Los nuevos invitados fueron recibidos cortésmente. La cena se preparó con antelación y su olor y sabor era exquisito. Todo el mundo se sentó a la mesa y disfrutaron de un momento tranquilo. Gabriella decidió olvidar la ceremonia y comió tan alegremente que se parecía a un niño. Jean mantuvo su postura elegante y de vez en cuando miraba a la mujer de iris verde limón para sonreír suavemente.
En cuanto a Caitlyn y Ashley, la chica de cabello morado observó brevemente a los invitados antes de desviar su atención a la suntuosa cena de manera indiferente. Y Ashley estaba demasiado ocupada con la presencia de Anthony como para interesarse en los nuevos invitados.
Zemira, Marc y Vanessa hablaban entre los tres casi en susurros, era muy claro que tenían asuntos más importantes que atender como para ser ceremoniosos.
Y Alexandra... para ella llenar su estómago era más importante en ese momento, por lo que ignoró deliberadamente a su hermano y su prima.
- Que buen ambiente hay aquí - Jean bromeó con Gabriella en voz baja.
- Es mejor que estar rodeados de aristócratas hipócritas cómo en el pasado - Gabriella se encogió de hombros, parecía bastante cómoda en ese lugar, contrario a lo que habría esperado Jean.
- Usted es Lady Osborne ¿cierto? - Ashley de repente dirigió su atención a la mujer de cabello negro azabache.
- Así es... y ¿su nombre es...? - Gabriella ya había acabado un plato por lo que estaba dispuesta a conversar antes de empezar con otro, para no parecer descortés.
- Soy Ashley Frank - ella sonrió amablemente, su sonrisa era como un lirio floreciente, lo que hizo que Gabriella se perdiera en sus pensamientos por un tiempo. Ashley no notó la reacción de Gabriella y en su lugar siguió preguntando - Eres prima de la vida pasada de Álex, por lo que estoy segura de que eres bruja, ¿qué tipo de bruja eres?
- Yo... - todavía deslumbrada por la sonrisa de la joven, Gabriella se aclaró la garganta antes de responder - Soy una bruja clarividente. ¿Lady Frank también es bruja?
- Todas aquí somos brujas. Incluso mi hermano mayor es uno de los raros casos de hombres que pueden acceder a la magia, un hechicero. En realidad mi poder de bruja es diferente al de ellos... porque soy una bruja médium - Ashley se encogió de hombros, su sonrisa solo pareció volverse más radiante.
- ¿Una bruja médium? - los ojos de Gabriella destellarón con sorpresa. Las brujas médium siempre fueron las más misteriosas, no se conocía el alcance de su poder, además les gustaba mantener un perfil bajo y la mayoría pasaba sus días afirmando ser simples humanos. Se creía que las brujas médium tenían la capacidad de contactar con los tres mundos invisibles: El de las almas, el de los demonios y el de los angeles; más estás brujas jamás estuvieron dispuestas a revelar su verdadera capacidad, si conocías a una es probable que murieras sin saber que era una bruja médium, por ello a Gabriella le sorprendió enormemente que Ashley Frank dijera abiertamente que era una bruja médium.
- ¿Le parece raro? - Ashley se rió entre dientes al ver la reacción de Gabriella - Si se lo está preguntando... todavía no puedo acceder al mundo celestial de los angeles. Por ahora solo tengo acceso al de los demonios, y eso también es pura coincidencia. El poder de una médium no es algo que deba envidiar, y tampoco debe escarbar demasiado en él... o podría arrepentirse - en las pupilas de Ashley se reflejó un rayo helado completamente perceptible.
A Gabriella se le puso la piel de gallina con solo oir el comentario, al ver la expresión extrañamente aterradora de la joven, su corazón se saltó un latido y su rostro palideció levemente.
- Ash, la estás asustando - Alexandra dejó el tenedor que sostenía para observar las expresiones de las dos mujeres - No la involucres en eso por favor. Solo hay una persona que es capaz de tolerar el 100% de tu poder y ese es el demonio que está sentado a tu lado.
- Tienes razón - Ashley asintió servilmente - Hey espera - de repente sus pupilas se contrajeron y se levantó rápidamente para pararse frente a la ventana - Parece que tu novio ya está cerca de la aldea, Alex... - Ashley sonrió burlonamente hacia Alexandra cua el volvió a sentarse junto a Anthony.
- Que rápido viajan las noticias - Jean sostuvo su mentón con una mano mientras miraba intrigado a la bruja médium, sin embargo al segundo siguiente sintió dos frías miradas que le provocaron un escalofrío, una era de Gabriella que estaba sentada a su lado, la otra era de Anthony quién parecía querer despedazar su cadáver.
- De repente siento mucho frío... - Ashley se encogió en su silla con algo de incomodidad.
- Ashley, ve a la biblioteca y tráeme el libro "Fusiones mágicas" - Zemira dejo de hablar con Marc y Vanessa para mirar a su hija y pedirle amablemente.
- Si mamá... - Ashley no perdió tiempo y se levantó rápidamente para desaparecer de la habitación.
- ¿Te preocupa cómo mantener la barrera mágica, verdad Madrina? - Alexandra miró a su madrina sentada justo frente a ella.
- ... Si... No podemos depender para siempre de ti, además lo que hiciste seguramente agotó gran parte de tu poder mágico superficial. Se demostró que el conjuro todavía es muy débil cómo para proteger este pueblo, es posible que las cosas empeoren algún día cercano, y quiero estar preparada para ese día - la mirada de Zemira era firme y decidida.
- Lo entiendo... - Alexandra suspiro suavemente y se quedó en silencio durante algún tiempo - Hay una manera...
- ¡Ah! - Gabriella de repente dejo caer el vaso que tenía en la mano...
Clack-
El sonido de cristales rotos fue muy nítido y asustó a los que estaban sentados en la mesa.
Gabriella se quedó rígida en su asiento, con la mirada perdida en algún lugar de la pared, su piel se puso pálida como la nieve y se cubrió de una fina, casi imperceptibles, capa de escarcha. Sus ojos de repente irradiaron luz, una cegadora luz blanca que pareció ser un par de incandescentes estrellas. La luz en sus ojos parpadeó un par de veces antes de extinguirse, la escarcha se derritió y mojo su cuerpo de los pies a la cabeza, sus manos congeladas en el aire cayeron a los lados de su cuerpo como flores marchitas, y sus ojos se cerraron suavemente antes de desmayarse.
- ¡Gabriella! - Jean parecía extremadamente asustado. A la velocidad del rayo atrapó el débil cuerpo de la mujer en sus brazos.
Los iris de Vanessa por un segundo parecían contraídos, al segundo siguiente se volvieron profundos y penetrantes. Marc se sorprendió enormemente y no sabía cómo reaccionar. Zemira y Alexandra parecían estar bastante tranquilas, especialmente esta última, de manera elegante tomó un sorbo de vino de la copa frente a ella, no parecía en lo más mínimo preocupada, es más, en sus ojos solo había curiosidad e intriga.