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Chapter 86 - cap. 24

Después de que Patch se fue, decidí que era hora de dejar de jugar a la princesa y cambiarme de nuevo a mi ropa habitual.

Acababa de tirar de mi camiseta por encima de mi cabeza cuando sabía que algo no estaba bien. Y entonces me di cuenta. Mi bolso había desaparecido.

Miré debajo del banquillo lujoso, pero no estaba allí. A pesar de que estaba casi segura de que no lo había colgado en un gancho, miré detrás del vestido rojo.

Empujando mis pies en mis zapatos, eche atrás la cortina y me apresuré a la zona del almacén principal. Encontré a Marcie abriéndose paso a través de un bastidor de corpiños con revestimiento.

—¿Has visto mi bolso?

Se detuvo el tiempo suficiente para decir:

—Estaba en el vestuario contigo.

Una vendedora se entrometió en la conversación.

—¿Era una alforja de cuero marrón? —me preguntó.

—¡Sí!

—Acabo de ver a un hombre salir de la tienda con él. Entró sin decir una palabra, y yo asumí que era tu padre. —Ella se tocó la cabeza, frunciendo el ceño—. De hecho, podría haber jurado que él dijo que lo era... pero tal vez me imaginé todo esto. Todo el momento se sentía tan extraño. Mi cabeza se sentía confusa. No puedo explicarlo. Un truco mental, pensé.

Ella añadió:

—Tenía el cabello gris y llevaba un suéter de rombos..

—¿Por qué camino se fue? —la interrumpí.

—Salió por las puertas delanteras, en dirección hacia el estacionamiento.

Salí corriendo. Podía oír a Marcie en mis talones.

—¿Crees que esta es una buena idea? —jadeó—. Quiero decir, ¿qué pasa si tiene un arma? ¿Y si está mentalmente inestable?

—¿Qué clase de hombre se roba un bolso por debajo de la puerta del vestidor?

—exigí en voz alta.

—Tal vez estaba desesperado. Tal vez necesitaba dinero.

—¡Entonces él debería haber tomado tu bolso!

—Todo el mundo sabe que el Silk Garden es elegante —racionalizó Marcie—. Probablemente pensó que iba a ganar a lo grande, sin importar que bolso agarrara.

Lo que no podía decirle a Marcie era que lo más probable es que fuera un Nefilim o un ángel caído. Y el instinto me dijo que estaba motivado por algo más grande que un potencial puñado de dinero en efectivo.

Corrimos por el estacionamiento al mismo tiempo que un sedán negro se retiraba de una plaza de aparcamiento. El resplandor de los faros hacía imposible ver más allá del parabrisas. El motor aceleró y el coche salió disparado hacia nosotras.

Marcie tiró de mi manga.

—¡Muévete, idiota!

Los neumáticos chillaron, el coche salió por delante de nosotras a la calle. Elconductor se pasó la señal del alto, apagó sus luces, y desapareció en la noche.

—¿Has visto qué clase de coche era? —preguntó Marcie.

—Un Audi A6. Tengo una parte de la matrícula.

Marcie me apreció de arriba a abajo.

—No está mal, Tigre.

Le dirigí una mirada de pura irritación.

—¿No está mal? ¡Se escapó con mi bolso! ¿No te parece un poco extraño que un hombre que conduce un llamativo Audi necesite robar bolsos? ¿Mi bolso en particular? —Lo que plantea la cuestión, ¿qué hizo que un inmortal quiera mi bolso?

—¿Era de diseñador?

—¡Intenta con Target!

Marcie se encogió de hombros.

—Bueno, eso fue muy emocionante. ¿Y ahora qué? ¿Lo dejamos así y volvemos a las compras?

—Voy a llamar a la policía.

Treinta minutos después, una patrulla estacionó en la acera en frente de Silk Garden y el detective Basso salió. De repente me hubiera gustado seguir el consejo de Marcie y haber dejado atrás todo el asunto. Mi noche acababa de ir de mal en peor.

Marcie y yo estábamos en el interior, mirando por las ventanas, y el detective Basso entró y nos encontró. Sus ojos mostraron sorpresa inicialmente al verme, y cuando pasó la mano por su boca, estaba bastante segura de que era para ocultar una sonrisa.

