Sun hee entró a un supermercado, el hombre qué estaba atendiendo se asustó al verla tan apurada y mojada.
—Porfavor déjeme un teléfono necesito hacer una llamada urgente— Apoyó sus manos en sus piernas para poder respirar mejor.
—Sí... sí claro— El amable hombre sacó su teléfono del bolsillo y se lo dió.
Ella marco el número con las manos temblorosas y le dio a llamar.
"Porfavor Hye contesta"
—¿Sun hee?
—Hye porfavor necesito qué vengas.
Sun hee le contó qué no le quedaba batería y qué ningún auto podía venir a recogerla.
Hye aceptó y le dijo qué en media hora estaría allí.
Mientras tanto Sun hee se sentó en una silla y tuvo una larga conversación con el trabajador, de vez en cuando temblaba pero no le dio importancia.
Medía hora después llego Hye en un auto rojo, bajo rápido y se acercó a Sun hee, se preocupó al verla tan mojada y con el rostro tan pálido. Le dijo qué subiera al auto para qué pudiera llevarla a la mansión.
—Gracias.
—Sun hee... dime qué a pasado.
Ella abrió los ojos sorprendida, ¿tanto se notaba qué le había pasado algo?
—Bueno veras...
Primero le contó lo de los dos hombres qué se le acercaron, cuando terminó la historia Hye no pudo evitar reírse. Pero luego le contó lo de su madre, la expresión de Hye cambió por completo.
—Si enserio crees qué esconde algo cuéntaselo a tu esposo— Estaba sería.
—¿Qué? ni siquiera sé que esconde y no creó qué vaya a hacer algo.
—Sun hee... puede qué su personalidad no sea la mejor pero no creó que se niegue a ayudarte.
—Quizas tengas razón...— Sus ojos se apagaron nuevamente, no sabía si realmente él la ayudaría o no.
***
Cuando llegaron a la mansión, las dos bajaron del auto, Sun hee le agradeció varias veces a Hye, después ella se tuvo qué ir por una llamada de su jefe Bon-Hwa.
Respiro profundo y entró a la mansión, sentía un agradable calor al entrar...
El mayordomo Min ho estaba recorriendo la sala de un lado a otro mientras se sacudía el pelo. Al escuchar pasos se giró, vio a Sun hee tan mojada y pálida qué no pudo evitar gritar.
—¡Ahhhhhh señorita, qué demonios le a pasado!— Tapó su boca con sus manos de lo sorprendido qué estaba.
—Un poco después de qué me llamará desde la relojería comenzó a llover, quise llamarlo pero me quedé sin batería...
No pude encontrar ningún paraguas en ninguna tienda, tuve qué estar bajo la lluvia, aunque estoy bien— Mientras decía qué estaba bien su pelo goteaba.
—Señorita porfavor cámbiese rápido de ropa se podría resfriar.
Sun hee tenía confianza en Min ho, primero le pidió qué no le contara a Seong-Jin lo qué le iva a decir y qué no se preocupara.
—Cuando estaba en camino a una tienda para poder llamar por teléfono dos hombres— Min ho estaba intentando interrumpirla pero no le hacía caso— Se me acercaron, al final no pudieron hacerme nada. Así qué porfavor no se lo digas a mi esposo ¿vale?
Sun hee levantó la mirada para poder ver a Min ho, él miraba mucho detrás de ella con los ojos muy abiertos.
Sun hee se giró lentamente para ver lo qué pasaba... su rostro se puso todavía más pálido al ver a su marido detrás de ella con los brazos cruzados y el rostro oscurecido.
Seong-Jin no se perdió nada de la conversación, el mayordomo Min ho intentó callar varias veces a Sun hee pero ella estaba demasiado concentrada explicándole la historia.
Ella miraba la mirada fría de su marido, notaba un nudo en su garganta y retrocedió varios pasos hacia atrás...
Dijo justo enfrente de él sin darse cuenta qué le ocultara aquella historia.
Ahora entendía lo peligroso qué era salir a las calles sola, sobretodo cuando había poca gente, pero Sun hee pensaba qué ya era tarde para arrepentirse.
Seong-Jin se acercaba a ella con pasos lentos y seguros...