PERSPECTIVA: Rozuel Drayt
Tomado por sorpresa, mi propio compañero me había inmovilizado con su habilidad para crear hilos mágicos de sus dedos.
— ¿¡Que significa esto!? –Pregunte enojado a mi presunto "compañero".
—Significa, que todo salió según lo planeado –Contesta él con un rostro maquiavélico que denotaba malicia.
—Debí suponerlo… era tan obvio.
—Cierto, al final tuviste la razón siempre, que pena que tu guardia no estaba a la altura de tus sospechas.
Por más que lo intentara, no podía liberarme, este infeliz me tenía justo en la palma de su mano.
—Empiezo a creer que había un "poco más" en esa historia de bandidos y estafas sobre esos sujetos que nos emboscaron –Agregue yo.
—Jejeje, muy perspicaz, es cierto, antes de ser aventurero, yo solía ser un pirata, asaltando a diestras y siniestras con mis camaradas del mar a todo pobre diablo inadvertido –Afirma Mendel.
— ¿Y qué te hizo dejar de ser pirata?, ¿una flecha en la rodilla? –Pregunto en un tono bromista.
—Ya quisiera, pero no, todo se resume en un asalto, habíamos robado un navío mercante cuya mercancía estimaba un valor cercano a 400 mil Bals, asesinamos a todos los tripulantes del barco para no dejar testigo alguno y nos fuimos con el botín, pero… sin darnos cuenta en el anochecer habíamos sido interceptados por un barco de guerra volador Templario.
En este mundo la magia y la tecnología habían logrado alcanzar el suficiente desarrollo para crear embarcaciones voladoras, dado a que los barcos voladores son más costosos que los comunes, de allí que la mayoría usen los normales.
—Tratamos de huir… pero sus cañones mágicos fueron demasiados para nuestra embarcación, llamas devoraron casi por completo a todo el barco, nos estábamos hundiendo, creíamos que sería nuestro fin… –Relata el mago calvo traidor.
—Pero no fue para ti –Dije yo.
—Exacto, para cuando abrí los ojos ya era de día, me alegre al ver que no estaba muerto, mire a mi alrededor y de algún modo el barco había logrado llegar a chocar contra la orilla de una playa, solo quedaron sus restos.
—¿Y qué hay de tus compañeros?.
—Pocos de los cuerpos que llegaron a la orilla estaban sin vida, era el único vivo, ¡no… no es cierto, jaja!, la verdad es que otros dos habían sobrevivido, pero los mate, aunque luego tras un tiempo descubrí que un tercero sobrevivió, ahora intenta darme caza contratando a matones para que hagan su trabajo sucio.
—Que novedad, ¿por qué lo hiciste?, traicionar a los tuyos.
—Así como parte del barco llego a la orilla, también lo hizo una pequeña porción del gran botín de los 400 mil Bals, siendo exacto unos 15 mil Bals.
—Déjame adivinar que paso después, con la "horrible" experiencia vivida, tomaste el dinero e iniciaste una nueva vida como aventurero.
—En parte, pero antes de eso me tope con una subasta del bajo mundo, allí descubrí la llave y su historia en relación con los cofres del reino de Valkarian, por desgracia no tuve la suma necesaria para hacerme con ella, por lo que tuve que ideármelas para matar al comprador para tomarla, fue problemático… pero logre mi cometido.
— ¿Acaso 15 mil Bals no te bastaban para hacerte una vida "feliz"?.
—Soy codicioso, con los fastidiosos ataques de los matones contratados por mi "ex-compañero de mar", 15 mil Bals no me alcanzan para darme la vida lujosa que necesitaba, pensaba en grande para mi retiro y esa llave era la respuesta.
—¿Y porque te volviste un aventurero?.
—Necesitaba un nuevo "oficio" que me brindara lo medios necesarios para mi búsqueda, además de sustento extra, el dinero que tenía no era infinito y no quería malgastar más de lo necesario hasta encontrar algún cofre. Paso un buen tiempo… diría un año, subí de rango y luego ese día llego, ante mis ojos vi un encargo cuya recompensa era exactamente lo que buscaba.