—Alguien robó mi bolso —le informé.

—Cuéntame de esto —dijo.

—Entré en la sala de vestuarios para probarme vestidos para el regreso a casa. Cuando terminé, me di cuenta de que mi bolso no estaba en el suelo donde lo había dejado. Salí, y la vendedora me dijo que había visto a un hombre corriendo con él.

—Tenía el cabello gris y un suéter de rombos —ofreció amablemente la vendedora.

—¿Las tarjetas de crédito estaban en el bolso? —preguntó el detective Basso.

—No.

—¿Dinero?

—No.

—¿Cuál es el valor total de los elementos que faltan?

—Setenta y cinco dólares. —El bolso había costado sólo veinte, pero una fila de dos horas para obtener una licencia de conducir nueva tenía que valer por lo menos cincuenta.

—Voy a presentar un informe, pero no hay mucho que podamos hacer. En el mejor de los casos, el sujeto se deshará del bolso y alguien lo tomará. En el peor de los casos, te compras un bolso nuevo.

Marcie enlazó su brazo con el mío.

—Mira el lado bueno —dijo ella, acariciando mi mano—. Perdiste un bolso barato, pero estás ganando un vestido elegante. —Ella me entregó una bolsa para vestidos con el logotipo de Silk Garden —. Todo está bajo control. Puedes agradecerme más adelante.

Miré dentro de la bolsa. El vestido rojo hasta los pies colgaba cuidadosamente en el interior.

Yo estaba en mi habitación, partiendo con el tenedor un pedazo de pastel de chocolate. Miraba con malicia el vestido rojo, que había colgado en la puerta del armario. Todavía no me lo había probado, pero tuve la clara visión de que iba a lucir misteriosamente como Jessica de ¿Quién engañó a Roger Rabbit? Menos las copas D.

Me lavé los dientes, eché agua en mi cara, y me embadurné crema para los ojos. Dándole las buenas noches a mi madre, caminé por el pasillo hasta mi habitación, me abotoné un lindo par de pijamas de franela de Victoria's Secret, y apagué las luces.

Siguiendo el consejo de Patch, limpié mi mente y me preparé para dormir.

Patch dijo que podría entrar en mis sueños, pero yo tenía que estar abierta a la idea. Yo estaba un poco escéptica, con un poco de esperanza. Y no con lo más mínimo en contra. Después de la noche que había tenido, lo único que podía imaginar que me hiciera sentir mejor era tener a Patch tomándome entre sus brazos. Mejor en un sueño que nada.

Acostada en la cama, pensé en mi día, dejando que mi subconsciente girara los recuerdos en fantasmas de ensueños. Mi mente jugaba con trozos de diálogo, con destellos de color. De repente, estaba de pie en el vestuario en el Jardín de la Seda con Patch. Sólo que en esta versión, tenía sus dedos metidos en las presillas de mis jeans y mis dedos estaban despeinando su cabello. Nuestras bocas estaban a una pulgada de distancia, y podía sentir el calor de su aliento.

El sueño casi me había remolcado por completo cuando sentí que mis mantas eran arrastradas fuera de mi cuerpo. Me senté para encontrar a Patch de pie junto a mi cama. Llevaba los mismos jeans y la camiseta blanca que le había visto antes, haciendo una bola con mis mantas, y arrojándolas a un lado.

Una sonrisa iluminó sus ojos.

—¿Dulces sueños?

Miré a mi alrededor. Todo en mi habitación estaba justo como debía estarlo. La puerta estaba cerrada, solo la luz de la noche encendida. Mis ropas estaban recogidas sobre el sillón donde las había dejado, y el vestido de Jessica Rabbit aún colgaba de la puerta del armario. A pesar de no haber evidencia visible, algo se siente... que no está bien.

—¿Esto es real? —le pregunté a Patch—. ¿O un sueño?

—Un sueño.

Le di una risa agradecida.

—Vaya. Podrías haberme engañado. Es tan real.

