Mientras Lord la gente de la provincia de Rumi, se encontraba preocupada por lo que les depararía el futuro, Mikel leía un pequeño diario muy antiguo, las hojas que conformaban el libro estaban derruidas, tanto que daban la apariencia de volverse polvo en cualquier momento, en su interior un conocimiento muy particular llamaba especialmente la atención, pues trataba de los viajes de un explorador nacido en el imperio Sacrafido, cuando aún no era siquiera llamado de esa manera, los relatos que contenían narraban las aventuras de este en una tierra tan lejana que era difícil de imaginar; tales aventuras eran de poca importancia para Mikel, pero la descripción de lo que vio en esos lugares le atraía profundamente, el misterio de este mundo mezclado era fascinante, de no ser por la escasa energía caótica de su cuerpo, hace ya buen tiempo hubiera preguntado a la palabra" sobre la causa de este popurrí de razas, idiomas y demás cosas. Cuando Mikel pensaba en ese hijo suyo en particular, sentía una ligera preocupación, en el pasado remoto no recordaba fuera tan drástico, destruir una ciudad borrándola de la faz de la existencia, no parecía ser la manera normal de actuar de "la palabra", pues en sus momentos de mayor ira solo trajo un pequeño diluvio o una plaga sin importancia a los pecadores, pero ahora todo indicaba que esta traviesa creación, estaba bastante descarriada.
Los recuerdos del "largo sueño" eran bastante claros para Mikel; en el principio el creo la luz, esta era necesaria para crear los cielos y la tierra, pues solo había oscuridad, habiendo transformado la energía caótica, luego de varios miles de años Mikel noto que podía moldear dicha energía a su antojo y gracias a su mente, lo segundo a ser creado al principio de la creación misma, fue un hamburguesa, no fue realmente su culpa que su cerebro echara de menos la carne a la parrilla, millones de años trascurrieron sin que probara un solo bocado en aquella oscuridad, lastimosamente la hamburguesa que creo tenía pepinillos y cebolla, eso le indico que era demasiado novato en los asuntos correspondientes a crear el universo; con unos pocos cientos de años más de práctica, Mikel por fin logro crear un lugar decente donde permanecer de pie sin estar constantemente flotando, la tierra fue creada, aunque por tierra se debe entender como una extensión ilimitada de terreno plano y árido; las cosas se quedaron de esa manera por unos miles de años más, solo había luz, tierra sin límites y hamburguesas, pero todo cambio cuando por descuido su segunda creación y el mayor de sus orgullos, al menos de esa época donde solo existían tres cosas, resbalo de sus manos para caer en su pecho; después de maldecir un poco su mente pensó que sería bueno tener agua para lavar su cuerpo, pero ser un dios novato es complicado, pues el agua cubrió toda la tierra ilimitada, de no ser por la energía caótica que inundaba su cuerpo y evitaba que muriera, lo más probable es que hubiese muerto ahogado en su propia creación acuática. Miles de años pasaron, pronto fueron millones, durante todo ese tiempo Mikel no se quedó ocioso, había creado incontable cantidad de maravillas, desde bellas plantas, hasta interesantes animales, pero por más que intentara no lograba crear a un ser pensante, los fracasos se acumulaban uno tras otro, Mikel deseaba crear a un ser similar a sí mismo, pero cada vez parecía más imposible de lograr; en ocasiones recordaba como en el mundo que nació, existía un libro religioso que hablaba de como dios creo todo en seis días y para luego descansar el séptimo, entre más pensaba en ese libro más enojado se sentía, aquel que escribió eso probablemente tendría algún déficit mental, crear cosas era increíblemente difícil, más aun lo era el hecho de intentar crear a un ser humano o algo medianamente similar.
