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Chapter 10 - Capítulo 9

— Mataré a Min YoonGi, lo juro— murmura la pelirroja a espaldas mías, seguramente estrujando la pelota anti estrés y pensando que es el rostro de mi amigo.

— ¿Necesitas ayuda con eso?— pregunta Tae a mi lado, viendo el espejo retrovisor dirigiéndose a ella.

— ¿Qué es mejor? ¿Estrangularlo con mis manos o que tenga una muerte lenta y dolorosa?

— Lenta y dolorosa, es el cliché de toda película de acción y venganza— respondo batiendo la bebida en el envase de plástico.

— Creo que necesitaré un martillo— dice para ella misma y se escucha el chillido de un juguete— gracias, linda, pero quiero un martillo real y más grande, aunque lo agradezco— toma el martillo chillón y golpea un muñeco con él.

Una risita resuena por todo el auto y entonces me volteo a ver lo que sucede; la pequeña humana sostiene el martillo e imita la acción de mi amiga mientras se ríe, May sonríe y da aplausos a la niña, orgullosa de que haya aprendido eso de ella. Después de que YoonGi dijo que no aceptaría hacerse pasar por el esposo de May, no le quedó otra que adoptar una bebé, obviamente tuvo que usar un alias para que no intentarán investigar de dónde había sacado esa criatura, pues, si el pelinegro no iba a ayudar, tal vez la niña sí.

RaHyun permanece sentada en su silla para bebes, con una sonrisa en su rostro y algo de babas en la comisura de los labios, tiene apenas once meses de nacida, pero su personalidad es deslumbrante, como la de su mamá adoptiva. May fue la primera en enfocarse en ella, y durante el poco tiempo que la niña lleva con nosotros, veo que, a pesar de que no se parezcan físicamente, ambas son casi iguales en cuanto a personalidad.

Nos adentramos al estacionamiento del centro comercial y, cuando ya está estacionado el auto, descendemos de este.

— Bien, tenemos que comprar pañales, ropa, biberón, pañitos, zapatos...— va nombrando May un sinfín de cosas a medida que avanzamos.

— Oye, súper mamá, ¿no se te olvida algo?— pregunta Tae con las llaves del auto en la mano, jugando con ellas.

— No creo— abre los ojos asustada y coge las llaves de Tae, corre al auto y saca a la niña—. RaHyun, tienes que decir "loca, me estás dejando, no te olvides de mí" ¿queda claro?

La bebé balbucea señalando el auto y se mueve en los brazos de su mamá, riéndose.

— No entendí lo que dijiste, pero supongamos que si me prestaste atención, ahora, adentro, está niña no se mantiene sola— va a paso firme hacia las escaleras eléctricas con la niña en brazos, con su brazo extendido acompañado de un puño y cantando la canción de súper héroe.

Por mucho que May haya dicho antes que le desagrada la idea de ser mamá, con la excusa de que apenas sabe cuidar de sí misma, sé que es mentira, y lo he podido confirmar cuando íbamos al parque y veía a los padres con sus hijos, con la añoranza y el miedo de jamás formar una familia, quedándose sola.

Entramos y salimos de varios locales con bolsas en las manos y otras en coche de bebé, de vez en cuando nos turnamos para cargar a RaHyun, pues a la pelirroja se le cansan los brazos y nosotros no nos quejamos, después de todo me gusta pasar el rato con mi sobrina haciéndola reír u observar a TaeHyung hacer aegyo frente a ella. El día estuvo alegre para nosotros, pero esa alegría acabo cuando llegó la rata con patas de alambre junto a su acompañante, ambos asombrados de ver a May en esa situación.

— ¿May Walters?— dice sorprendido Kim SeonHo, deteniéndose frente a nuestra mesa en la zona de comidas.

— ¿Rata inmunda?— se burla May y mira a la persona a su lado—. Vaya, tu sí que tienes novias a como cambias de calzón. ¿Tú quién eres, linda?

— YongSun— responde tímida.

— Ella es más joven que el vejestorio con la que salías, ¿qué número de chica es?

— Eso no te importa— contesta con brusquedad—. ¿Ese bebé es tuya?

— Nuestra— le corrige—, es nuestra hija, SeonHo. ¿Recuerdas esa noche en el hotel, dentro del jacuzzi, hace casi dos años? Ya sabes, esa vez me usaste para solo sexo y una semana después terminaste conmigo— mira a YongSun—. No te lo recomiendo, no es un buen partido, búscate algo mejor.

