Entonces un silencio absoluto cubrió la zona de los miembros de la Aldea de las Nubes Tormentosas, mientras que grandes cantidades de gritos cubrieron la zona de los miembros de la Aldea de la Flor de Agua.
Pero en contraparte con eso el Hombre de los Ojos Siniestros comenzó a desprender un sudor frio mientras se dio cuenta que lo que el más deseaba que no sucediera había pasado, en el primer enfrentamiento de su discípulo que era el gran genio de su aldea seria con tras la última persona que el esperaría que se enfrentara ya que sabía que no tenía ninguna oportunidad de derrotarlo ni siquiera de intercambiar unos movimientos con él.
La joven Livia comenzó a preocuparse mientras observaba al oponente del enfrentamiento del joven Baltazar, mientras caminaba con el hacia el escenario su mente comenzaba a enfocarse en cómo solucionar la situación cuando de repente su mirada se volteo hacia el joven Frederick quien se encontraba a un lado y ni si quiera tenía un poco de preocupación en la mirada.
Esta escena de ver llegar a uno de los contrincantes al campo de batalla mientras era ayudado a caminar por alguien que ni siquiera era de su aldea causo que los presentes se sintieran extremadamente incomodos, e inclusivo ese era el comentario que resonaba a lo largo del campo de batalla lo que causo que los miembros que ya pertenecían a la academia desde la Aldea de los Árboles Santos fruncieran el ceño, molesto ante los comentarios. Mucho más cuando reconocieron que la joven que ayudaba a ese joven era la genio de su aldea Livia, lo que causo que ellos se sintieran molestos debido a que sabían todo lo que había invertido su aldea en la crianza de esa joven y no entendía cual era la razón por la que ella se encontraba junto a un miembro de otra aldea mientras era tratada como una sirvienta, esto causaba que ellos perdieran completamente la cara de la aldea.
El joven Sebastián ya se encontraba en el campo de batalla, pero su rostro era extremadamente pálido mientras observaba que de frente a él se encontraba los miembros de la Aldea de la Flor de Agua quienes lo alentaban sin parar, pero entre la multitud él estaba enfocado en buscar a una persona en especial. Entonces tras buscar durante un corto periodo de tiempo más se encontró de frente a su hermano Raphael quien lo miraba con una mirada angustiada mientras le negaba con la cabeza. Y ese gesto causo que sus preocupaciones y miedos se evaporaran.
En cuanto el giro su rostro para observar a su oponente se sorprendió al darse cuenta de lo lento que avanzaba hasta que entonces noto que en realidad avanzaba muy lento apropósito mientras que se aprovechaba para apoyarse descaradamente sobre los pechos de la joven de la Aldea de los Árboles Santos y eso le hizo darse cuenta que este joven le estaba dando poca importancia al enfrentamiento ya que el en realidad estaba preocupado por su forma desvergonzada de aprovechase sutilmente de la joven.
El Anciano de las Burbujas Blancas se encontraba muy ansioso de observar como el joven de los cabellos blancos fuera derrotado rápidamente, de esa manera podría deshacerse del rápidamente y sacarse un problema a futuro ya que noto que no era normal la forma en la que el Anciano de las Nubes lo trataba. Y la realidad era que no quería a alguien tan problemático dentro de la academia.
Tras lograr subir lentamente a la plataforma el joven Baltazar no se preocupó mucho por eso mientras se desperezaba lentamente para comenzar el enfrentamiento, además lo que extrañaba a los demás era que este joven tenía una sonrisa en el rostro como si no le importara este enfrentamiento para nada. Al observar esta situación el Anciano de las Burbujas Blancas se sintió un poco incomodo en su corazón, aunque no sabía el porqué.
Pero antes de que comenzara el enfrentamiento la voz de la joven Livia resonó en el aire mientras se dirigía hacia el Anciano de las Burbujas Blancas.
─ Estoy dispuesta a tomar todos los enfrentamientos tanto de Baltazar como los míos sin ninguna clase de trato en especial, y si logro soportarlos de esa manera ingresaremos ambos juntos a la academia. Pero en cambio si no lo logro nos retiraremos juntos del examen.
En cuanto terminaron de ser dichas esas palabras los miembros de la Aldea de los Árboles Santos tenían una gran cantidad de emoción que pasaban por su mente, desde sorpresa, vergüenza e ira ya que nunca se imaginarían que la genio de su aldea sería capaz de hacer esa clase de declaración frente a todos sin ningún pudor. Aunque esa zona de la arena era un escándalo la Anciana de las Túnicas Verdes no se encontraba ni sorprendida ni extrañada frente a esta situación ya que conocía muy bien a su discípula y sabía que ella era fiel a su palabra. Pero lo que más sorprendió a la anciana fue el pensar que quizás la elección de su discípula traería más gloria que problemas.
