PERSPECTIVA: Rozuel Drayt
Me dirigí al gremio para buscar algún trabajo, ya era tiempo de volver a hacer algo de dinero para variar, al encaminarme hacia la barra donde estaba Hersel, justo antes de abrir la boca y preguntar sobre algún trabajo de mi rango que deje buena paga, mi nombre es pronunciado por un hombre de mediana estatura, de cabello gris con un largo flequillo que le rozaba su ojo izquierdo acompañado de un pequeño lunar arriba de la pestaña y que rozaba por sus 30 a 35 años.
—Eres a quien llaman Rozuel Drayt, ¿verdad? –Pregunto ese sujeto —Pequeño, cabello marrón, ojos grises, quien logro vencer a un ciclope, tener el record de ser el aventuro en subir el primer rango más rápido superando al anterior y lograr todos eso siendo un no mago, no puedo evitar sentirme abrumado considerando que eres…
—Un niño, ¿eh? –Complete su oración.
—Sí, disculpa mi forma descortés de presentarme, me llamo Abral Griss.
—Está muy bien informado sobre mí, señor Abral.
—Así es, la razón del porque estoy aquí es porque preciso hablar contigo de un asunto sobre negocios, ¿podríamos platicar un momento?.
Acepte y tomamos asiento en una de las mesas libres del lugar, mirando a simple vista el hombre vestía una camisa blanca de largo cuello con una raya negra en el medio en el que tenía decorado allí una flor de pétalos gris, me resultaba una flor bastante inusual.
—Antes de comenzar, quisiera preguntarte, eso que tienes sobre tu hombro, ¿es un slime de metal? –Pregunta Abral señalando a Allum.
—Sí, se llama Metallum, pero le digo Allum para abreviarlo –Respondí a esa cuestión.
—Impresionante… ver una especie rara y no muy numerosa de slime en posesión de un no mago, disculpa mi forma de describirlo.
—Estoy seguro que Allum no es el centro de esta charla.
—Cierto, perdón por eso… primero debo decirte a que me dedico para hablar del tema, me encargo de dirigir un negocio de minería, nos dedicamos a la extracción de todo tipo de mineral sea mágico o no para su pronta evaluación y venta al mercado, para lograrlo es obvio que primero debemos dar con una mina que llame nuestra atención y es aquí donde entra el tema que concierne.
El relato de Abral nos lleva a una árida región ubicada a muchos kilómetros al oeste del pueblo de Argoh, un yermo conocido como "Granarg", el sitio es poco poblado ya que cuenta con uno o dos pequeños asentamientos con personas que viven allí tras adaptarse al medio ambiente, pero lo que llama la atención de este hombre es una mina ubicada en el centro de este sitio, se halla sobre un acantilado, según uno de sus exploradores encargados del hallazgo de minas para explotar, su interior alberga hierro, algo de oro, pero lo que más llama su atención es que en que al fondo se halla una pequeña veta de Arkania.
Arkania, con solo nombrarlo doy por entendido la razón del por qué esta mina es de suma importancia para este sujeto. Sin embargo su extracción no es sencilla, el centro del yermo de Granarg es muy peligroso, los únicos asentamientos que yacen ahí viven muy lejos del centro de ese lugar, la razón es que allí habitan peligrosas criaturas residentes del terreno que atacan con recelo al que decida acercarse, por no mencionar también que en la cueva supone lo mismo, los exploradores que hallaron esa mina corrieron la desafortunada suerte de toparse con esos seres y solo uno volvió con vida para informarle de su hallazgo a Abral, para luego morir a causa del veneno de la picadura de un escorpión de tamaño anormal.
—Empiezo a darme cuenta de a dónde va esto, buscan protección, ¿verdad? –Le pregunto.
—Necesitamos toda la mano de obra defensiva posible, tengo entendido que ese artefacto mágico que lleva contigo es de tu creación y es muy poderoso –Contesta el hombre señalando mi rifle AK-47 —Estoy aquí porque tengo interés en comprarla y si es posible llegar a un acuerdo para fabricar algunas más, obviamente pienso pagarte bien por ello.