—La mayoría de los sueños lo son. No es hasta que despiertas que ves todos los agujeros en la trama.

—Me hablas a través de este.

—Estoy en el paisaje de tu sueño. Imagina que tu subconsciente y el mío caminan a través de una puerta que has creado en tu mente. Estamos en la habitación juntos, pero no es un lugar físico. La habitación es imaginaria, pero nuestros pensamientos no lo son. Tú decides el escenario y la ropa que llevas, y decides todo lo que dices. Pero como realmente estoy contigo en el sueño, a diferencia de una versión de mí que tú misma ideaste, las cosas que digo yhago no son obra de tu imaginación. Puedo controlar esas cosas.

Estaba bastante segura de haber entendido lo suficiente para continua.

—¿Estamos a salvo aquí?

—Si estás preguntando si Hank nos espía, no, probablemente no.

—Pero si tú puedes hacer esto, ¿qué le impide hacerlo a él? Sé que es un Nefilim, y a menos que esté muy lejos de aquí, parece que los ángeles caídos y los Nefilim tienen un montón de los mismos poderes.

—Hasta que intenté invadir tus sueños hace unos meses, yo no sabía mucho sobre cómo funciona el proceso. Desde entonces he aprendido que requiere una fuerte conexión entre ambos sujetos. También sé que el sujeto tiene que estar soñando profundamente. La sincronización puede ser difícil y requiere paciencia. Si invades demasiado pronto, el sujeto despertará. Si dos ángeles, o Nefilim, o cualquier combinación de los dos, invaden un sueño al mismo tiempo, empujando y tirando con sus propios objetivos, es mucho más probable que el soñador se despierte. Te guste o no, Hank tiene una fuerte conexión contigo. Pero si él no ha tratado de invadir tus sueños aún, no creo que vaya a iniciar esta tarde en el juego.

—¿Cómo aprendiste todo esto?

—Ensayo y error. —Él vaciló, como si debiera andar con cuidado con el significado de sus siguientes palabras—. También recibí un poco de ayuda externa de un ángel caído que cayó recientemente. A diferencia de mí, ella tenía un buen conocimiento de la ley ángel antes de caer. No me sorprendería si tiene el Libro de Enoc, un tomo sobre la historia de los ángeles, memorizado. Yo sabía que si alguien tenía respuestas, sería ella. Después de un poco de presión, me dijo. —Su rostro era una máscara de indiferencia—. Con ella, me refiero a Dabria.

Mi corazón dio un giro desagradable. Yo no quería tener celos de la ex de Patch; obviamente comprendía que no había manera de que él no tuviera algún tipo de historia romántica, pero sentía una irresistible aversión hacia Dabria. Tal vez una ira residual... ella había tratado de matarme. O tal vez el instinto me dice que no dudaría en traicionarnos otra vez.

—¿Así que te encontraste con ella en persona después de todo? —le pregunté con tono acusador.

—Nos encontramos hoy, y mientras que la vi, decidí ir al fondo de una serie de preguntas que han estado vagando en mi mente. He estado buscando una manera de comunicarme contigo sin ser detectado, y no iba a desperdiciar la oportunidad de que me pudiera dar respuestas.

Apenas lo escuché.

—¿Por qué te siguió hasta abajo?

—Ella no lo dijo, y no es importante. Tenemos lo que queríamos, y eso es lo que me importa. Ahora tenemos una forma de comunicación privada.

—¿Acaso todavía se ve medio pálida y flácida?

Patch rodó los ojos.

Era muy consciente de que había esquivado mi pregunta.

—¿Ella ha estado en tu estudio?

—Esto está empezando a sentirse como ―Veinte Preguntas, Ángel.

—En otras palabras, lo ha hecho.

—No, no lo ha hecho —respondió Patch con paciencia—. ¿Podemos dejar de hablar de Dabria?

—¿Cuándo puedo reunirme yo con ella? —Y decirle que mantenga sus manos apartadas.

Patch rascó su mejilla, pero creí ver su boca torcerse.

—Probablemente esa no sea una buena idea.

