Burton apartó una mosca.
¿Tienes que ser tan auténtico?
También hay mosquitos. Tengo que retirarme al interior de mi mansión al anochecer por culpa de ellos. No deseo que la vida sea aquí un paraíso de aire acondicionado libre de bichos. Hubo un tiempo en el que maldecía a las moscas, mosquitos y hormigas y me preguntaba por qué Dios los habría puesto en la Tierra para mortificarnos. Ahora ya lo sé. Son una fuente de placer. Cuando están zumbando incansablemente a tu alrededor, y consigues al fin librarte de algún modo de ellos, llegar a algún lugar donde no pueden alcanzarte, descubres el summum del placer. Los he puesto aquí para poder gozar de su ausencia.
Puñado de Estrellas lo miró como si lo considerara un tipo extraño. Burton, sin embargo, lo comprendía. Para conocer el auténtico placer tenías que conocer también la falta, de placer. La existencia de lo malo podía ser justificada. Sin lo malo, ¿cómo podrías llegar a saber nunca que lo bueno es bueno? Quizá, pensó, aquello no fuera necesario. De serlo, ¿por qué los Éticos habrían trabajado tan duramente para eliminar lo malo?
En aquel momento, una mujer salió de la casa. Era muy hermosa, de pelo castaño rojizo, ojos verdes, piel pálida, largas piernas, generosos pechos, fino talle. Su rostro era irregular, la nariz un poco demasiado larga, el labio superior un poco demasiado corto, y sus ojos quizá un poco demasiado hundidos. Sin embargo, el conjunto ofrecía un rostro hermoso difícil de olvidar. Tendría casi metro setenta de estatura, y llevaba una túnica blanca de algún brillante material, muy escotada y abierta hasta la cadera en su lado izquierdo. Sus zapatos de lacón alto eran abiertos y blancos. No llevaba joyas ni perlas, sino tan sólo un brazalete de plata en su muñeca izquierda. Frigate, sonriendo, la presentó:
Sophie Lefkowilz. La conocí en una convención de ciencia ficción en 1955. Mantuvimos una cierta correspondencia y nos encontramos más tarde ocasionalmente en otras convenciones. Murió en 1979 de cáncer. Sus abuelos vinieron de Rusia a Cleveland, Ohio, en 1900, y su padre se casó con una mujer descendiente de judíos sefarditas que vinieron a Nueva Amsterdam en 1652. Lo curioso es que en una ocasión me encontré en el Valle con el inmigrante original, Abraham López. No congeniamos: era un fanático intolerante. Ella era una ama de casa, pero llevó una vida muy activa en un montón de organizaciones, incluida la Organización Nacional para las Mujeres. También hizo bastante dinero escribiendo libros para niños bajo el seudónimo de Begonia West.
Encantador, estoy seguro dijo Burton, sinceramente. Pero fuiste tú quien nos previniste a los demás de resucitar escritores, ¿recuerdas?
No todos están podridos.
Sophie era vivaz e inteligente, aunque demasiado aficionada a los juegos de palabras. También parecía muy agradecida a Frigate por haberla resucitado de entre los muertos, y él parecía encantado con ella.
Por supuesto, vamos a resucitar a otros. Vamos a acabar con los nervios de punta el uno con el otro si no tenemos otros compañeros. Pero toma un montón de tiempo enjuiciar a los candidatos.
El está buscando la perfección, y no va a conseguirla dijo Sophie. Los perfectos han Seguido Adelante. Yo le digo: toma a aquellos que parezcan razonablemente compatibles, y si no funcionan, siempre puedes echarles.
Por la forma como están yendo las cosas dijo Puñado de Estrellas, la torre está empezando a hormiguear de gente. Todo el mundo a quien se resucita empieza a resucitar a otros.
Puede albergar confortablemente a más de un par de millones de personas dijo
Sophie.
