta por la escuela? Quiero conocerla.

Busqué por todos los alrededores dentro de la escuela, pero no había rastro de Kanji. ¿Cómo pude ser tan descuidada? Si el Sr. Akira se entera, quién sabe qué haga conmigo. Tengo que encontrarlo.

—¿Hay otro lugar más que deba conocer de la escuela? —pregunté nerviosa.

—Sí, está el Jardín, el parque y la piscina, ¿Quieres ir también?

—¡Si!—respondí rápidamente.

Nos dirigimos a todos los sitios en los que pensé que podría estar, pero no lo encontré. La única opción que nos quedaba era la piscina. Solo los del club de natación podían pasar.

Nos acercamos para mirar quienes estaban ahí, pero no veía a nadie parecido a Kanji. ¿A dónde pudo haber ido?

—¿Qué hacen por aquí, jovencitas?—preguntó alguien en un tono molesto.

Ambas nerviosas nos giramos para ver de quién se trataba. Era el maestro de natación, lo supe por la identificación que colgaba de su uniforme.

—Profesor, disculpe. Se supone que no estemos aquí, pero ella es nueva y quería mostrarle la escuela— respondió Aomi.

—Bueno, ya deben de retirarse de aquí— entró al área de la piscina.

—¡Todos son tan sexys!— exclamó Aomi, mientras tapaba su nariz.

—¿Qué cosas estás imaginando, pervertida? — ambas reímos.

Escuché una voz muy conocida, que dijo mi nombre.

—¿Kyomi? ¿Qué haces aquí?—preguntó Kanji, casi sin aire.

—¿Kanji? Ponte algo de ropa, por favor— tapé rápidamente mis ojos para evitar ver su cuerpo semidesnudo.

Es demasiado sexy para mis ojos. Esto es muy incomodo. Mi cara la sentía caliente, y no me atrevía a sacar mis manos de la cara. ¿En qué tipo de persona me he convertido?

—¿Estabas espiando a los chicos semidesnudos? No pensé que serías de ese tipo de mujer— rio.

Me siento verdaderamente avergonzada. Mi rostro sentía que iba a explotar de la vergüenza. No me atrevo ni a mirarlo a la cara.

—¿Qué haces en este lugar?—preguntó, mientras se tapaba con la toalla.

—Le estaba mostrando la escuela, es mi culpa el haberla traído aquí—dijo Aomi, mientras se tapaba la nariz.

—Me hubieras buscado y te mostraba los alrededores.

—Supongo que será para la próxima vez. Es mejor que salgamos de aquí. No quiero que en mi segundo día, me den otro regaño—caminé con Aomi.

—Nunca había visto hombres de esa manera, solomente en mangas.

—¿Qué dices? Y yo que pensé que eras inocente— me burlé.

—Gracias por ayudarme, Aomi. Te debo una.

—Espero podamos ser grandes amigas —nos despedimos, y caminé al auto.

Me siento mal por usarla de esta manera. No es una mala chica. Quiero terminar con todo esto de una vez.

—Buenas tardes, señorita. ¿Alguna novedad?—preguntó el chófer al subir al auto.

—Sí, y realizaré el informe detallado de todo lo que ocurrió hoy—respondí.

Aunque claro, tengo que mentir, pero no es algo que sea de importancia para el Sr. Akira.

—Señorita, este será su nuevo teléfono.

—¿Otro más? —me sentí molesta.

—El Sr. Akira quiere que tenga este, únicamente para comunicarse con él. Fue una orden.

—No me queda de otra— suspiré desganada

¿Por qué hace todo más complicado? Estoy segura que lo hace para amargarme la vida. Él es del tipo de persona que todo lo que hace es por un propósito.

Luego de llegar a la Suite y de darme un baño, me tiré en la cama. Me sentía muy agotada, ha sido un día largo. Será mejor que me acueste a dormir.

Mi teléfono sonó en la madrugada. ¿Quién podrá ser a estar hora? Era el teléfono que me dio el chófer. Debe ser Akira, ¿Qué es lo que quiere ahora?

—¿Bueno? —respondí la llamada.

—¿Me extrañaste, corderito? —dijo en un tono de burla.

—¿Por qué mandas a tu chófer a darme otro teléfono? ¿No te arriesgas demasiado así?— pregunté directamente, evitando su estúpida pregunta.

—Tengo mis razones. No es algo de lo que debas quejarte; mientras sigas las órdenes y hagas todo de acuerdo al plan, nada tiene que salir mal, ¿Acaso dudas de tus habilidades?—era evidente su sarcasmo. ¡Es un maldito idiota!

—No, no es así.

—Entonces deja las quejas y dame resultados— soltó serio.

—¿Es todo lo que iba a decirme?

—¿Con quién hablas?—

dijo una voz distante en la llamada. ¿Acaso es la voz de otra mujer?

—Sigue divirtiéndote. No me molestes mientras busco hacer mi trabajo. Buenas noches, Sr. Akira—le colgué la llamada.

Pero ¿qué mierdas se cree? me llama de la nada en medio de la noche solo para molestarme, cuando se nota que se está divirtiendo. Realmente es un idiota. Le demostraré que soy capaz de esto y mucho más.

El olor a esas malditas flores estaban en toda la habitación. Las tiraré en la basura. Quizá fue por eso que tuve ese extraño sueño anoche, pero no va a volver a ocurrir. No va a lograr amargarme también las noches.