Algunos millones de años más habían transcurrido en ese "largo sueño", Mikel finalmente decidió desistir de crear seres similares a él, de alguna manera justificaba su rendición a intentarlo con el hecho de que tenía animales a los cuales podía pasar la eternidad adiestrando, tal vez la manera de crear seres humanos era el camino de la evolución, en esos momentos recordó nuevamente otro libro del mundo en el cual nació, este había sido escrito por un tipo barbudo y hablaba de como las especies con el tiempo adquieren diferentes habilidades para adaptarse; pero solo de pensar en ese otro libro también se enojaba bastante, pues había estado por quien sabe cuántos millones de años con los animales que creo y aunque ciertos cambios eran evidenciables, no había indicio alguno de que ellos pudieran comunicarse con él o entenderlo en un sentido profundo; fue así como durante mucho tiempo para Mikel fue imposible crear a un ser humano o algo siquiera similar.
Pero cierto día cuando Mikel se encontraba algo aburrido de todo el asunto de la creación, pensó que tal vez podía crear algo menos tangible, mas efímero, algo metafísico; cabe resaltar que usar la energía caótica para crear algo material era bastante complicado, pero la sola idea de crear algo intangible con la misma energía era descabellado. El tiempo pasaba rápidamente, desde aquel momento en el cual Mikel tuvo su nueva loca idea de crear algo, no se había movido de la posición en la que se encontraba, sentado con los brazos cruzado bajo un árbol de manzanas finalmente logro avanzar en lo que deseaba, una luz verde del tamaño de una fruta flotaba sobre la cabeza de Mikel parpadeando con delicadeza, cuando finalmente la luz dejo de parpadear, Mikel abrió los ojos con una sonrisa engreída, mirando a la esfera de energía verde, con una voz pacífica y relajada expreso "te he creado desde la nada, a partir de ahora te llamaras sabiduría y serás uno de mis dones"; la mente de Mikel estaba llena de claridad, finalmente había logrado entender cuál era la dirección en la cual debía construir el camino a seguir, el primero de los siete dones fue creado.
Crear la "sabiduría" fue para Mikel un gran logro, pero a la vez una enorme molestia, no solo fue la incontable cantidad de tiempo y energía caótica que necesito para crear aquel don, también fue el enorme gasto de energía mental lo que lo agobiaba; crear un solo don fue más agotador que crear cientos de planetas, pero a su vez fue más satisfactorio, ahora solo le quedaba seguir pensando que otros dones eran necesarios para ser creados. Los años se acumularon lentamente, bajo aquel árbol de manzanas, en la cabeza de Mikel una esfera verde de energía flotaba solitaria, pero sin previo aviso y de un momento a otro una esfera más parecía haber decidido unirse a la fiesta de girar sobre su creador, la nueva integrante del grupo de los dones era de color blanco brillante; abriendo los ojos nuevamente con una mirada de ligero agotamiento Mikel promulgo "eres el segundo de mis dones, creado desde la nada, tu nombre es entendimiento". Crear dones era cada vez más difícil, Mikel estaba agotándose de una manera visible, su rostro se encontraba algo demacrado, a la vez que su tez enfermiza le daba la apariencia de una uva pasa, crear el "entendimiento" le hizo necesario descansar por algunos cientos de años; finalmente cuando se había recuperado, Mikel inicio una vez más el trabajo que sentía inconcluso en su corazón.
A la sombra del árbol de manzanas, transcurrían los millones de años, cada cierto tiempo una esfera luz de un color distinto a los anteriores se unía a la fiesta sobre la cabeza de Mikel, estas eran recibidas por las palabras de afecto llenas de cansancio de su creador, luego del "entendimiento", fue el turno de una luz amarilla opaca a la que Mikel recibió diciendo "eres el tercero de mis dones, te he creado de la nada, tu nombre será discernimiento", sucesivamente fueron naciendo a la existencia dones creados por Mikel que tomaron su lugar sobre la cabeza de su creador a la vez fueron nombrados por el, la esfera de luz azul de un tono eléctrico fue nombrada como "ciencia", aquella de luz purpura fue nombrada como "piedad", la siguiente de color negro seria conocida como "fortaleza" y la última, el más difícil de crear de los dones de Mikel de un color rojo escarlata fue llamada "temor", pero justo después de nombrarla, con un poco de vacilación en su voz Mikel decidió cambiar su nombre, aquel último don que creo, seria llamado "temor de dios".
