En el carruaje del Segundo Príncipe Yang
Yang Qian Yuan miraba fijamente a Tang Yuri, tratando de develar sus secretos con una mirada. No podría ver a través de ella, pero aún así hizo que en el corazón de Tang Yuri se implantará una sensación extremadamente incomoda, está sensación hizo que Tang Yuri mordiera su labio inferior con fuerza.
- Las sombras ocultan su maldad - Yang Qian Yuan desvió su mirada y empezó a hablar - El mar protege inmensos misterios. El cielo esconde sus intensiones. Y tú... ocultas tu mano bajo tu manga.
(N/A: Está diciendo básicamente que le está ocultando algo importante)
- ¿Ocultar mi mano bajo mi manga? Si extiendes tus manos desnudas a tus enemigos, ellos no dudaran en cortarlas - Tang Yuri frunció sus labios - Buscas serpientes donde solo hallarás conejos.
(N/A: Está diciendo que no tiene por qué contarle)
Yang Qian Yuan suspiro. El silencio se hizo entre los dos, tan pesado que ni siquiera sus respiraciones podrían desgarrarlo, un silencio que hizo que el aire empezará a volverse cada vez más frío. Él no hablo, y ella no se movió. El silencio sepulcral era solo interrumpido por el sonido de la caminata del caballo.
Tang Yuri estaba en contemplación, era difícil para ella confiar del todo en Yang Qian Yuan, en primer lugar porque él también era misterioso, en segundo lugar, por Yue Shengze, ese hombre ya le había destruido el corazón y traicionó su confianza por su propio beneficio, al final Yu Hudie tuvo que matarlo con sus propias manos para asegurarse de que nunca más volviera a tramar contra ella. Yue Shengze ya había dejado una profunda grieta de desconfianza en Yu Hudie, una grieta de desconfianza y odio, ella no se veía en la capacidad de volver a confiar en las intenciones amorosas de un hombre. Pero ella no era un vegetal para no sentir nada, la compañía y el cuidado de Yang Qian Yuan la conmovieron, y de verdad quería intentarlo otra vez pero... no podía, no hasta hallar la forma de destruir ese demonio del corazón. Necesitaba tiempo, y en su corazón sólo esperaba que Yang Qian Yuan pudiera esperar, pero tampoco quería atarlo.
- Qian Yuan... lo siento... me disculpo por lo que he dicho... pero aún más por lo que no puedo decir - Tang Yuri se mordió el labio y evito el contacto visual con Yang Qian Yuan - Sólo quisiera... que pudieras esperar... pero si no lo haces, para mí está bien... Si te agotas de esperarme, sólo... sólo rompe el compromiso y busca a otra mujer menos complicada que yo...
Yang Qian Yuan observó la expresión vacilante de la niña y su corazón se sintió algo conmovido. Extendió su mano y ahuecó la mejilla de la niña, acarició los labios de Tang Yuri con su pulgar y sonrió encantadoramente.
- Se que aún no estás lista para contarme, no quiero obligarte porque también estoy consciente de hay cosas que son difíciles de decir. Debo confesar que yo también te oculto algo, y tampoco estoy seguro de si debo contártelo - Yang Qian Yuan suspiró suavemente - Yo puedo esperarte, el tiempo que sea necesario... pero te pido que tú también me esperes a mi...
Tang Yuri observó el rostro de Yang Qian Yuan, estaba algo sin palabras y no sabía cómo debía responder. Después de dos segundos de vacilación, ella sonrió tiernamente y asintió.
- Yo te esperaré - dijo ella de manera decisiva.
- Yo esperaré por ti - Yang Qian Yuan declaro firmemente. Atrajo a la niña a su abrazo y la estrecho tiernamente.
Tang Yuri correspondió a su abrazo, preguntándose qué les tenía preparado el destino. Al final, sólo cerró sus ojos y se acurrucó en el abrazo de Yang Qian Yuan.