Pasaron las horas, quedaba una hora para qué tuvieran qué ir a la casa de los padres de Seong-Jin.
Sun hee estaba arreglando su cabello delicadamente. No quería qué volviera a pasar lo de la última cena con los padres de su esposo.
Fue a su enorme armario y cogió la camiseta de pareja, unos vaqueros simples y unos tacones cuña negros y altos.
Metió su camiseta por dentro de los vaqueros, se puso un cinturón encima y por último se puso los tacones.
Convirtió un conjunto simple en algo elegante y hermoso.
***
Seong-Jin estaba en su dormitorio observando la camiseta qué le dió su mujer.
—...
Era la primera vez qué iba a ir a una cena con algo tan simple.
Sin pensarlo más veces la cogió y se la puso rápido.
Se sentía un poco incómodo, pero tuvo qué admitir que lo hacía verse apuesto. Echo su cabello negro cómo el carbón hacia atrás, parecía incluso más joven.
Poco después salió de su dormitorio y fue hasta la entrada de la mansión. Allí estaba su esposa esperándole mientras se apoyaba en el auto.
No pudo negar qué se veía hermosa, su cabello rojizo llamaba demasiado la atención.
Sun hee vio a su esposo acercarse a ella, casi no pudo reconocerlo. Sus ojos se iluminaron al verle con la camiseta qué le dió, no pudo evitar mirar los ojos azules y profundos de su esposo. Cualquiera podría enamorarse con solo una mirada de aquél apuesto hombre.
Seong-Jin se subió en su superdeportivo Lykan HyperSport. Sun hee tuvo qué sentarse al lado suyo ya qué sólo tenía dos asientos.
Su esposo siempre había odiado tener qué observar como alguien conducía, por eso casi siempre evitaba tener qué ser llevado por un chófer.
Mientras conducía se fijaba en la camiseta de su esposa, si se acercaba un poco más a ella podrían unir el corazón dibujado en la camiseta.
***
Un rato después Seong-Jin aparcó su auto en la entrada de aquella enorme mansión.
Sun hee bajo del auto torpemente, quedó fascinada al ver la enorme mansión. Su decoración exterior era espectacular, habían hermosas rosas azules qué le daban elegancia, una enorme fuente estaba justo en medio de los jardines.
No podia parar de mirar por todos lados con sus ojos esmeralda, para ella aquello era cómo estar en un santuario.
La voz de su esposo hizo qué dejara de soñar despierta:
—Vamos.
—S-sí.
Sun hee iva siguiendo a su marido con pasos lentos, incluso su espalda era atractiva.
Jin Eun estaba dentro de la mansión esperando ansiosa a qué llegara la pareja de casados, tenía varias ideas en mente para poder avergonzarlos.
Sus ojos se iluminaron después de ver a su hijo entrar otra vez a su antigua casa, pero esta vez acompañado de su esposa.
La última vez qué vino fue hace 3 años, y solamente para recoger un documento importante.
Jin Eun se acercó y abrazo a su hijo, luego fue hacia Sun hee y le agarro las manos.
—Gracias—inclinada hacía delante susurró en su oído.
Sun hee solo la miro y le sonrió de manera muy dulce, luego miró a su esposo durante unos segundos.
Se sentaron en una gran mesa de comedor.
—Mi padre esta trabajando ¿cierto?
—Exacto—tenia una mirada triste en su rostro.
Aunque esa mirada triste duro poco, se dio cuenta de qué llevaban la misma camiseta.
"Hora de comenzar el plan"
—¿Porqué no os quedáis a dormir?
—No—Seong-Jin contesto rápido, casi no dejó escuchar la pregunta a su esposa.
—Qué pena... pero ya e ordenado qué guardasen tu auto, y ni siquiera trajiste tú teléfono ¿no es así?
La cara de Seong-Jin se oscureció completamente, sabía cómo era su madre y por eso no quería venir aquí.
—Querido hijo ya e limpiado tu antiguo dormitorio yo misma, sería una lastima qué hicieras volver a tu esposa tan tarde a la mansión... debería descansar cómodamente en tu dormitorio.
—Pero se-señora nosotros no podemos dormir juntos—contesto nerviosa.
Jin Eun estaba sorprendida ante su respuesta.
"¿Enserio no duermen juntos? No me lo esperaba"
—Como sea.
Seong-Jin se levantó de la mesa furioso y fue a su antiguo dormitorio, al entrar a la habitación vio encima de la cama un pijama para Sun hee bastante provocador. Lo cogió con fuerza y lo tiro a una esquina de la habitación.
Sun hee converso un rato más con suegra, cuando comenzó a tener sueño se levantó.
—Buenas noches—comento mientras bostezaba.
—Duerme bien querida.
Rápidamente se dirigió a la habitación de su esposo, él estaba durmiendo en un lado de la cama.
Nerviosa se tumbó al lado suyo intentando no hacer ruido.
Se colocó casi en el borde de la cama para evitar rozar con él...
***
A la mañana siguiente Seong-Jin despertó con todo el pequeño cuerpo de su esposa encima.
Despacio la quito de encima suyo y luego la despertó con una voz débil y agradable.
Quería estar el menos tiempo posible en aquella mansión.
Se despidió de su madre, y se dirigió con su esposa hasta el auto.