La chica mira a su, ahora, exnovio y le da una cachetada, largándose como alma que la lleva el diablo, por otro lado, SeonHo permanece callado, anonadado y confundido, boquea como un pez mirando a May para luego irse, mientras mi amiga sonríe victoriosa.

— No puede ser May, ¿llevas dos años sin superarlo a él?— Tae señala en dirección a SeonHo.

— Un año, ocho meses, dos semanas y tres días, exactamente— cuenta ella, dándole de comer a la bebé.

— Que jodida.

— Llevo diciendo eso hace tiempo, con May no se puede— bromeó a lo que mi amiga me lanza una mirada amenazadora—. Aunque es extraño que las fechas coincidan, cualquiera podría creer que ese imbécil es su padre.

Terminamos de comer y nos fuimos, por parte de May, ella se tenía a su apartamento porque tenía que remodelar la habitación de RaHyun, así que yo cuidaría de la garrapata, por lo que también tuvimos que comprar lo necesario para darle de comer al bebé.

— Ya sabes, cualquier problema me avisas, tienes mi número, el número de emergencias, el de la policía, los bomberos, si se queda sin comida yo puedo venir o si le hace falta un pijama, incluso si...

— May relájate, ella estará bien, sólo será por un par de horas, YoonGi te ayudará a remodelar y terminarán más rápido, confía en mí— la corto con un abrazo.

May se aleja de mí para abrazar al bebé, luego se va dejando el biberón listo y un muñeco, mientras Tae se encuentra jugando con la bebé, distrayéndola para que no vea que su mamá se va.

Lección aprendida del día: no dejes que un bebé vea a su madre irse, porque empezará a llorar y no se calma muy fácil. Lo supe cuando aún estábamos en el centro comercial y lloro al no ver a su mamá adoptiva.

— Yo me puedo quedar para ayudar a cuidar a RaHyun— sugiere Tae entregándome a Ra.

— No es necesario, de seguro tienes cosas por hacer, además soy buena cuidando bebes, las dos estaremos bien.

— ¿Estás segura? Mi oferta no durará mucho.

— Claro que lo estoy, tu puedes irte tranquilo, siento que nos aprovechamos mucho de ti y tal vez necesitas tiempo para hacer tus cosas— confieso encogiéndome de hombros con la bebé en mis brazos, que parece estar entretenida jugando con mi cabello.

— De acuerdo, me llamas si necesitas algo— se despide de mí y sale del apartamento.

Miro al bebé en mis brazos, ella hace un puchero y noto que sus ojos se empiezan a llenar de lágrimas.

— No, no, no, no vayas a llorar— la arrullo en mis brazos, aunque era demasiado tarde, la bebé se encontraba llorando.

Dos horas después me encuentro haciendo miles de malabares para que se duerma, era tarde, más de una vez los vecinos llamaron a la puerta por el ruido, sin embargo no dijeron nada al ver a RaHyun, sólo comentaron uno que otro consejo, que para mí, era un paso más cerca de aprender a cuidar a los bebes y hacer que la niña se durmiera, o al menos eso intentaba, revise su pañal, le di de comer, le saque los gases, trate de comunicarme con ella, jugué con ella, pero nada sirvió.

Tocan la puerta y gruño, liberando algunas lágrimas de frustración. Abro la puerta, viendo a Tae entrar a mi apartamento como si fuera suyo.

— Me preguntaba cuánto tiempo tardarías para rendirte— carga a la RaHyun, que estaba en el sofá, y está de inmediato se calma—. Estaba esperando afuera para ver si me necesitabas.

— Pudiste haber hecho eso hace una hora— digo indignada, acostándome en mi sillón favorito.

— Fue divertido escucharte intentar calmarla.

Él empieza a cantar, tanto la bebé como yo nos quedamos dormidas, no nos pueden culpar, es impresionante escuchar por primera vez su voz suave, melodiosa y grave, una extraña combinación que a mí parecer también formaba una perfecta armonía.

Es de noche cuando me despierto, dándome cuenta de que estaba en mi cama y no en el sofá, empiezo a escuchar ruidos provenientes de la sala, por lo que me coloco de pie y salgo de la habitación encaminándome a las personas que yacen en el tapete peludo del centro de la sala, encontrándome con TaeHyung tratando de enseñarle a gatear a RaHyun.