Pero si todo el mundo a quien se resucita llama a cuatro más, no se necesitará mucho tiempo a ese ritmo exponencial para que la torre quede atestada dijo Burton.
No solamente eso dijo Frigate, sino que puede llegar a ser peor. Estuve hablando con Tom Turpin el otro día. Dijo que dos parejas en su mundo estaban intentando tener niños. Habían hecho que la Computadora eliminara de sus dietas los anticonceptivos químicos que los hacían estériles. Tom estaba furioso. Les dijo que si la mujer quedaba embarazada, deberían abandonar Turpinlandia. Pero ellos dijeron que no les importaba.
Permanecieron en silencio durante un rato, horrorizados por las noticias. Los Eticos habían arreglado las cosas de modo que no pudieran nacer niños, ya que no había suficiente sitio en el Mundo del Río para una población en expansión. Además, al término del plazo, el lugar debía quedar vacío para que aquellos nacidos en la Tierra después del
1983 D.C. pudieran ser resucitados.
Todo el proyecto se está yendo al diablo dijo Frigate.
Al mismísimo infierno dijo Burton. Si es que ya no estamos en él.
Esto no se parece en nada al infierno dijo Sophie, sonriendo. Agitó una mano para indicar su mundo privado. Desde cerca de ellos les llegaban las canciones de los pájaros, notas anacrónicas, puesto que no había pájaros en el mesozoico, y el chirrido de algunos mapaches, también fuera de su época. Por encima del borde del monolito llegaban los profundos y gorgoteantes gritos de los brontosaurios y el retumbar como de tren expreso del tiranosaurio, parecido al inicio de una avalancha de nieve. Los diez metros de largura de las alas de los pteranodóntidos sonaban como gigantescas multitudes asmáticas.
Eso es sólo temporal dijo Burton.
Los androides, Ronnie y Dicky, trajeron más bebidas. Frigate y Burton, quizá inspirados por la presencia de los androides, empezaron a hablar acerca del libre albedrío versus determinismo, uno de sus temas preferidos. Frigate insistió en que el libre albedrío jugaba un papel más importante en las vidas humanas que los elementos mecánicos, químicos o neurales. Burton insistió a su vez en que las elecciones de la mayor parte de la gente eran fijadas por la química de su cuerpo y su condicionamiento precoz.
Pero algunas personas cambian sus caracteres a mejor dijo Frigate. Lo hacen conscientemente y con esfuerzo. Su voluntad consigue pasar por encima de su condicionamiento e incluso de su temperamento básico.
Admitiré que el libre albedrío juega a veces Un papel en algunas personas dijo Burton. Sin embargo, solamente unos cuantos utilizan efectivamente su libre albedrío, y a menudo fracasan. Incluso así, la mayor parte de la gente es, en un cierto sentido, muy parecida a robots. Los no-robots, los pocos afortunados, pueden ser capaces de ejercitar su libre albedrío solamente gracias a que sus genes se lo permiten. De todos modos, incluso el libre albedrío depende del determinismo genético.
Quizá será mejor que te diga, aunque quizá hubiera debido decírtelo antes murmuró Frigate, que le he preguntado a la Computadora si los Éticos han efectuado algún trabajo sobre libre albedrío y determinismo. No en un sentido filosófico, sino científico. La Computadora me dijo que tenía una gran cantidad de datos debido a que los primeros Éticos, la gente que precedió a Monat, habían trabajado sobre este tema, del mismo modo que la gente de Monat y sus sucesores, los hijos de la Tierra criados en el Mundo Jardín. No iba a tener tiempo de revisar todos los datos, ni siquiera una pequeña parte de ellos, y probablemente tampoco los entendería aunque tuviera tiempo. Le pedí un resumen de las conclusiones. La Computadora dijo que el proyecto se hallaba aún en desarrollo, pero que podía ofrecerme los resultados hasta el momento.