Mikel había finalizado la creación de los dones consideraba necesarios para crear al ser humano de su imaginación, aunque con grandes dificultades completó la tarea que se había auto asignado, también decidió darse un pequeño descanso, paso otros tantos millones de años vagando entre mundos, creando minerales que consideraba interesantes, plantas que creía divertidas y paisajes que deseaba los seres humanos que crearía pudieran disfrutar; pronto los dones girando sobre su cabeza empezaban a marearlo y ser una pequeña molestia, por lo tanto considero era hora de crear a su primer ser humano.
Mikel presto especial atención a la creación de su primer ser humano, durante mucho tiempo pensó en como deseaba que se vieran, tal vez crear gente con apariencia de cangrejos sería interesante, de esa manera muchas ideas rondaron su mente por largo tiempo, pero finalmente llego a la conclusión de que los primeros seres humanos deberían tener una apariencia similar a la suya; cuando por fin llego el momento de crearlo, uso todo su amor y su talento adquirido por medio del trabajo duro, la energía caótica fue transformada lentamente en carne, huesos y órganos, para dar paso a la forma de una persona, hasta ese momento esta nueva creación suya no era diferente de un animal cualquiera, no tenía ninguna auto consciencia o capacidad profunda de comunicación, pero en esta ocasión Mikel estaba muy preparado, con una voz profunda ordeno a los dones que giraban sobre su cabeza, entraran al cuerpo que recién había creado, una tras otra las esferas luminosas entraron en el ser con forma de ser humano perfectamente creado, los dones creados de Mikel tenían como propósito ser entregados, para finalmente crear ese ser que se asemejara a sí mismo.
Cuando por fin todos los dones se encontraban dentro de aquel cuerpo, el silencio se apodero de la tierra, ningún ser vivo daba algún indicio de sonido, los océanos y los vientos se detuvieron, la mirada de Mikel no se alejaba de aquel cuerpo en el cual invirtió tantos esfuerzos, este que aun brillaba con hermosura y perfección, repentinamente el brillo se transformó en un temblor que creaba grietas en la superficie de la piel del futuro ser humano, las grietas se volvieron cada vez más grandes, finalmente el cuerpo no aguanto más la gran energía concentrada en su interior, explotando en una furia de carne, vísceras y fragmentos de hueso; las esferas de luz lentamente volvieron para posarse sobre la cabeza de Mikel, una vez formada la corona de dones, estas se movían muy lentamente, desanimadas, casi como sintiéndose culpables de lo ocurrido. Al ver tal escena pasar Mikel no encontró a quien culpar, por lo cual solo le quedó decir con voz enojada "me cago en dios", para sentirse instantáneamente estúpido luego de unos momentos de analizar su propia blasfemia.
Luego de constantes intentos, para crear con éxito a su deseado ser humano, solo se acumulaban los fracasos, con la creación de los dones, Mikel sentía que realmente tenía todos los ingredientes necesarios para completar este deseo suyo, pero la realidad constantemente le decía lo contrario, los fracasos se transformaron en malestar, el malestar paso rápidamente a ser enojo, para finalmente llegar a ser una ira desmedida; esos fueron tiempos oscuros, en aquellos tiempos cuando Mikel no logro crear a los seres humanos que tanto deseaba, se creó una cosa diferente, "la destrucción", pues Mikel, cegado por la ira inicio una cruzada en nombre propio para destruir diferentes obras suyas que no lo dejaban del todo satisfecho, en esos momentos Mikel logro transformar la materia ya creada en energía caótica, curiosamente la idea de que es más fácil destruir que crear, fue probada por el en este nuevo universo, pues solo basto un ataque de ira, para borrar miles de años de proyectos completado