—Si me has investigado lo suficiente bien, sabrás de antemano que mi artefacto no está a la venta y menos su manufacturación.
—Sabía que dirías eso, por lo que optare por mi segunda opción que es contratarte para esta petición personal que tengo, eso es posible, ¿no?.
—¿Un encargo privado?, ¿estoy escuchando bien?.
—Sí, tengo intención de contratarte con este encargo privado, por supuesto, está a tu decisión aceptar o no.
Los "encargos privados" a diferencia del resto, no se encuentran en el tablón de encargos, ya que son peticiones personales de la persona que la realiza para contratar a un grupo selecto (seleccionado a su antojo) de aventureros, cabe aclarar que dichos encargos son supervisados por el personal de gremio para ser aceptado (con la finalidad de comprobar que el trabajo que trata sea "legal"), pero hay un dato interesante sobre los encargos privados y es que son los únicos encargos en que "no figura el requisito de rango", es decir cualquier aventurero sin importar su rango puede hacer un encargo de tal tipo si un cliente está interesado en contratarle para algún trabajo en específico (del cual es su decisión aceptarla o no).
—Entonces, la petición de tu encargo es por protección para tu negocio de minería que quiere explotar esta mina en ese yermo peligroso, ¿no? –Pregunte al cliente.
—Sí, constara de dos grupos de aventureros, uno protegerá la mina desde la entrada para evitar que todo monstruo se acerque y otro grupo vendrá con nosotros al interior de esta para proteger al personal –Detalla Abral la forma en que se maneja dicho encargo.
—¿Y de cuanto hablamos de recompensa?.
—10.000 Bals al terminar la explotación de la veta de Arkania, ¿te parece bien?.
—¿10.000 Bals?.
Eh visto en el tablón que recompensas de semejante cantidad solo se dan con suerte en encargos de Rango 4 o mayor, me faltaba bastante para poder realizar tareas de tal nivel, pero en este trabajo el requisito de rango es irrelevante, acepte la propuesta de Abral y estrechamos nuestras manos en señal de trato.
—Por cierto hace rato que quiero preguntarte, ¿por qué llevas un guantelete en el brazo derecho?, ¿es por estética o algo por el estilo? –Me pregunto Abral mirándolo.
—No es un guantelete ordinario, con esto pude crear esto –Conteste señalando tanto el guantelete como el AK-47 (aunque claro era mentira).
—Oh, entiendo es un artefacto mágico, bueno, tres carretas personales están preparadas para salir al yermo en unas horas, si tienes algo que hacer antes de partir te sugiero hacerlo deprisa.
Las carretas esperarían en los límites de la parte oeste de la aldea de Argoh, solo tenía tres horas para prepararme o hacer lo que debía hasta entonces, solo se me ocurría una cosa importante que tenía en mente. Me despedí momentáneamente de Abral y luego subí al segundo piso del gremio de aventureros para encontrarme en la sala que albergaba un amplio mostrador atendido por un sujeto parado allí con un casco en la cabeza que cubría su rostro.
Durante todo este tiempo he tenido conmigo en uno de los bolsillos del cinturón la sortija con la pequeña piedra Arkania incrustada, incluso mientras realizaba encargos locales de la aldea, sin embargo ahora que me veo implicado a realizar un trabajo lejos en tierras extrañas y peligrosa, no podía arriesgarme a llevar esto conmigo, por eso decidí guardarlo aquí, en el "deposito" donde los aventureros pueden guardar sus pertenecieras con un límite especifico acorde a su rango.
—Disculpe, quisiera guardar esto –Le dije al hombre del mostrador entregándole la sortija.
Me pidió que le enseñase mi marca de aventurero, una vez hecho, guardo el objeto que le di para luego decir "guardado, vuelve cuando necesites retirarlo", me retire volviendo al primer piso y luego hacia fuera del establecimiento.
—Aparte de guardar esa sortija, no tengo nada más que hacer –Me dije a mi mismo.
—"¿Estas bien amo?" –Me pregunta Allum.
—Sí, honestamente si hay algo que quisiera hacer y es alguna manera de contactar con Windaz y decirle que estoy bien, je, pero es bastante complicado y no es como si por arte de magia pudiera hacer realidad tal petición.