«Hace mucho tiempo que los Éticos trazaron un esquema de todos los cromosomas, fijaron su función exacta, y analizaron la interrelación de los genes. Trazaron esquemas de sus campos individuales y de interacción. Por cuyo motivo, cuando nos resucitaron, todos los genes defectuosos habían sido reemplazados por otros sanos. Fuimos resucitados en perfecta condición física, química y psicológica. Por supuesto, nuestro condicionamiento psíquico y social no fue extirpado. Librarnos de él era algo estrictamente individual. Debíamos utilizar nuestro libre albedrío, si lo teníamos o deseábamos utilizarlo.
¿Por qué no me hablaste de eso? dijo Burton.
No te pongas furioso. Únicamente deseaba que expresaras tu opinión y luego mostrarte la verdad.
¡Querías que te mostrara una pierna para tú poder cercenarla limpiamente!
¿Por qué no? dijo Frigate, sonriendo. Eres un charlatán tan vehemente, tan testarudo, tan dogmático, tan farisaico, que... bueno, pensé que por una vez podría hacerte escuchar en vez de intentar dominar la conversación.
Si eso te ayuda a librarte de tu resentimiento dijo Burton, sonriendo también. Hubo un tiempo en el que me hubiera sentido muy furioso contigo. Pero yo también he cambiado.
Sí, pero en algún momento me harás pagar por esto.
No, no lo voy a hacer dijo Burton. Usaré mi libre albedrío para aprender esta lección. La conservaré como un tesoro.
Veremos. De todos modos...
¡Las conclusiones!
Intentaré expresarlas en inglés sencillo. No somos robots completos, como Sam Clemens y ese otro escritor del que te hablé, Kurt Vonnegut, proclamaban que éramos. Ellos decían que nuestro comportamiento y pensamientos estaban enteramente determinados por lo que había ocurrido en el pasado y por los elementos químicos en nuestros cuerpos. La teoría de Clemens era que todo lo que había ocurrido en el pasado, todo, determinaba todo lo del presente. La velocidad en que y el ángulo al cual el primer átomo del inicio del universo había golpeado contra el segundo átomo inició una cadena de acontecimientos en una dirección en particular. Lo que somos fue el resultado de esa primera colisión. Si el primer átomo hubiera golpeado contra el segundo a una velocidad y en un ángulo distintos, entonces nosotros también hubiéramos sido distintos. Vonnegut no decía nada sobre eso pero afirmaba que actuamos y pensamos de la forma en que lo hacemos debido a lo que él llamaba «malos elementos químicos».
«Tanto Clemens como Vonnegut vituperaban el mal, pero ignoraban el hecho de que sus propias filosofías extirpaban la culpa de ese mal de sus autores. Según ellos, nadie podía evitar su forma de actuar. Así pues, ¿por qué escribieron tanto acerca de los malvados y los condenaron de tal modo, cuando ningún malvado era responsable en absoluto de sus maldades? ¿Podía culparse a los asesinos, podían los ricos que explotaban a los pobres hacer otra cosa, podían los pobres actuar de distinto modo que permitir ser explotados, podían los que pegaban a los niños ser culpados por su brutalidad, los puritanos por su intolerancia y su angosta y rígida moralidad, los libertinos por sus excesos sexuales, el juez por su corrupción, el Ku Klux Klan por sus prejuicios raciales, el liberal por su ceguera a las abiertamente declaradas metas y obviamente sangrientos métodos de los comunistas, al fascista y al capitalista por utilizar medios deshonestos para conseguir fines supuestamente honestos, al conservador por su desprecio hacia la gente común y sus excusas para explotarla? ¿Pueden ser culpados por sus acciones Iván el Terrible y Gilíes de Rais y Stalin y Hitler y Chiang Kai-Check y Mao Tse-tung y Menahem Begin y Yasser Arafat y Genghis Kahn y Simón Bolívar y los terroristas del IRA que colocan una bomba en un buzón de correos y le arrancan la pierna a un pobre bebé? No si aceptas la filosofía básica de Clemens y Vonnegut. El asesino y el que maltrata a los niños y el violador y el racista no son más culpables de sus acciones que los que sólo hacen el bien son alabables por ellas. Todos nos comportamos de la forma en que lo hacemos debido a los genes o a su condicionamiento químico o psicológico. Así que, ¿por qué molestarse en escribir acerca de la maldad si no se puede culpar a los malvados?