—¿Qué se supone que significa eso? No crees que pueda manejarla yo sola. ¿verdad? ¡Gracias por el voto de confianza! —dije, estallando contra él y mis propias inseguridades estúpidas.

—Creo que Dabria es narcisista y ególatra. Es mejor permanecer lejos de ella.

—¡Tal vez deberías hacer caso a tu propio consejo!

Comencé a girarme lejos de él, pero Patch aferró mi brazo y me hizo voltear para enfrentarlo. Presionó su frente contra la mía. Comencé a alejarme, pero entrelazó sus dedos con los míos, atrapándome de forma efectiva contra él.

—¿Qué tengo que hacer para convencerte de que estoy utilizando a Dabria por un motivo, un único motivo: destruir a Hank, parte por parte si es necesario, y hacerle pagar por todo lo que ha hecho para lastimar a la chica que amo?

—No confío en Dabria —dije, todavía aferrándome a una parte de mi indignación.

Cerró sus ojos, y creí haber escuchado el más ligero de los suspiros.

—Finalmente algo en lo que estamos de acuerdo.

—No creo que debamos utilizarla, incluso si ella puede llegar al círculo más cercano de Hank más rápido que tú o yo.

—Si tuviéramos más tiempo, u otra opción, la tomaría. Pero por ahora, ella es nuestra mejor oportunidad. No me traicionará. Es demasiado inteligente. Tomará el dinero que le estoy ofreciendo y se alejará, incluso si eso hiere su orgullo.

—No me gusta. —Me acurruqué contra Patch, e incluso en el sueño, la calidez de su cuerpo disipó de forma inmediata cualquier escalofrío que persistiera—. Pero confío en ti.

Él me besó, un momento largo y tranquilizante.

—Algo extraño ocurrió esta noche —dije—. Alguien robó mi bolso del vestidor en Silk Garden.

Patch inmediatamente frunció el ceño.

—¿Esto ocurrió luego de que me fui?

—O fue ahí, o justo antes de que llegaras.

—¿Viste quién lo tomó?

—No, pero la vendedora dijo que fue un hombre lo suficientemente mayor para ser mi padre. Ella lo dejó irse sin oponerse, pero creo que él puede haber utilizado un truco mental con ella. ¿Crees que sea una coincidencia que un inmortal robara mi bolso?

—No creo que nada sea una coincidencia. ¿Qué vio Marcie?

—Aparentemente nada, incluso a pesar de que la tienda estaba prácticamente vacía. —Evalué sus ojos, fríos y calculadores—. Crees que Marcie estuvo involucrada, ¿verdad?

—Es difícil de creer que no viera nada. Comienza a sentirse como si toda la noche hubiera sido una trampa. Cuando entraste al vestidor, ella podría haber realizado una llamada, dejándole saber al ladrón que era seguro entrar. Podría haber visto tu bolso por debajo de la cortina, y haberlo ayudado durante el robo en cada paso.

—¿Por qué querría ella mi bolso? A menos... —Me detuve—. Ella pensó que llevaba el collar que Hank quiere. —Me di cuenta—. Él la involucró en esto. Ella estaba interpretando un papel para él.

La boca de Patch se había convertido en una sombría línea.

—Él no está por debajo de poner a su hija en peligro. —Sus ojos oscilaron hacia los míos—. Demostró eso contigo.

—¿Todavía estás convencido de que Marcie no sabe qué es realmente Hank?

—No lo sabe. No aún. Hank podría haberle mentido sobre las razones por las que necesitaba el collar. Podría haberle dicho que le pertenecía, y ella no haría preguntas. Marcie no es del tipo que hace preguntas. Si ve su objetivo, se lanza a por él como un pit bull.

Pit bull. Dímelo a mí.

—Hay una cosa más. Logré ver el coche antes de que el ladrón huyera. Era un Audi A6.

Por la mirada en sus ojos, supe que la información significaba algo para él.

—La mano derecha de Hank, un Nefilim llamado Blakely, conduce un Audi. 

Un estremecimiento se deslizó a lo largo de mi columna.

—Estoy comenzando asustarme un poco. Claramente piensa que puede utilizar el collar para obligar a hablar al arcángel. ¿Qué necesita que ella le diga? ¿Qué sabe ella para que él se arriesgue a las represalias de los arcángeles por ello?