Muerdo mi labio reprimiendo una sonrisa a la vez que voy recostando mi cuerpo en la pared antes de derretirme de la ternura, permitiéndome descubrir una nueva faceta del chico de las fotos.

— Eso es... Ya casi, sostente de tus bracitos, mueve tus manos hacia adelante y arrastra tus rodillas, mira como lo hago yo— hace una demostración, la bebé al intentar imitarlo solo alcanza a avanzar un poco antes de caer sobre el tapete haciendo un puchero, señal de que va a llorar por el golpe que se dio.

— No, no, no, no llores, amor, no pasó nada, fue un pequeño golpecito, ¿si?— por mucho que él intento calmarla, la bebé sí lloró después de todo, ella al verme extendió sus brazos hacia mí a la vez que me acercaba a ella.

Cargo a mi sobrina y la llevo al baño para lavarle la quijada, la zona en la que se pegó, por su parte, la pequeña en mis brazos se calma apoyando su frente en mi hombro.

Ahora sí no lloras conmigo.

Voy hacia la cocina cuando escucho rugir el estómago de RaHyun. Tae sirve papilla en un pequeño plato y comida normal en otros dos platos, le pone el babero al bebé y entre ambos le damos de comer. Bueno, el peligris hace el jueguito del avión a mi sobrina mientras que a mí me aleja la cuchara y luego la acerca.

— ¡Tae! Déjame comer— refunfuño quitándole un poco de comida.

— ¡Oye!— se queja cruzando sus brazos—, dame un beso y te doy comida.

— No, yo quiero comer con mis manos.

— Pero si para eso tienes los cubiertos— sonríe juguetón.

— Sabes a lo que me refiero.

— No es bueno comer con las manos, la bebé estaría aprendiendo un mal ejemplo.

— ¡TaeHyung!— reprimo una risa para permanecer sería.

— Dame mi beso— hace un puchero y estira sus labios.

Sonrió dejando un sonoro beso en su mejilla.

— Ahí no, en mis labios.

— No, ya te di tu beso, dame comida.

— Beso en mis labios o no hay nada— acerca su rostro a mi dejando sus labios pequeños centímetros de los míos.

Inconscientemente acaricio su mejilla, cierro mis ojos juntando nuestras frentes y lo beso.

Era suave, dulce, delicado, tierno, lleno de amor, pasión y un sinfín de emociones que me causan un revuelto en el estómago, junto a una sensación indescriptible. Nos separamos poco después por falta de aire, y por el balbuceo de un humanoide acompañado de una risa. Tae deposita un beso sobre mi nariz, le da una cucharadita con papilla a RaHyun y me vuelve a dar comida a mí.

— ¿Ves? No fue tan difícil.

— Eres un bebé a veces— respondo después de masticar.

— Pero así me amas, ¿lo vas a negar?— me mira esperando la respuesta.

— No, porque sé que tú también me amas, ¿lo vas a negar?

— No— sonríe satisfecho.

Terminamos de comer minutos más tarde, preparo la colada para RaHyun, ya era un poco tarde y ella debía dormir, así que con una película de muñecos animados y su bebida caliente, mi sobrina se durmió. La llevo a su pequeña cama improvisada que se encuentra al lado de la mía, es una de esas camas para bebé que se pueden pegar al lado de las otras, así no se cae y está más cerca por si pasa algo.

Apago las luces de la habitación dejando una pequeña lucecita recargable encendida por si se asusta la bebé, me acuesto en la cama cayendo en un sueño profundo.

Si, dormí casi toda la tarde y ahora voy a dormir otra vez, lo dormilona me lo contagio YoonGi.

No fue hasta que sentí que me movían que me desperté nuevamente, observando al bello interruptor de sueños frente a mí.

— Es tarde, ¿qué haces aquí?— logro formular arrastrando las palabras.

— Yo querer dormir contigo, es cómodo— hace un puchero que apenas puedo ver.

Me ruedo en la cama dejándole un espacio y este de inmediato se mete entre las cobijas, abrazándome. Yo por mi parte, me acomodo en su pecho usándolo como almohada.

Él tenía razón, es cómodo.

— Adoptemos— suelta de repente—. Tú y yo.

— ¿Q-qué?— abro los ojos de golpe sorprendida por sus palabras.

— Me refiero a adoptar un perrito, podríamos ir mañana, hay uno en el refugio de mascotas, nació hace algunas semanas, adoptémoslo— habla logrando que me calme.

Por un momento me había asustado el hecho de ser mamá también. Aunque prácticamente seré mamá, pero de un perro.

