Yeilos Maitt fue el nombre dado por sus padres, en sus recuerdos eran gente pobre, pero con un sentido de lo justo, incluso cuando tenía nueve años, vio como morían con una cara de orgullo. En ese entonces, solo pudo pensar en que apartir de ahora tenía que ir con su hermana menor, Lina Maitt, a uno de los de los centros de entretenimiento, los cuales son manejados por el gobierno, para crear gente capasitados en puestos requeridos. En ningún momento los hermanos lloraron por la muerte de sus padres, por que en el continente que nacieron no era extraño los sucesos que vivieron, era algo tan habitual para los bajos rangos sociales, que solo pensaron llego el día.
Desde hace siglos estaba este sistema, el que la mayoría era conocido y llamado por la gente, "por la luz". La población, sabiendo que hay que mantener un orden en las grandes concentración de personas, se implementaron varios métodos, incluso antes de la caída de los viejos nobles existian tales métodos, creados para mantener el orden, unos de ellos era sacrificar vidas por la escasez de recursos básicos, se puede mantener el sustento de las necesidades básicas de un número limitado de la sociedad. Después de recibir una especie de adoctrinamiento religioso por siglos, la población se ofrecía voluntaria al método, generalmente eran los mayores de edad y con un rango bajo, esto se inculcó en la cultura de las ciudades del continente, pasando a ser algo normal en sus vidas, es por esto, que Yelios perdió a sus padres de una forma carente de emocion.
Cuando alcanzo la edad de quince años, junto con su hermana se destacaron de los demás niños, alcanzaron el rango guerrero, mostrado un potencial para alcanzar el rango maestro, fueron elegidos, junto con otros que también se habían destacado, enviados a la antigua isla de Sinea, actual puerto de los Recolectores, a aprender el oficio del Recolector.
...
[ Gran Mar Del Sur, Al Sur De La Gran Isla ]
Había estado en la profecion de Recolector por mas de díez años, en los cuales ascendio a rango Elite y su puesto también, logro ser el capitán de un barco, siendo el encargado de la zona en la que se encontraba ahora, pero generalmente no podían recolectar nada interesante en los alrededores de la Gran Isla, solo trayendo los pocos pescado que podían pescar.
- guaf guaf
Capitán: ¿Vido?, ¿que sucede?.
Era un día normal, estaba en su cuarto, marcando un mapa, en los posibles lugares para poder recolectar, hasta que fue sorprendido por su fiel mascota, quien lo izo percatar del estado anormal del barco, estaba quieto sin que la tripulación lo manejara. Lo que lo obligó a salir a la cubierta a investigar que sucedía.
Yelios: !!!
( ¿pero que mierda?... ¿eso es? )
Cuando salio a investigar, se encontró que todos miraban al norte, en dirección de una luz que provenia de la Gran Isla.
Tripulación 1: eso solo lo puede acerlo un rango leyenda como mínimo.
Tripulación 2: deberíamos ver, quizás sea una leyenda, eso seria de gran ayuda para la ciudad o para nosotros.
Tripulación 3: pero eso es el antiguo reino la Gran Isla, fue arrasada hace mucho tiempo, no debe haber ninguna vida humana.
Tripulación 2: ¿quien mas haría esa luz?, ¿los oscuros?, no me hagas reír.
Tripulación 3: ¿que?, ahora me vas a decir que eres un mago que puede saber el rango de los demás.
Pudo escuchar la charla de un grupo de su tripulación, pero el no les presto mucha atención, solo se quedo mirando la luz, con mucha codicia.
( dinero a la vista... esa isla esta abandonado, no hay algún vivo, debe ser un artefacto antiguo... y por la luz, parece uno de alto rango )
Yelios, desde jóven, su vida estaba girando en dirección del dinero, lo que el denominaba que era el poder.
Capitán: ! atención!, ¡escuchen!, esta son las ordenes... ¡somos recolectores!, ¡haremos lo que sabemos!.
- ¡si!
Con el grito de aprobación de toda la tripulación, pusieron el barco en dirección a la luz.
...
( mm ahora... debo investigar, o directamente venderlos a esos desgraciados )
Después de tener una charla con dos de los tres que habia rescatado, habia llegado a dos conclusiones, venderlo a los de alta clases, a los que odiaba, mientras que dudaba mucho de la otra opción, la historia de ser el maestro de la semilla de Dios era muy tentador, pero al enterarse de la joven combatiente, era tambien una maga de rango Épico, lo hacía cuestionar todo lo que previamente le dijo. Había una famosa historia, la cual esta relacionado con alguien con la misma descripción que la joven, la malvada Alexa, era una historia popular entre la gente de bajo rango social, conocida por su maldad, por el trato que habia echo con el diablo, pero sobre todo por que, gracias a ella, cayo el viejo reino.