—Y tan cerca del Jeshvan —murmuró Patch, con una mirada de distracción nublando sus ojos.

—Podríamos intentar destruir al arcángel —sugerí—. De esa forma, incluso si Hank consigue el collar, no tendrá un arcángel.

—Había pensado en eso, pero estamos frente a dos grandes problemas. En primer lugar, el arcángel confía en mí incluso menos que en Hank, y si me ve en cualquier lugar cerca de su jaula, ella va a hacer un montón de ruido. En segundo lugar, el almacén de seguridad de Hank está plagado con sus hombres. Necesitaría mi propio ejército de ángeles caídos para ir en contra de ellos, y va a ser muy difícil que convenza a los ángeles caídos para que me ayuden a rescatar a un arcángel.

Nuestra conversación pareció llegar a un punto muerto, ambos contemplamos nuestra breve lista de opciones en silencio.

—¿Qué le ocurrió al otro vestido? —preguntó Patch al final. Seguí su mirada hacia el vestido de Jessica Rabbit.

Dejé salir un suspiro.

—Marcie pensó que me vería mejor en rojo.

—¿Qué piensas tú?

—Pienso que Marcie y Dabria serían amigas de forma instantánea.

Patch se rió bajo, el sonido acariciando mi piel casi tan seductoramente como si la hubiera besado.

—¿Quieres mi opinión?

—Bien puedes darla, ya que aparentemente todos parecen tener algo que decir al respecto.

Se sentó sobre mi cama, recostándose despreocupadamente sobre sus codos.

—Pruébatelo.

—Probablemente es un poco ajustado —dije, sintiéndome repentinamente el centro de atención—. Marcie tiende a reducir los números en lo referente a las tallas.

Él apenas sonrió.

—Tiene una ranura que se extiende hasta el muslo.

Su sonrisa se profundizó.

Encerrándome en mi armario, me metí en el vestido. Fluía como líquido sobre cada una de mis curvas. La ranura se abrió en la mitad de mi muslo, exponiendo mi pierna.

Dando un paso afuera, hacia la tenue luz, moví mi cabello fuera de mi nuca.

—¿Me subes el cierre?

Los ojos de Patch realizaron una lenta evaluación de mí, cambiando a un vívido negro.

—Me va a costar mucho enviarte con Scott usando ese vestido. Sólo como adelanto: si vuelves con ese vestido pareciendo incluso ligeramente arrugado, rastrearé a Scott, y cuando lo encuentre, no será nada bonito.

—Le transmitiré el mensaje.

—Si me dices dónde se está escondiendo, se lo daré yo mismo.

Tuve que esforzarme por no sonreír.

—Algo me dice que ese mensaje sería mucho más directo.

—Sólo digamos que captaría el punto.

Patch tomó mi muñeca y me atrajo para un beso, pero algo no estaba bien. Su cara se volvió borrosa en los bordes, disolviéndose en el fondo. Cuando sus labios encontraron los míos, difícilmente lo sentí. Peor, me sentí a mí misma alejarme de él como un trozo de cinta siendo arrancada de un cristal.

Patch lo notó también y maldijo bajo su aliento.

—¿Qué está ocurriendo? —pregunté.

—Es el mestizo —gruñó.

—¿Scott?

—Está golpeando la ventana de tu dormitorio. En cualquier segundo, despertarás. ¿Es esta la primera vez que viene a merodear por los alrededores durante la noche?

Pensé que sería más seguro no responder. Patch estaba en mi sueño y no podía hacer nada precipitado, pero eso no significaba que fuera una buena idea el convertir esta competición entre ellos en algo más grande.

—¡Terminaremos esto mañana! —Fue todo lo que tuve tiempo de decir antes de que el sueño, y Patch, se arremolinaran en los recovecos de mi mente.

El sueño se rompió, y por supuesto, Scott se encontraba de pie en mi habitación, cerrando la ventana detrás de él.

—Levántate y brilla —dijo.

Gemí.

