Luego de registrar toda la habitación y solo encontrar varios muebles de madera , estantes de aluminio al igual que muchas cajas de cartón con productor de limpieza. Manuel se comienza a preguntar como debe de actuar cuando salga de la habitación puesto que esta consiente de que no se puede quedar en ella por mas tiempo.
- no hay comida, tampoco agua y no pienso volver a comer ratas. Mi única opción es salir de este lugar - dice Manuel mientras mira fijamente la puerta que le separa del exterior.
- Ya estoy decidido, voy a salir - dice mientras guarda todo lo que cree que le puede ser de utilidad allá fuera. Levantándose luego de llenar la mochila, toma un cabo de escoba y le agrega un trapo sumergido en queroseno a un extremo obteniendo así una antorcha que encendió gracias a una caja de cerillas que encontró y así se fue acercando a la puerta mientras reunía el valor necesario al poner la mano en la perilla, Dejando salir un largo suspiro que hizo eco en sus oídos.
- no puedes detenerte ahora Manuel - dice en voz alta para darse confianza mientras gira la perilla y empujar la puerta y así ser el lugar inundado por la blanca espesura de la bruma. Sus ojos se centran en el oscuro del pasillo mientras sujeta la antorcha con fuerza al dar su primer paso hacia lo que anteriormente fue su infierno.
Al salir de la habitación el rojo de las llamas son reflejadas sobre el blanco de la espesa niebla que impide un mayor alcance de iluminación, la oscuridad y el siniestro silencio que es opacado por el eco de sus paso que resuenan al caminar siendo envuelto por el atormentador frío de ultratumba que le recuerda los gritos de agonía mientras camina por el largo mismo largo pasillo en donde perdió a los que debía cuidar, el rojo seco en el suelo, la ropa de los mas pequeños desgarrada y lo que parecen ser restos de cabello esparcidos por el suelo. Una débil y asustada que susurra a la distancia.
Manuel se detiene un momento para asimilarlo, pues creyó haber escuchado algo como una voz así que mira en la dirección de donde cree que vino el susurro para prestar atención, y a los pocos segundos se vuelve a escuchar el susurro - Señor Doragon - tras escucharlo de forma tan clara, el comienza a caminar en esa dirección dado que uno de los niños puede aun estar vivo, pero mientras mas camina mas se aleja de el la voz que continua repitiendo lo mismo - Señor Doragon - una y otra vez, tanto como para darse Manuel cuenta de que no es mas que una jugarreta de su mente pero de igual manera continua por donde va hasta encontrar un vestido purpura con volantes manchado con sangre.
Cayendo de rodillas al suelo mientras sus ojos no paran de llorar al contemplar claramente el cadáver de aquel niño que fue arrastrado frente a sus ojos. La antorcha cae de sus manos hasta el suelo por el cual rueda alejándose 4 metros, la luz se ve obstruida por la niebla y causa que Manuel quede casi engullido por la oscuridad. En ese momento cientos de gritos y suplicas llenaron el lugar, la cantidad de almas que se encontraba en el aeropuerto antes de morir ahora vagan en pena rogando por ayuda, mientras que otras solo le culpan, atormentando al único vivo del lugar que cubre sus oídos y trata de escapar de este infierno mientras recita un salmo de la biblia.
- el que habita bajo la sombra del omnipotente, aquel que que se abrigo con el manto del altísimo, estarán mil a su diestra y diez mil a tu siniestra, mas ninguno llegara a ti. Amen -
Así continuo Manuel hasta que cesaron las voces, permitiéndole pensar y continuar caminando con mas calma. Al rato ve como al frente la luz se vislumbra por entre la niebla. - parece ser que la sala de espera se encuentra justo al frente - dice Manuel a si mismo.
A lo que alcanza la zona que esta iluminada los pasos a su alrededor dejan de escucharse, de esta forma logra confirmar por fin su teoría, esas cosas le tienen miedo a la luz. Una información mas que útil, ya que significa que puede estar a salvo siempre que este bien iluminado pero aun es solo una teoría.
Tras seguir caminando por un minuto y sentir que se encontraba caminando en círculos algo causa que tropiece con algo un objeto algo suave y caiga de boca contra el suelo.
- que carajos - grita al caer, poniendo sus manos en el suelo para levantarse, vuelve a estar de pie, pero al mirar con lo que tropezó termina atormentándose mas. En el suelo justo con lo que tropezó, no es nada mas y menos que un cadáver en descomposición, la cuenca de los ojos ya se encuentran hundidas, la piel completamente blanca y casi pegada al hueso que resalta por lo delgado que esta el cadáver. El estomago de Manuel se revuelve por tal escena, mientras tapa su boca con una mano para evitar vomitar lo único que a consumido en días y se aleja ignorando lo que vio pero mientras camina se percata de que ese no era el único, mas cuerpos sin vida con el agujero en el pecho se encuentra repartidos por toda la sala de espera. El único vivo camina por en medio de todas esas personas, hombre, mujeres, niños e incluso algunos perros se encuentran tirados en el suelo, los cuerpos casi intactos están muy delgado debido al tiempo pero por extraña razón la carne no parece que estuviera echada a perder, no hay rastro de gusanos a pesar de tener un enorme agujero en el pecho, no hay gusanos que se coman su carne no hay olor fétido, es como si no estuvieran muertos, pero lo están pues todos sin ninguna falta tienen ese agujero en el pecho, como si les hubieran sacado el corazón.
Ademas de los cuerpos en el suelo también se encuentran los equipajes de todos ellos, Manuel las registra las maletas una por una, y dentro solo consigue ropa interior de mujer y algunas de hombre.
-Quien rayos llenaría una maleta con solo ropa interior adentro -
Continuamente revisando el equipaje de las personas,( no es robo si la persona esta muerta ) solo ropa es lo único que consigue, al parecer todas las personas que estaban aquí no se les ocurrió traer algo de comida o armas.
- no e visto el cadáver de ninguno de los soldados - dice mientras busca entre el equipaje de la gente y Tras saquear todo lo que podía, Manuel solo pudo conseguir una chaqueta negra junto con una gorra azul.
Sin saber que paso o por lo menos como ocurrió, Manuel se encuentra ahora justo en la entrada del edificio principal, la sala de espera y donde abordan los pasajeros, el lugar donde para muchos seria su boleto de salida, no es mas una tumba en la cual un chico de 14 fue sobreviviente.
- Tuve la suerte de sobrevivir a lo que fuera que allá pasado. Ahora, debo decidir al frente esta la salida a un ambiente que ahora desconozco y que posiblemente sea hostil, detrás de mi, solo una tumba llena de cadáveres, solo se que si me quedo podría no salir de aquí con vida, así que es hora - dice mientras se ajusta la gorra y sujeta con firmeza la antorcha. Dejando salir un largo suspiro, mientras prepara su mente para lo desconocido, Manuel coloca en su cuello la medalla del capitán Aguilar para luego dar un paso hacia lo desconocido.