«Ellos lo hicieron así, de acuerdo con su propia filosofía, porque estaban predestinados a hacerlo. Así pues, no merecían ningún crédito moral.
Burton había estado aguardando pacientemente los resultados. Finalmente dijo:
Entonces, esos dos dijeron que somos simplemente bolas de billar aguardando a ser golpeadas por otras bolas y ser enviadas al agujero predestinado para ellas.
Sí.
Soy completamente consciente de esa filosofía. Como sabes, escribí un poema acerca de ella. De todos modos, incluso aquellos que no creen en el libre albedrío actúan siempre como si lo poseyeran. Parece que esta es la naturaleza de la bestia. Quizá nuestros genes determinen eso. Ahora, ¿te importaría llegar al fondo del asunto?
Hay más de un fondo dijo Frigate. En primer lugar, los estudios Éticos prueban que el potencial mental es idéntico en todas las razas. Todos tienen la misma reserva de genios, muy inteligentes, inteligentes, un poco inteligentes, y estúpidos. En 1983, cuando morí, había aún una gran controversia al respecto. Los tests de inteligencia parecían demostrar que el promedio de la inteligencia de los negros estaba algunos puntos por debajo que el de la los caucasianos. Los mismos tests indicaban también que el CI mongólico estaba unos cuantos puntos por encima del de los caucasianos. Un montón de gente afirmaba que esos tests no eran exactos y que ignoraban el condicionamiento social, la oportunidad económica, los prejuicios raciales y demás. Esos objetores tenían razón. Los tests Éticos prueban que todas las razas poseen el mismo potencial mental.
»Eso va contra el conjunto de tus observaciones en la Tierra, Dick. Tú afirmabas que el negro era menos inteligente que el caucasiano. Oh, admitías que quizá el negro americano pudiera ser capaz de llegar a ser más «civilizado» y brillante que el negro africano. Pero la implicación, si había alguna, era que todo ello se debía a que el negro yanki tenía un montón de sangre blanca, es decir, genes caucasianos procedentes de la mezcla racial.
Dije muchas cosas en la Tierra que ahora admito que estaban equivocadas dijo Burton vehementemente. Después de sesenta y siete años de íntima, aunque a menudo forzada, socialización con todas las razas y nacionalidades y tribus que puedas llegar a imaginar, y algunas que no puedas, he cambiado de opinión respecto a muchas cosas. Estoy perfectamente preparado a llamarle a Sambo hermano.
Yo en tu lugar no utilizaría «Sambo». Muestra un rastro persistente de segunda intención.
Sé lo que quiero decir.
Sí. Recuerdo una estrofa en tu poema, «Charla con una piedra», donde criticabas al blanco americano porque no llamaba a... Sambo... su hermano. No estabas en posición de lanzar ninguna piedra.
Lo que era entonces no es lo que soy ahora. Codearme con mucha gente hace que te empapes un poco de su piel. Y viceversa.
Te codeaste con mucha gente allá en la Tierra. Muy pocas personas viajaron tanto como tú y entraron en contacto con tantas clases de gente, rica y pobre.
No fue suficiente. No solamente las condiciones eran distintas a las de aquí, sino que allí no me codeé simplemente. Fui sacudido y golpeado. Eso siempre suele hacerle algo a la maquinaria, ya lo sabes.
No utilicemos términos mecanicistas dijo Frigate.
La maquinaria psíquica es perfectamente apropiada.