—Tenías lo que querías, hallaste lo que buscabas, ¿por qué involucrarme en esto?.
—Bueno… comencé a pensar en cómo hacerme con ese cofre, hacerlo por la fuerza estaba fuera de lugar, tendría que pelear contra todo el gremio que es donde guardan las recompensas de cada encargo y obviamente no tendría oportunidad de hacer eso, entonces llegue a la conclusión de que mi única opción era cumplir con este trabajo de forma legal.
—Sigo sin entender que pinto yo en todo esto…
—La razón, son dos motivos.
Señalo el primer motivo en relación con la maza mágica y el segundo a mi rifle AK-47.
—Olvide mencionar un "pequeño" detalle del funcionamiento del artefacto mágico, esta maza solo puede activarse por medio del "sacrificio" de un alma, en este caso, la tuya –Explico el bastardo traidor —Cuando te mate con ella, tu alma será consumida por el arma y luego se activara su poder, permitiéndome lidiar con el espíritu y en cuanto a tu extraño artefacto mágico, digamos que pienso vendérselo a cierto gordo mercader que te ofreció unos… ¿eran 100 mil Bals si mal no recuerdo?.
— ¡Maldito hijo de perra! –Exclame furioso — ¿Estuviste ahí presente?.
—Y escuche cada palabra entre tú y ese panzón bigotudo, ¿¡qué clase de idiota rechazaría 100 mil Bals!? –Comenta el mago calvo —Si de verdad eres el creador de tal artefacto, no te costaba nada crear otra igual, ¡incluso podrías haber conseguido mucho más que solo 100 mil, era evidente que ese gordo estaba desesperado por obtenerlo!.
—No te vas a salir con la tuya, la marca del aventurero registra todo lo que haces en este encargo, cuando cobres la recompensa sabrán de esto y todo su plan se ira al carajo.
—Cierto… pero te tengo novedades, lo primero que registran al instante es si el trabajo fue completado, en cuanto al resto, les toma varios días en registrar el modo en que hizo una vez reclamado la recompensa, para entonces ya estaré fuera del reino con 100 mil Bals en una mano y… el tesoro del cofre de Valkarian en la otra, yo gano.
Mendel ríe descaradamente al ver que tenía todas las cartas a su favor, por la frustración volvía a intentar liberarme de estas ataduras, pero en vano eran mis esfuerzos, el mago traidor se preparaba para sacrificarme con el artefacto mágico tras nuestra charla.
—Ha sido un gusto platicar contigo, pero tengo prisa y una vida de lujo esperándome –Decía el mago sosteniendo firme la maza.
—No vas a ganar, al final de cuenta, estarás muerto –Afirme yo con ojos severos.
—Oh que amenazante, ¿y tú vas a matarme acaso?.
—No, esa cosa detrás de ti lo hará por mí.
— ¡Jajajaja!, ¿en verdad crees que me voy a creer ese viejo truco!?, sé que no hay nada atrás de mí.
Para su desgracia, si lo había, un largo brazo espeluznante metálico sale atravesando las paredes del techo de forma sigilosa como un depredador, era el espíritu manifestando en otra de sus formas con la armadura, para cuando Mendel se dio cuenta de su presencia, el ser maligno lo agarra desde su calva con sus filosos dedos de garra, las puntas se clavan en su piel perforando su carne, con fuerza el ente lo lleva hacia arriba dándose con el techo de golpe, podía oír los gritos de sufrimiento de ese infeliz.
Tras la eventual escena, los hilos en mi cuerpo desaparecen, era libre y no perdí tiempo, tome el AK-47 para dirigirme lejos de ese salón, volví por los corredor de antes para tomar el camino del principio y salir de la biblioteca, de momento no tenía manera de enfrentarme a esa cosa, el plan de su eliminación venia principalmente de ese maldito traidor, por ahora solo me quedaba huir y replantearme una estrategia o renunciar a este encargo.
