Jean abrazó fuertemente a Gabriella, en sus ojos estaba claramente escrita su extrema preocupación.
- Ella está bien - Vanessa observó brevemente el rostro pálido de la mujer antes de cambiar su mirada hacia Jean.
- ¿Cómo lo sabes? - Jean levantó su mirada con curiosidad y la enfocó en el hipnotizante rostro de Vanessa.
- Puedo ver que su corazón late. Además las fluctuaciones de magia se están estabilizando - Vanessa se encogió de hombros y se levantó para acercarse a Gabriella - La escarcha se ha derretido, está completamente mojada, así podría enfermarse. Déjame ayudar - Vanessa sonrió indiferente y extendió su delicada mano hacia Gabriella, de inmediato el agua helada empezó a derretirse y convertirse en vapor, en el espacio para diez respiraciones Vanessa secó por completo el cuerpo de Gabriella.
- ¿Puedes ver las fluctuaciones de poder mágico? - Jean estaba intrigado por las habilidades de esa joven bruja.
- No realmente. No sé cómo controlarlo, es momentáneo y aparece solo cuando la situación lo requiera - Vanessa se encogió de hombros y tranquilamente volvió a sentarse junto a Marc, quién la miraba con una sonrisa llena de cariño.
- Las mestizas tienen muchas habilidades difíciles de entender. Especialmente las sirenas que se convierten en brujas, son la raza más misteriosa de este continente - Alexandra miró brevemente a Vanessa antes de observar a su hermano - ¿Ya había tenido visiones durante el tiempo que no estuve?
- Sólo dos o tres veces. La primera le dijo que tú estabas viva. La segunda le dijo que una persona que conoces convivió con la abuela hace muchos años... y la tercera le dijo que te encontrabas aquí.
- ¿Una persona que conozco convivió con mi abuela? - Alexandra frunció los labios con confusión.
- Tampoco sabemos que significa - Jean suspiro y observó el rostro de Gabriella, que ya empezaba a recuperar su color.
- Es mejor que lleve a Lady Gabriella a una habitación. Este tipo de discusiones pueden ser arregladas después - Zemira se levantó y habló amablemente - Está noche le toca lavar los platos a Caitlyn y Vania.
- ¿¡Qué!? ¡Madre yo te ayude a cocinar! - Caitlyn frunció los labios.
- Yo limpie las ventanas del segundos piso, y no me estoy quejando - Vanessa puso los ojos en blanco y arrastró sin esfuerzo a Caitlyn en dirección a la cocina.
Alexandra contuvo su risa a duras penas. Por otro lado Marc no pudo evitarlo y soltó una suave carcajada.
***
Horas después, a medianoche.
Gabriella abrió sus ojos lentamente, al principio se sintió algo desorientada pero después esa incomoda sensación desapareció por completo. Se sentó en la cama y se encontró con dos pares de ojos dorados. Alexandra estaba apoyada perezosamente en la pared junto a la cama, y Jean estaba sentado en una silla justo del otro lado. La ventana estaba abierta debido al calor del verano y la única fuente de luz era una vela.
- Despertaste - Alexandra sonrió suavemente y dejó de apoyarse en la puerta para mirar seriamente a Gabriella.
- ¿Cómo te sientes? - Jean se inclinó cerca de ella.
- Estoy... bien... me siento bien - Gabriella sacudió suavemente su cabeza y sonrió resignada. Sus pupilas parpadearon con una luz misteriosa antes de opacarse y cubrirse de indiferencia.
- Pareces estar muy bien. ¿Fue un episodio de predicción? - Alexandra camino hacia la vela y la apagó con sus dedos.
- No. Fue un momento de lucidez - Gabriella se acostó una vez más en la cama y bostezo lánguidamente.
- ¿Qué fue? - Alexandra se paró justo al pie de la cama y observó fijamente el rostro de su prima en la oscuridad.
- El hermano menor del Cansiller John Reeve del Reino Flor de Durazno se casa en dos semanas...
- ¿Qué tiene que ver eso con nosotros? - Jean se frotó la barbilla pareciendo aburrido.
- Martín Reeve se casará con una mujer con piel y cabello tan blancos como la nieve y la seda, pero sus ojos son pozos profundos de tinta negra a quien el metal y el fuego obedecen... ¿les suena familiar? - Gabriella frunció los labios hacia Jean y le puso los ojos en blanco.
- ¡Maureen! Esa traidora piensa casarse sin invitarme - Alexandra pisoteo el suelo con enojo y frunció los labios.
- La abuela si hizo correctamente la poción después de todo - Jean pensó por un rato - Si es asi... no me sorprendería que...
- ¿Qué piensas? - Alexandra le pregunto con curiosidad.
- No, nada - Jean sacudió la cabeza y oculto las complejas emociones en sus ojos.
- Edward seguro recibió una invitación, deberías preguntarle - Gabriella suspiro suavemente sintiéndose más relajada.
- Lo haré cuando regrese. ¿Ustedes también quieren ir?
- Yo paso - Jean sacudió su mano con indiferencia - Aunque Maureen y yo nos llevamos bien en el pasado, en este momento solo quiero descansar antes de tener que ayudarte con el asunto.
- ¿Qué hay de ti, Gabby?
- ¿Viajar en tren por horas? No gracias, detesto el espacio cerrado. Creo que tú sola puedes resolverlo - Gabriella sacudió suavemente su cabeza.
- Como quieran, par de amargados - Alexandra sonrió burlonamente y puso los ojos en blanco - Me prepararé entonces. Buenas noches.
Alexandra salió tranquilamente de la habitación, estaba de muy buen humor y su rostro brillaba con una sonrisa radiante que la hacía veras hermosa.