La psique no es ningún motor, sino un sutil y complejo campo de ondas. Muchos campos, de hecho: un supercampo. Como la luz, puede ser descrita como siendo a la vez ondas y partículas, una ondícula psíquica, ondículas formando un hipercomplejo.
Los resultados.
De acuerdo. Cada persona es un semirobot. Es decir, cada persona está sujeta a las exigencias de la máquina biológica, el cuerpo. Si tienes hambre, comes o intentas conseguir comida. Nadie puede elevarse lo suficiente por encima de sí mismo como para pasar sin comida y no morirse de hambre. Los daños al sistema neurocerebral, el cáncer, los desequilibrios químicos, todas esas cosas pueden ocasionar cambios en la mentalidad, volverte loco, hacer que tus motivos y actitudes cambien. No hay ninguna forma en que la voluntad pueda suprimir los efectos de la sífilis, los envenenamientos, los daños cerebrales, y así. Y cada cual nacemos con un surtido de genes que determina la
dirección particular que toman sus intereses. Sus gustos también, me refiero a la comida. No a todo el mundo le gustan los bistecs o los tomates o el whisky escocés.
»También, algunos han nacido con complejos cromosomáticos que los hacen más emocionalmente rígidos que otros. Quiero decir, no pueden adaptarse a cosas nuevas o a cambios también como otros. Tienden a aferrarse a lo viejo y a los elementos culturales que los afectaron cuando eran jóvenes. Otros son más adaptables, menos rígidos. Pero a veces la razón, la lógica, puede afectar la voluntad, y la persona puede superar su riqueza, librarse de su fosilización.
»Toma como ejemplo a una persona que ha sido educada en una fe cristiana fundamental. Es decir, una secta en la cual se cree que cada palabra de la Biblia debe ser tomada literalmente. Así, el mundo fue creado en seis días, hubo un diluvio de alcance mundial, un Noé y una arca, Dios detuvo la rotación de la Tierra para que Josué y sus sanguinarios genocidas hebreos pudieran disponer de la suficiente luz diurna como para derrotar a los sanguinarios amorritas. Eva fue seducida por una serpiente y a su vez dio a comer a Adán la fruta del árbol del conocimiento del bien y del mal. Jesús caminó sobre las aguas. Y así. Como otros en su secta, ignora la enorme acumulación de datos estableciendo el hecho de la evolución. Lee la Biblia pero no ve que, aunque la Biblia no dice en ningún lugar que la Tierra sea plana, implica claramente que la Tierra es plana. Ni tampoco toma literalmente el precepto de Cristo de odiar a tu padre y a tu madre. Ignora eso. Lo sitúa en un compartimiento separado de su cerebro. O lo borra como si estuviera grabado en una cinta.
«Pero algunos fundamentalistas se encuentran con algunas evidencias que les gustaría ignorar. El hierro golpea el pedernal, y la chispa cae sobre material inflamable. El fuego aumenta y aumenta. Lee más evidencias, quizá las odia y se maldice a sí mismo por su
«pecaminosa» curiosidad. Pero aprende más y más. Finalmente, su razón le convence de que estaba equivocado. Y se convierte en un cristiano liberal o en un ateo o en un agnóstico.
«Algo en sus defensas genéticas hizo un agujero, o el agujero existía ya aguardando a que el agua pasara por él.
«En cualquier caso, es capaz de utilizar su razón únicamente porque su esquema genético se lo permitió.
Pensé que habías dicho que el Homo sapiens era un semirobot dijo Burton. Estás describiendo unos robots al cien por cien.
No, los robots no poseen razón. Pueden utilizar la lógica, si están programados para hacerlo. Pero, si se enfrentan a nuevas evidencias que dicen que su programa está equivocado, no pueden rechazar el programa ya instalado. Los humanos sí pueden. A veces. Ni los robots tienen que racionalizar las razones que les hacen actuar de un modo determinado. Simplemente actúan. Pero los humanos tienen que explicar por qué están haciendo eso y aquello. Construyen un sistema de lógica para disculpar su comportamiento. El sistema puede estar fundado bajo premisas erróneas, pero normalmente es lógico dentro de su propio esquema de referencias. No siempre, sin embargo.