—Scott, tienes que detener esto. Tengo clases a primera hora mañana. Además, estaba a la mitad de un sueño realmente bueno —refunfuñé como si fuera una idea de último momento.

—¿Sobre mí? —dijo, dándome una sonrisa arrogante.

Simplemente dije:

—Mejor que esto sea bueno.

—Mejor que bueno. Tengo un puesto tocando el bajo en una banda llamada Serpentine. Abriremos en el Devil's Handbag la próxima semana. Los miembros de la banda consiguen dos boletos gratis, y tú eres una de las afortunadas beneficiadas. —Con un movimiento florido, lanzó los dos boletos sobre mi cama.

Me sentía más y más despierta a cada segundo.

—¿Estás loco? ¡No puedes estar en una banda! Se supone que tienes que estar escondiéndote de Hank. Ir al baile conmigo es una cosa, pero esto es llevar las cosas demasiado lejos.

Su sonrisa murió, su expresión agria.

—Pensé que estarías feliz por mí, Grey. He pasado los últimos dos meses escondiéndome. Ahora estoy viviendo en una cueva y hurgando en busca de comida, lo que se está haciendo cada vez más difícil de encontrar ahora que el invierno se acerca. No tengo televisión, ni celular. Estoy completamente desconectado. ¿Quieres la verdad? Estoy hastiado de esconderme. Vivir huyendo no es vivir. Bien podría estar muerto. —Acarició el anillo de la Mano Negra, todavía ubicado alrededor de su dedo—. Me alegro de que me hayas convencido de usar esto otra vez. No me sentido tan vivo en meses. Si Hank intenta cualquier cosa, se encontrará con una gran sorpresa. Mis poderes se han intensificado.

Pateé mis sábanas y le hice frente.

—Scott, Hank sabe que estás en la ciudad. Tiene a sus hombres buscándote. Tienes que permanecer oculto hasta... el Jeshvan por lo menos —solté, creyendo que el interés de Hank en Scott se desvanecería una vez que la totalidad de sus planes, sin importar lo que ellos fueran, se desarrollaran.

—Sigo diciéndome eso, ¿pero qué pasa si no lo hace? —observó de forma insulsa—. ¿Qué pasa si él se olvidó de mí y todo esto es por nada?

—Sé que te está buscando.

—¿Lo oíste decirlo? —preguntó, dándose cuenta de mi farol.

—Algo como eso. —Dado su estado actual, no podía obligarme a decirle de dónde había salido la información. Scott no se tomaría el consejo de Patch seriamente. Y luego tendría que explicarle por qué estaba involucrada con Patch en primer lugar—. Una fuente de confianza me lo dijo.

Él balanceó su cabeza hacia atrás y adelante.

—Estás intentando asustarme. Aprecio el gesto —dijo cínicamente—, pero ya he tomado mi decisión, he pensado en esto, y lo que sea que pase, puedo afrontarlo. Un par de meses de libertad es mejor que toda una vida en prisión.

—No puedes permitir que Hank te encuentre —insistí—. Si lo hace, te pondrá en una de sus prisiones reforzadas. Te torturará. Tienes que soportar esto un poco más. Por favor —rogué—. ¿Sólo un par de semanas más?

—A la mierda. Me voy de aquí. Voy a tocar en el Devil's Handbag vengas o no.

No entendía la repentina actitud rebelde. Hasta ahora, había sido muy meticuloso en lo de mantenerse alejado de Hank. Ahora estaba poniendo su cuello en la línea de fuego por algo tan trivial como un baile escolar... ¿y ahora  una banda?

Un horrible pensamiento me asaltó.

—Scott, dijiste que el anillo de la Mano Negra te conecta a él. ¿Hay alguna posibilidad de que te esté arrastrando más cerca de él? Tal vez el anillo hace más que aumentar tus poderes. Tal vez es algún tipo de... carnada.

Scott resopló.

—La Mano Negra no va a atraparme.

—Estás equivocado. Y si sigues con esa actitud, él te atrapará antes de lo que

crees —dije en voz baja pero firme.

Intenté tocar su brazo, pero él se alejó.

Salió por la ventana, cerrándola de golpe tras él.