Lina: capitán, ya estamos en rumbo a casa.
Lina que había entrado sin previo avisó, sorprendió al capitán que estaba en sus pensamientos.
Yeilos: espera, tu que siempre lees libros... ¿sabes algo de sangre negras?.
Lina: mm...
Luego de pensar un tiempo volvio a hablar.
Lina: primero, solo por leer libros, no es que se todo... pero, hay una ley, que esta desde que fueron eliminados los viejos nobles, de que hay que matar a todos los que tengan esa sangre.
( espera... quería a una nobleza antes, no era una broma... y esa ley... ¿los nobles antiguos tenían sangre negra? )
Lina: ¿algo mas?.
Yelios: si... sobre la historia de la malvada Alexa...
...
Luego de hablar con Lina, se puso muy nervioso, pensando que encontró una bomba de tiempo, pero al esperar en el puerto una semana y ver como si funciona el método que le habia mencionado, lo relajo y volvio a pensar que hacer para arreglar esta situación. sabiendo que si lo vendía a los nobles y descubrían que era Alexa, terminaria con todo en el barco muertos, decidió dejar el cristal dentro una caja, evitando que le alcanzara la luz.
( ¿que hago?, esto es un desperdicio )
Actualmente estaba en el barco, mirando la caja, seguia pensando que debería hacer, ante sus ojos era algo muy peligroso, pero a su vez algo valioso.
( la antigua ciudad de Suran... )
El plan de Alexa, de encontrar un sangre negra era imposible, desde hace siglos, todos los nobles de sangre negra, fueron asesinados, incluso sabiendo eso, decidió ir a Suran, para averiguar mas de las semillas, en su mente era una información que pagarían muy bien los alto mandos. El que era un recolector, le era normal ir a una ciudad caida por los oscuros para recolectar, el problema era que el lugar era muy peligroso y fuera de su sector asignado.
( me tomara un tiempo preparar todo... )
...
[ Varios Siglos Después ]
Un joven muchacho de unos veinte años, entro dentro de una tienda de la ciudad ciudad de los Recolectores, se acercó al mostrador y puso una pequeña caja antigua frente a un hombre viejo.
- ¿y que tenemos aqui?.
El dueño de la tienda, era un hombre en sus últimos años de vida, se podía ver en sus arrugas y su larga barba blanca, pero seguia tan lleno de vida ante los ojos del jóven.
Yelios: buenos días, soy Yelios.
- Yelios, Yelios mm...¡claro!, tu abuelo era el gran Yelios.
Yelios: me pusieron su nombre en su honor.
- si, si... ¿es verdad que pudo entrar en Suran y salir vivo?.
Yelios: no estaría aquí, si no fuera cierto...
- jajaja, muy cierto... ¿que te trae aqui?.
Yelios: es que necesito dinero y esto es del mismo viaje de mi abuelo a la ciudad antigua de Suran.
- wooo... si eso es cierto, debo tenerlo.
El joven Yelios, abrió la caja, para que pueda ver el viejo que era lo que vendía. Dentro se pudo ver siete piedras de plata y un collar con una piedra similar a las otras, pero esta era de oro, al ver esto el viejo se asombro.
Yelios: no solo tiene un valor por el material, también tiene un valor histórico.
El viejo, agarro una de la piedras pequeñas de plata y lo golpeó despacio con un pequeño pico.
- ciertamente valen algo, pero son huecos, que tal si te doy un treinta porciento mas del valor del mercado por material, es lo mejor que se te dará, lo hago solo porque soy me interesa la historia que conlleva.
Luego de dudar un tiempo, el joven Yelios acepto. Estaba por irse, pero fue detenido por la pregunta que le izo de repente el viejo.
- ¿esto es lo único que trajo de la ciudad de Suran?.
Yeilos: esto y algunos libros, lo demás lo vendió... estas piedras decía que tenían un gran mal, que debíamos cuidarlas, se volvio un poco loco en sus últimos años de vida...
Se fue dejando al viejo mirando las ochos piedras.
- aunque al no ser pura plata y oro, no valen mucho, pero las pondré en el mostrador principal, se ven bien costosas y sobretodo lo puedo presumir a todos los vecinos.