»Lo que afirman los Éticos, y pueden probarlo, es que incluso la persona más genéticamente rígida, más severamente condicionada, posee la habilidad de liberarse a sí misma, parcialmente al menos, de estas restricciones, de esos moldes. Que algunos pueden hacerlo pero la mayoría no... los Éticos dicen que esto es una demostración de libre albedrío. Los reprimidos, los que llevan una camisa de fuerza, no desean cambiar. Son felices en su miseria.
¿Pueden probar esto?
Sí. Admitiré que no poseo la educación suficiente como para validar sus descubrimientos. No comprendo las matemáticas superiores o la biología avanzada que todo ello implica. Acepto sus pruebas, sin embargo.
Sin embargo, no hay una certeza absoluta o definitiva, ¿verdad? dijo Burton. A menos que puedas ver claramente, como a través de un cristal, exactamente qué evidencia presentan, jamás sabrás realmente si están en posesión de la verdad, ¿no es eso?
Planteado de este modo, no. Algunas cosas deben ser aceptadas por la vía de la fe. Burton lanzó una estentórea carcajada.
El americano, con el rostro enrojecido, dijo:
A menos que seas lo bastante competente como para efectuar tú mismo la investigación, ¿cómo sabes que lo que lees en un libro de química o astronomía o biología es cierto? ¿Cómo sabes que nada es cierto a menos que dupliques la investigación? Incluso entonces, puedes estar en un error o decantarte al punto de vista opuesto porque...
¿Porque te sientes genéticamente inclinado a ello? dijo Burton burlonamente.
¿Porque estás predeterminado a creer en una cosa y no en otra?
Una actitud como la tuya hace que un hombre no crea en casi nada.
Correcto dijo Burton, arrastrando las palabras.
Seguramente fuiste portavoz de muchas opiniones basadas en las observaciones de otros mientras estabas en la Tierra. A menudo opiniones muy equivocadas.
Eso fue en la Tierra.
Permanecieron en silencio por un rato. Las mujeres estaban hablando de sus madres. Frigate podía decir, sin embargo, que Sophie estaba al mismo tiempo escuchándoles. Le hizo un guiño y un gesto que él no pudo interpretar.
Frigate tomó de nuevo el tema como si fuera una pelota de fútbol y él estuviera empeñado en marcar un gol. Tercamente, dijo:
Allá por 1978, creo que fue, leí en un libro de psicología que uno de cada diez hombres parecía ser un líder nato. Se implicaba que este era un rasgo que venía determinado genéticamente. El estudio Etico ha validado esto, e incluso ha señalado el complejo genético responsable.
«Además, decía que un diez por ciento de los Homo sapiens se habían sentido siempre inclinados en un cierto grado a la homosexualidad. Es decir, el diez por ciento poseían unas ciertas inclinaciones. No todo el diez por ciento practicaban la homosexualidad, pero la tendencia estaba allí. Eso se convirtió en una regla desde que los Éticos empezaron a efectuar grabaciones duplicadas de la humanidad. Y se supuso que eso había sido así desde el origen del Homo sapiens.
»La tendencia es determinada genéticamente. Lo que me interesó acerca de eso es que en 1983, unos pocos años antes que eso, también, los militantes homosexuales afirmaban que habían efectuado la elección libre y consciente de ser homosexuales. En otras palabras, no habían nacido homosexuales, habían elegido deliberadamente serlo debido a que preferían esa forma sexual de vida.
«Hablaban como si, cuando uno alcanzaba la edad de la razón, eligiera deliberadamente su camino. Lo que ignoraban o dejaban de considerar era que, si esto era cierto, entonces los heterosexuales también habían efectuado su decisión libre y consciente de ser heterosexuales. Pero esto no era simplemente así. Un heterosexual lo era porque había nacido de ese modo.