De improvisto, una inusual ave del tamaño de un águila de bello plumaje azul y una cola con en forma de retorcerá aterriza sobre mi hombro sin miedo alguno, a simple vista notaba que en su cuerpo emanaba un aura mágica, ¿un ave mágica quizás?.
—"Amo, mire tiene algo en su cuello" –Me dice Allum.
Sobre su cuello tenia pegado una carta, al tomarla y leerlo enseguida me di cuenta de lo que era este peculiar ser, era un espirano, un espíritu familiar, me percate enseguida de donde procedía.
—"Rozuel, con suerte esta carta estará llegando a ti gracias al espirano de una de nuestras brujas, ha pasado tiempo desde que partiste y no hay día en que todo Windaz sobre todo tu familia, se preocupe preguntándose a cada momento el cómo te encuentras. Confiamos sin dudar en tu determinación, invicta fortaleza y con este mensaje te ofrecemos nuestro respaldo no solo moral, sino también en lo material, por favor responde a este mensaje cuando puedas" –Sara Dorbo"
El mensaje data de haber sido enviado hace casi una semana, parece que a este peculiar amigo volador le costó algo encontrarme, pero sin duda alguna rindió su fruto. Tenía pensado contestar pero no tenía con que escribir, hasta que el espirano me entrega una de sus plumas azul pudiendo escribir con ella, respondí al otro lado de la carta en donde estaba en blanco listo para escribirse.
Una vez hecho, la misma ave se coloca la carta en el cuello haciendo que esta se adhiera a su plumaje, acto seguido mete sus alas dentro de su cuerpo como si atravesara sus mismas plumas y saca de sí mismo una tela que envolvía en su interior muchos objetos de metal, algunos provenientes de la misma herrería del pueblo de Windaz.
—Ahora entiendo que quiso decir con "en lo material".
El espirano luego desaparece como un fantasma (considerando que es un ser espiritual con cuerpo físico).
—Esto es bastante metal pare crear un buen puñado de cargadores, Allum, haz lo tuyo –Le ordene a mi pequeño compañero gelatinoso.
—"¡Si amo!" –Responde bajándose de mí y cayendo sobre el metal el cual devora como un festín.
Sin nada urgente en mente, me fui a comprar las provisiones para este encargo con mi dinero y luego me dirigí hacia donde estaban las carretas de Abral, al llegar me encontré con las tres como aquel hombre describió. Cada carreta sí que era bastante grande (más que las comunes), por no mencionar que cada uno tenía 5 caballos para moverlo, excepto uno que tenía 8 (y era la más grande de las tres).
— ¿Has terminado todos tus preparativos? –Me pregunta Abral estando allí mismo encargándose de unos documentos a mano.
—Sí, estoy listo.
Me señalo la carreta en que todos los aventureros que contracto irían, me subí a ella y en su interior me encontré con 7 individuos. Cinco identificaba como hombres de unos 20 a 30 años, el sexto era un enano (de raza y no estatura) de una larga barba marrón que llevaba puesto una armadura color plata pesada de cuerpo completo (con excepción de su cabeza que llevaba encima un casco) y en su espalda cargaba un hacha de doble hoja, y el séptimo era un adolecente pelinegro corto de tez algo morena que calculo tendría por su tamaño y aspecto 16 o 17 años, llevaba una camisa negra sin mangas y pantalón del mismo color.
— ¿Qué hace un niño aquí? –Pregunta uno de los hombres.
—Soy un aventurero, si tienes problemas con mi apariencia, guárdatelas para ti, porque poco me importan tus quejas, no… estoy mintiendo, lo cierto es que no me importa nada –Conteste yo tomando asiento al lado del enano.
— ¡Jajaja!, ese niño tiene agallas –Opina otro de ellos.
—Por regla general debería darte una paliza por faltarle el respeto a tus mayores, pero me imagino que no debería atreverme.
—Te agradecería que no –Le contesto con el rifle en manos.
Iba a ser un viaje muy largo y la mayoría de los presentes, ni bien que me caían y eso que ni siquiera nos hemos movido aun.
Continuara…