-Damira- has escuchado algo de Alice?
El chico con la mirada perdida en la lejanía de las afueras no logró responder a Damira.
-Damira- acazo logras entender lo que pasó?
-.....
"hacía mucho tiempo Damira no me veía de esa manera. De una forma u otra mis pensamientos me abandonaron. Incluso si supiera lo que había tomado parte de mi...siendo sincero no confío en mi subconsciente como quisiera.
-Damira- cuando los hombres en negro lleguen con sus libros sagrados y sus palabras obscuras no habrá a donde ir. Seremos encarcelados en tabernas en la profundidad y seremos forzados a comernos unos a los otros.
- Puedes callarte?!
- Damira- Sabes que es cierto, nadie creerá tu versión. Desde el punto de vista de todos solo eres en enfermo mental, alguien que no es capas de entender que esta bien o mal.
"En la soledad de una habitación completamente blanca, la mente puede llegar a extremos peligrosos. Los sonidos de las afueras parecen estar a sólo centímetros de tus oídos. Con tan solo cerrar los ojos puedes llegar a convertirte en alguien más. Alguien que por tan solo segundos puede hacer lo que quiera sin miedo de perjudicaciones."
Detrás de la pared hueca, la voz de una mujer con la voz temblorosa contaba una historia. La contaba esperando que alguien la escuchara. Que alguien tuviese el interés de ayudarla. Una chica que había sido internada tras la castración de varios hombres.
" El esposo de mi madre no era particular mente atractivo, pero podía parecer un caballero. Había solo un hombre al que yo respetaba completamente. Un hombre que sonreía y me hacía sonreír asta que mis mejillas dolían. Mis ojos lágrimaban y mi rostro se ruborizaba por el ezfuerzo de mantener mi voz a un nivel de volumen bajo. Estar lejos de el al igual que de las personas que yo consideraba antes solo personajes secundarios creaba una sensación de estar perdida, lejos de personas en las que confías, con miedo a las personas con las que estas. Incluso ella me daba miedo, antes había hablado con ella, recordaba alguna vez considerarla mi única familia pero eso quedó atrás. Ahora solo era un personaje secundario. Me daba cuenta de que mi vida asta ese momento no era nada más que relleno para convertirme en lo que era hoy, pero.... Precisamente, que se suponía que era? Recordaba su voz, la manera en la que la recordaba era casi como santificado. Había projectado todo lo que quería en algo que no tenía con la intención de llegar a obtenerlo en algún momento y tal vez llenar todos los vacíos de una vez. Me convencí de que ella sería lo que necesitaba, pero al llegar, todo fue distinto. Su voz era igual, y aunque su rostro era bello y parecía una persona genuina mente buena, era una completa desconocida. El haber hablado con ella anteriormente se sentía como una mentira. Sentía como si esas llamadas estuviesen tirando de mi cabello. No podía empezar de zero ni comenzar por donde estaba. Estaba estancada con una desconocida a la que por costumbre llamaba mamá.
Fuí forzada a conocer personas a mi alrededor. Detestaba a todos por el simple hecho de ser felices. Conocí a un niño. Fui vulnerable a cualquier intento de intimidad que él me ofreció. Tenía terror de mis propias acciones. Me sentía sucia, una deshonra a las personas que había dejado atrás pero que aún me recordaban. Me sentía más pero... Me gustó. Me gustó porque mostraba un interés en mi, porque nunca había recibido ese tipo de atención antes y se sentía bien. Eso continuó. Me gustaba, me gustaba que el pensara que tenía un cuerpo bonito, que era atractiva, porque sabía que nadie más que él podría pensar eso. El día llegó en el que yo quería darle algo acambio, mientras besaba mi rostro me dio un beso superficial en los labios. En el momento no pensé en nada más que en que a él le hubiese gustado. Era solo un beso, el no pudo haber sido complacido. Levanto mi falda e introdujo su miembro en mi. Lo aborresí. Con mis dedos sin uñas que pudieran causarle daño traté de alejarlo de mi. No se detuvo y continuó, lo odie con mi ser, sabía que eso no estaba bien. No creía que el debiera meter nada allí. Que estaba haciendo? Me preguntaba. No grité, sabia que todo asta ese punto había sido consentido. Solo sería hipócrita de mi parte. Después de todo solo tenía que soportar el dolor. Lo que hacíamos era de novios, representaba amor, pero... Porque es que lo aborrecia tanto. Lágrimas escurrieron de mis ojos mientras solo me mantenía acostada. El techo blanco se veía borroso, el no se detenía, el dolor era insoportable. Aún así me mantuve callada. Esperando a que se deteniera. Depronto retiró su miembro y liquido salió de él. Me pregunté si le había gustado pero jamás lo dije en voz alta. Sabía que estaba mal pero de alguna manera quería que el me quisiera.
Eso se acabó después de esa vez. Jamás pude decir nada, no podía evitar sentir remordimiento. Nunca lo olvidé. Por las noches mientras Dormía sentía como eso se repetía una y otra vez. Gritaba en silencio mientras el gemía preguntando si me gustaba. No era así, me sentía asquerosa, el solo verlo serca de mi con sus manos en el pantalón mientras lo desabrochaba despertaba náuseas en mi. Pensé muchas veces en decírselo a alguien, pero..... Era mi culpa. Yo lo seduje, nunca dije nada hasta ese punto, nadie me creería, la imagen que mis familiares tenían de mi seria destruida por completo. Mientras mis pesadilla me perseguían, undisa en la ilusión, creando situaciones en las que podía terminar el ciclo, se lo dije, "lo que hacemos esta mal", el siempre me corregía; no era su culpa, era nuestra. Yo había hecho algo horrible, algo repugnante, pero no podría jamás decírselo a nadie, la culpa jamás saldría de mi. Siempre pensé en venganza, pero no podría jamás...
"me preguntó que sintió al arrancar los testículos de aquellos hombres"
-Se habrá sentido liberador, fresco, adictivo, extatico...
- Merlín -... He he he, se sintió.... Bien
-desearía poder castrar a ese desperdicio de hombre.
-Damira- no te preocupes...la desgracia persigue a los que lo merecen.
El joven rápidamente reaccionó al comentario de la chica.
-Damira- Cuando salgamos.... Demosle una visita, que te parece.
"Los labios de Damira comenzaron a estirarse. Su rostro expresaba malicia, pero realmente no podría culparla, algunas personas merecen lo peor....si pudiéramos ser lo peor, no habría necesidad de esperar por justicia divina.