¿Pero cómo...? dijo Burton.
Ibas a decir: «¿Pero cómo explicas a aquellos que tienen tendencias homosexuales pero se comportan heterosexualmente? ¿O aquellos que son bisexuales? ¿O aquellos que se casan con mujeres pero tienen también aventuras homosexuales?» Hay varios grados de homosexualidad... y de heterosexualidad... por supuesto. Y en una sociedad donde es peligroso ser abiertamente homosexual, el homosexual debía ocultar su tendencia, fuera hombre o mujer. En cualquier caso, la homosexualidad o heterosexualidad no es un asunto de elección. Es algo innato.
«Eso no constituye ninguna diferencia. Ser homosexual o no constituye un asunto de moralidad. No es una decisión personal. Es lo que haces con tu homosexualidad o heterosexualidad lo que importa, lo que es moral. Violación, sadismo, violencia, son cosas malvadas, seas o no homosexual.
No puedo evitar el oíros, sois tan ecandalosos hablando dijo Sophie. ¿Qué es todo eso acerca de libre albedrío y determinismo y genes y elección? Estaba muy interesada en estos temas cuando fui a la universidad. Realmente interesada. Me apasioné por esas cosas, acostumbraba a disfrutar irritando a aquellos que no estaban de acuerdo conmigo, los estúpidos pelmazos. Pero cuando me gradué, no, algún tiempo antes de eso, vi que... bueno... pensar que puedes resolverlo todo discutiendo filosóficamente sobre esos asuntos era una estupidez. No llegas nunca al final, no es posible alcanzar conclusiones irrefutables. Quizá resulte divertido, pero no extraes ningún provecho. Es algo superficial. De veras. Así que dejé de hablar de ello. Si alguien deseaba discutir tales cosas, o cambiaba a otro tema cualquiera o simplemente me marchaba, sin dejar que la discusión ahondara demasiado.
¡Exacto, eso es! dijo Frigate. ¡Tienes razón! Pero el asunto es que los Éticos han llevado esos temas más allá del estadio de la discusión u opinión. Han probado todo eso.
¡Ya no seguimos en la oscuridad!
Quizá. Tengo que estar de acuerdo con Dick al respecto. Quizá. Pero eso no importa. ¿Qué era lo que decía Buda? «Alcanza tu propia salvación con diligencia.» Sea quien sea el señor o la señora Diligencia. He estado buscando al señor Diligencia durante mucho tiempo. Incluso le he pedido prestada a Diógenes su linterna para ayudarme. Linterna que, incidentalmente, el viejo griego no necesitaba. El era honesto, así que, ¿por qué debería salir a buscar a otra persona honesta?
»De todos modos, como ha dicho Dick, todos nosotros actuamos como si dispusiéramos de libre albedrío. De modo que, ¿a quién le importa si existe o no tal cosa? Todo lo que sé es que solamente yo, yo sola, soy responsable de mi comportamiento moral. Herencia, entorno: excusas. Excusas, coartadas: tonterías. Raza, nacionalidad, tribu, padres, religión, sociedad: excusas. Yo decido lo que soy. ¡Y eso es todo!
¿Fue por eso por lo que quemaste tu soufflé ayer? dijo Frigate. No olvidaste simplemente vigilarlo. ¿Decidiste dejar que se quemara?
Frigate y Lefkowitz estallaron en una carcajada. Burton dijo:
¿Tú cocinas?
Oh, sí dijo Sophie. Me encanta cocinar. Cuando nadie me lo exige, por supuesto. Estaba haciendo nuestra cena ayer por la noche, y olvidé vigilar el soufflé. Estaba leyendo un libro, y...
Empezaron a hablar de comida, y eso los condujo a otros temas, y finalmente a la cena. Comer juntos era una costumbre mucho más antigua que la conversación.