El tercer mes luego del nacimiento de Mikel fue muy especial, por fin había llegado el famoso astrólogo a la ciudad, una gran fiesta se organizó en la mansión, los criados corrían en todas direcciones terminando los preparativos, grandes decoraciones de flores exóticas y maravillosas se extendían en todos los pasillos, chefs preparaban platillos de las más suculentas plantas y deliciosas carnes, el banquete era similar al visto en el día de matrimonio del gran Lord Zhao, invitados de provincias cercanas se acercaban con extravagantes regalos para el pequeño hijo de la señora Xiao Mei y el Lord; pronto se acercaba la hora de la búsqueda del nombre, la ceremonia por lo general se hace antes de la llegada al mundo del infante, pues se considera que las estrellas darán parte de su energía al ser en el vientre de su madre y esa energía guiara la suerte de su persona durante toda su vida. Sonaron campanas en toda la ciudad, una procesión de mujeres con velos en el rostro y vestidas de colores alegres seguía el camino principal que guiaba a la gran mansión, seguido del gran séquito de sacerdotisas astrologías se encontraba el astrólogo principal, un hombre viejo y encorvado con apenas unos mechones de cabello blanco casi transparente en su cabeza, el anciano vestía con túnicas de un material indistinguible pero elegante de color purpura, 88 estrellas cada una de un color metálico diferente estaban bordadas en su vestimenta, a paso lento pero firme el anciano se acercó a la entrada de la mansión donde le esperaban Lord Zhao y su esposa Xiao Mei con una sonrisa en sus rostros, el anciano se acercó lentamente y con una voz suave que difícilmente se podría adjudicar a alguien de su contextura física dijo amablemente, "Lord Zhao, mi señora Xiao Mei, parece que el destino marcado por las estrellas me hizo volver más rápido de lo esperado, he respondido a vuestro llamado y al deseo de los cielos de dar un nombre al pequeño que jugaba al escondite en el vientre de su madre", Xiao Mei estaban rebosante de felicidad, la creencia de que el nombre de una persona marcaba el rumbo de su vida era muy común en este mundo, la preocupación de que su hijo no tuviese nombre era casi como sentir que hijo no tenía ningún futuro, esperaba pronto esto se solucionara y poder quitar un gran peso de encima a su alma consternada, con alegría en su voz Xiao Mei afirmo "ciertamente es el buen destino de nuestra familia el hecho de que pueda venir un astrólogo de la santa corte a invocar un nombre para nuestro hijo, por favor adelante sea usted bien recibido en nuestro hogar, el salón principal está preparado", "gracias por venir tan pronto y espero disculpe las molestias que este viaje haya causado a su excelencia" dijo finalmente Lord Zhao antes de entrar a la mansión seguido de la gran comitiva. Una vez en el salón principal adornos multicolores y olores a sándalo daban una atmósfera de elegancia y pulcritud, Mikel quien observaba desde un elevado asiento toda la situación estaba absorto en el evento, no tenía idea sobre lo que pensaban hacer, aunque entendía el nombre del evento de las charlas de la gente, nadie había expresado el que significaba ya que para todos era una situación muy normal, al momento de ver al astrólogo, pensó que tal vez esto era una especie de bautizo al estilo católico como en su país natal de Panamá, pero la realidad era distinta, parece ser que todo era algo mágico, en medio del salón el astrólogo se sentó en el suelo en una pequeña estera, la edad que aparentaba hacía difícil creer que pudiese pararse del suelo luego de terminado lo que estuviese a punto de hacer, pero una vez más Mikel se equivocó, en un momento sonidos angelicales se escucharon en todo el salón, rugidos de bestias tenebrosas también hicieron eco en la sala donde cerca de cien personas se reunían, al siguiente instante con los ojos cerrados el astrólogo empezó a levitar a más de un metro del suelo, el evento que tenía lugar a medio día fue pronto trastornado pues la habitación anteriormente iluminada por luz natural empezó a oscurecerse, a continuación diminutas estrellas del tamaño de luciérnagas empezaron a tomar forma frente al astrólogo, la forma de las luces fue cambiando hasta finalmente tomar forma de letras, el nombre había sido invocado las incontables estrellas brillantes deletreaban "MAO".