El Anciano de las Nubes se encontraba en silencio muy encantado con la actitud que tenía esta joven al decir esas palabras, entonces comenzó a comprender por qué había sido elegida por Baltazar para que lo acompañara y entonces el anciano decidió dirigir su mirada hacia donde se encontraban los miembros de su aldea y observaba a la joven arrogante de cabellos dorados que se encontraba entre ellos mientras negaba con la cabeza con una clara decepción en sus ojos.
E inclusive entre los miembros de la Aldea de las Nubes Tormentosa estallo el caos absoluto al darse cuenta que una de los genios de otra aldea estaba dispuesta a tomar los enfrentamientos del cultivador más débil de entre los participantes del examen de ingreso a la academia, pero entonces cortaron rápidamente los comentarios al darse cuenta que la arrógate Joven de los Cabellos Dorados comenzó a emitir una densa intención de matar mientras observaba al joven harapiento.
─ Maldito mujeriego desvergonzado, si no te matan en el examen yo lo hare.
Esas palabras salían de la boca de esa joven mientras en sus ojos ardían unas densas llamas.
─ No es necesario que te hagas cargo de mis enfrentamientos, ya que claramente puedo con ellos por mi cuenta.
Cuando el termino de hablar ninguno de los presentes podían creer lo sucedido ya que nunca se imaginaron que alguien tan débil negaría una ayuda como la del genio de la Aldea de los Árboles Santos, y comenzaron a considerarlo como alguien muy valiente o muy idiota ya que no sabían ni que pensar.
El Anciano de las Burbujas Blancas era quien estaba más sorprendido de entre los presentes, pero suspiro aliviado ante la valentía de este joven mientras que con su fuerte voz hablaba.
─ Comiencen!
La joven Livia sin reprochar comenzó a retroceder hacia una esquina del campo de batalla mientras se quejaba para adentro sin entender por qué no le permitió luchar por él.
─ Te doy la posibilidad de que hagas el primer movimiento para que de esa manera sea más justo el combate.
Esas humildes palabras salieron de la boca de Baltazar como si fuera una frase común, pero todos los presentes lo encontraron como alguien extremadamente arrogante ya que no ponía en sus ojos a un cultivador del Tercer Nivel del Alma de Energía.
─ No tendrás esa posibilidad.
Respondió el joven Sebastián en voz alta mientas alzaba su mano cuando hablaba con un tono firme.
─ Me rindo.
Entonces un silencio absoluto cubrió el área en el que se encontraban desde el primero hasta el último de los ancianos, mayores, discípulos o cultivadores, creyeron haber escuchado mal en ese momento por lo que el Anciano de las Burbujas Blancas tosió en voz alta para atraer de nuevo la atención del público y pregunto con un tono modesto.
─ Querido joven Sebastián, creo que todos los presentes hemos malinterpretado lo que has querido decir. Suponemos que quisiste dirigirte al joven Baltazar para pedirle que se rindo en paz antes de que terminara aún más herido.
Pero el joven Sebastián ignoro totalmente al anciano mientras se daba vuelta y volvía hacia donde se encontraban los miembros de su aldea y reafirmaba con su voz.
─ No, Claramente eh dicho que me rindo.
Entonces los discípulos pertenecientes a la Aldea de la Flor de Agua estallaron en fuertes gritos y abucheos hacia el joven Sebastián. Pero quien no se preocupó mucho del tema fue su hermano Raphael, mejor dicho, tanto el cómo el Hombre de los Ojos Siniestros tenían una expresión de felicidad y tranquilidad al darse cuenta que el Sebastián se había rendido sin terminar herido.
En contraparte los discípulos de la Aldea de las Nubes Tormentosas se encontraban aún más sorprendidos de este desenlace y comenzaron a preguntarse quién rayos era este joven mientras dirigían su mirada a la arrogante Joven de los Cabellos Dorados quien sin intención de dar ninguna respuesta bufo molesta mientras dirigía su mirada hacia otro lado.
El joven Baltazar quien caminaba un poco lento y cojeaba en el camino avanzaba hacia la escalera para bajar del escenario, entonces la joven Livia se dio cuenta de los que pasaba y se apresuró hacia este joven para ayudarlo a caminar con más seguridad. Pero en cuanto se acercó a él rápidamente todavía estaba atónita ante lo que había sucedido anteriormente por lo que pregunto con curiosidad.
─ No entiendo nada, ¿Que ha pasado?
Por más de que pensaba en su mente sobre mil y un respuestas posibles ninguna podía encontrar una respuesta satisfactoria a lo que había sucedido, ya que ambas aldeas eran enemigas entre sí y ese joven se encontraba gravemente herido por lo que no debería de ser un enfrentamiento muy complicado.
─ Te dije desde el primer momento que no te preocuparas ya que un enfrentamiento tan simple realmente no puede causarme problemas