Por desgracia, mi huida se ve interrumpida cuando en medio del corredor el brazo metálico se cruza en medio impidiéndome el paso. Había terminado sus asuntos bastante rápido con ese calvo, ahora venía por mí, pero no se la iba a hacer fácil.
Le apunte con mi rifle y le vacié todo el cargador de lleno, el brazo le quedo totalmente arruinado, el metal se hacía añicos cayéndose a pedazos, pero eso no lo detuvo, un brazo fantasmagórico con apariencia de niebla salía de entre el metal poseído, era su verdadera forma y venia hacia mí de tal manera.
Extendió su mano espectral sujetándome el cuello, me estaba estrangulando, intentaba liberarme pero no podía tocarle a diferencia de esa cosa que podía conmigo, la desesperación me llevo a pensar rápido y recordé a ese enano encapuchado.
—"Sé que han venido a enfrentar a ese espíritu maligno, pero como otros fallaran, a no ser… que lleves esto contigo"
La daga que me dio, aquel presunto cuchillo ordinario que según ese enano serviría contra esta cosa, ¿realmente iba a funcionar?, ahora estaba por atestiguarlo, de mis bolsillos del cinturón busque para desenfundar el arma.
Con ella apuñale el brazo inmaterial del ente y para mi sorpresa, ¡funciona!, el espíritu gime del dolor al sentir el metal clavarse en su cuerpo incorpóreo, a pesar de que no sentía nada especial en aquella daga, resulto ser más lo que aparentaba.
El espíritu retrocede al verse herido y su brazo se esfuma por el techo, miro nuevamente la daga y con ella mis ánimos se encienden, ahora tenía algo con que liquidar a esa cosa. Mientras volvía por sentido contrario en el corredor, pensaba plantarle cara en otra sala, en el camino planifique la forma en que debía enfrentármele.
Intentar matarle a puñaladas será imposible a estas alturas, ya estaba al tanto de la daga, la evitaría a toda costa, entonces debo aprovecharla de otra manera, siendo de metal la cuchilla fue entonces que se me ocurrió como sacarle partido al asunto. Con un cargador vacío del rifle comencé a crear balas a partir del metal de la daga, me tomo varios minutos pero finalmente estaba terminado.
La idea era que si el metal es el especial, entonces las balas tendrían su efecto en esa cosa, dado a que la cuchilla no alcanzaba para 30 balas en sí, fue entonces que saque provecho usando la habilidad de replicar masa metálica, logre crear la cantidad justa sin efectos consecuentes de cansancio por el sobreuso de PSI.
En mi poder solo tenía una chance, un cargador con la posibilidad de vencer a esa cosa, debía atacarle en el momento justo, coloque el cargador en el rifle y me encamine al salón que me aguardaba al final del corredor, era similar en donde mi traidor compañero me había tendido la trampa, solo que un poco más grande.
No tuve que buscar al espíritu, pues él me encontró a mí, del techo surgió con lo que le quedaba de la poseída armadura, ahora todo alterada para verse como un monstruo demoniaco, de su mano hábil sujetaba una larga espada, me miraba fijamente quieto como si me planteara un duelo, fue entonces que otra idea se me ocurrió al instante.
— ¡Muy bien, haremos las cosas a tu modo! –Le dije yo señalándole.
Saque del bolsillo la canica metálica que correspondía con mi armadura encantada personal, la coloco sobre mi pecho y la descomprimo, la canica responde expandiéndose como una masa líquida que envuelve mi torso, acto seguido saco una segunda canica siendo la espada del herrero sujetándola con mi mano predilecta (derecha).
En simples palabras estaba a punto de probar las cualidades físicas de la armadura del herrero en un combate con peligro de verdad, de fallar significaría mi inminente muerte.
Continuara…