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Mansión Storm
Edward estaba sentado junto a la ventana, leía un documento con la luz de la luna, su expresión indiferente ahora estaba pintada de cansancio y aburrimiento, a él jamás le había gustado el trabajo de oficina, en realidad Edward creía que en ese aspecto a Alexandra le iba mil veces mejor. Cerró el libro y lo dejo a un lado, abriendo el cajón de su escritorio saco un sobre sellado con cera, no había tenido tiempo de leerlo con todo el trabajo que tuvo que hacer. Rompiendo el sello sin mucho interés, abrió el sobre y sacó la carta, después de leerla un par de veces una sonrisa fría apareció en sus labios.
- Así que el segundo hijo de Sean se casa en dos semanas.... Lukene Hauking... echaré un vistazo - Edward tenía este pensamiento.
Tud-
La ventana fue golpeada de repente, al levantar la mirada Edward encontró una lechuza blanca parada en el alféizar de la ventana, la lechuza tenía un papel atado a su pata. Edward abrió la ventana y la lechuza revoloteo un par de veces por la habitación antes de posarse sobre el escritorio y ulular suavemente.
- Las brujas siempre han tenido métodos extraños de enviar mensajes... una lechuza, me preguntó cómo la domesticación.
La lechuza miró a Edward con languidez, parecía que su mirada se burlaba de él diciendo algo como: "Los vampiros son tan tontos, usando murciélagos para hacer el trabajo de una lechuza mensajera*
Edward puso los ojos en blanco dándose cuenta exactamente de quién había entrenado a la lechuza. Decidió no perder más tiempo y tomó directamente la carta en la pata de la lechuza, leyó detenidamente el contenido de la carta y una tierna sonrisa se dibujó en su rostro.
- Uhuh - la lechuza agitó violentamente sus alas con indignación escrita en su rostro, si pudiera hablar estaría gritando - ¡Vampiro tonto, no me puedo ir si no me das de comer!
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Días después
Los días tranquilos eran lo que más disfrutaba Jean, su vida desde que llegó a la mansión Frank fueron bastante agradables para él y Gabriella. Zemira Frank era una mujer muy agradable, aparte de ser una bruja muy poderosa, a Jean siempre le había intrigado el poder de las brujas psíquicas, nunca había conocido a ninguna ni siquiera en el Imperio Luna Roja, la tierra de las brujas, resultó ser que en esta pequeña aldea del imperio Sangre Violeta, por derecho tierra de vampiros, no solo había una bruja síquica, sino que había un hechicero psíquico, un hombre con acceso a los complicados dones de las brujas, y no cualquier don, el poder más difícil de controlar según los registros ancestrales: la capacidad de influir en la mente. Jean estaba sorprendido de que Marc tuviera el control absoluto de sus dones sin sufrir ningún efecto secundario. Le intrigaba el carácter del joven, la mayor parte del tiempo se veía amable y comprensivo como su madre, pero Jean se dio cuenta de que sus ojos ocultaban cierta frialdad e indiferencia, era bastante admirable su sensatez pero Jean sabía que también era calculador, un carácter misterioso y una persona que oculta lo que realmente piensa. En cuanto a Anthony, Jean sabía que era un demonio disfrazado de vampiro, él era bastante directo, indiferente e insensible, Jean sabía que era muy difícil ganarse la confianza de una criatura de este tipo, parecía que solo Ashley Frank podía conmover el corazón de ese hombre. En cuanto a Ashley y Caitlyn Frank, ambas tenían actitudes completamente diferentes, la primera era amable y astuta, la segunda era fría e indiferente, mientras que Ashley era conversadora y activa, Caitlyn era callada y observadora. Jean descubrió que su actitud era como la noche y el día, pero a pesar de todo se llevaban bien y se entendían muy bien la una a la otra. Y por último Vanessa, sorpresivamente Jean descubrió que está prima de su hermana era bastante parecida a ella, actuaba siempre con indiferencia y la frialdad en ella era evidente, era demasiado inteligente y calculadora, además de protectora con las personas que le agradaban, la única diferencia entre Vanessa y Alexandra era que la bruja sirena se inclinaba más a la indiferencia y la bruja mestiza era más fría. Jean se llevó muy bien con Vanessa, y Gabriella sorpresivamente se acercó a Caitlyn. Jean y Gabriella estaban disfrutando mucho de su vida tranquila en Fog Spell, sin embargo, ambos sabían que era la calma antes de la tormenta.
Vanessa estaba lavando la ropa a la orilla del río, todos estaban presentes, pero no todos estaban ayudando con el lavado, Marc estaba recostado bajo la sombra de un árbol mientras leía un libro, Ashley estaba ocupada jugando entre los arbustos con las ardillas y aves, Alexandra estaba durmiendo sobre la rama de un árbol con Stella durmiendo sobre su abdomen, Jean estaba sentado sobre una piedra en medio del río contemplando la corriente con una sonrisa casi imperceptible en su rostro, Gabriella recogía frambuesas de un arbusto y reía de vez en cuando al ver los juegos de Ashley. Caitlyn y Vanessa eran las únicas fregando la ropa, reían y bromeaba de vez de cuando.
- Más tarde vamos río arriba, a unos minutos hay un arbusto de arándanos - Caitlyn sumergió una falda color morado en el agua mientras le hablaba en voz baja a Vanessa - Es una expedición de dos personas, no quiero compartir mis arándanos con los demás.
- Estoy dentro sin duda - Vanessa sonrió radiantemente.
- ¿A donde irán? - Ashley de repente se apoyó en la espalda se Caitlyn, asustando a la chica.
- ¡Ah! ¡La falda de Alex! - Caitlyn estaba tan asustada que la falda que tenía entre sus manos se resbaló y fue llevaba por la corriente.
Splash-
Vanessa dejo la camisa blanca que estaba lavando y saltó al agua, no tardó mucho tiempo en convertirse en sirena, su fuerte aleta dividió la corriente del río en dos, sus escamas azul verdoso brillaron bajo la luz del sol. De manera relajada recuperó la falda morada que iba a la deriva por el río, arrastró la falda de regreso a la orilla y se la entrego a Caitlyn.
- Iré a cazar peces. Diviértete Caitlyn - Vanessa sonrió descaradamente y agitó su mano en señal de despedida.
Splash-
- Tú... - Caitlyn echaba humo por las orejas y parecía que estaba a punto de estallar.
Ashley se alejó lenta y sigilosamente de su hermana, pretendiendo escapar de la zona de fuego.
- ¿Pretendes huir? - Caitlyn rápidamente agarró la mano de su hermana - Tú me ayudarás a terminar.
Ashley hizo un puchero y frunció sus cejas, pero ella no tenía forma de negarse, por lo que tuvo que continuar el trabajo de Vanessa.