— ¿Por qué lo quieres adoptar conmigo?

— Porque así tendría una razón para verte seguido.

— ¿Con quién se quedaría el cachorro?— cuestionó alzando mi cabeza para verlo.

— Mmm... Una semana conmigo y luego otra contigo, o yo podría venir un par de días aquí y tú me podrías visitar, no sé, como tú quieras— responde mirando el techo.

— Lo pensaré— sonrió de lado.

— Tu solo di que si— me mira y guiña el ojo.

No respondo nada, no hacía falta, él sabe que diré "sí" sin necesidad de preguntar. Él acaricia mi cabello y dejo que el cansancio se apodere de mí cerrando mis ojos.

A la mañana siguiente nos alistamos para ir al parque, nos encontraríamos ahí con May, quién dejó aproximadamente cincuenta mensajes, todos preguntando por la bebé, no tuvimos tiempo de responder, así que la llamamos aclarando que todo estaba bien. Dos horas después, salimos del apartamento y nos encaminamos al punto de encuentro con la pelirroja.

— ¡Mi bebé!— exclama asustando a YoonGi, corriendo hacia la bebé que se encuentra en el coche.

RaHyun se emociona aplaudiendo y estira sus brazos hacia su madre, la adulta carga a su hija, llenando su cara de besos.

— May la vas a gastar— le dice YoonGi.

— Cállate, rompecorazones— responde ella dándole una mirada asesina.

— Supéralo, May, supéralo.

— Te perdiste la mejor oportunidad de casarte con la chica más ardiente que podrás encontrar jamás.

— ¿Quién?, yo solo te veo a ti y a Brie— el pálido se encoge de hombros buscando por el parque a la persona imaginaria.

— Cállate— exclama la pelirroja, con la cara roja de la furia.

— No le enseñes eso a la niña, apuesto a que yo sería el mejor padre que pudiera tener esa bebé.

— ¿El mejor padre? A ver, dime cuál es el nombre de mi hija y te dejo criarla.

— Es... RaeTan, HyunMi... Hmmm... ¡Tamara!

— ¡Idiota! Su nombre es-

— RaHyun, once meses de nacida, cumplirá doce el próximo mes en la segunda semana el jueves— responde YoonGi sin expresión alguna—. Ahora, ya que sé su nombre y cuando cumplirá su primer año, criaré a la nena, con permiso— carga a la más pequeña y se la lleva.

— Bueno, al menos sé que si me presta atención cuando le hablo— murmura May siguiendo al pelinegro.

Si hay algo que sé, es que a mis dos amigos les gusta retarse y llevarse la contraria, una hermosa función de quién gana y quién pierde, a su vez, un lazo que une a estas dos personas. Por mucho que YoonGi finja ser frío, por dentro nos quiere, pero no lo dice seguido, no hace falta que lo mencioné, después de todo May y yo lo sabemos.

— ¿Vamos por el perrito?, tenemos un tiempo libre y dudo que ellos dos se maten mientras no estamos— Tae me jala de la chaqueta llamando mi atención.

— Oh, claramente eres nuevo en esto— río leve observando a mis amigos a lo lejos—. Vamos por nuestro hijo.

El fotógrafo coge mi mano y me lleva arrastrando hacía el refugio de animales, habla con el dueño del local un par de minutos, acto seguido, éste nos lleva por un pasillo hacia una habitación donde se encuentran un montón de perritos recién nacidos, algunos con su mamá y unos más grandes que otros.

— Aquí está, bien cuidado y en perfectas condiciones— dice el dueño del local con una carpeta en la mano—. Deben firmar estos papeles y si gustan pueden comprar algunas cosas para el perro.

Salimos de la habitación, dirigiéndonos está vez a la oficina, en donde pudimos firmar los papeles, de paso aprovechamos para comprarle comida al perro, sus platos, shampoo, cama, cobija, cepillo, entre otras cosas.

Una vez, ya afuera del refugio, nos vamos de nuevo al parque en donde el perro dio pasos con pequeños tropezones.

— Ponle el nombre— dice TaeHyung a mi lado.

Me quedo mirando al perro, éste imita mi acción y ladea su cabeza, haciéndolo ver tierno e inocente, se acerca a mí escondiéndose en mis piernas para jugar con los dedos de mis manos.

— Yeontan, ¿qué te parece?— miro al peligris en busca de aprobación.

— Ese está perfecto— sonríe en grande y mira al pequeño bebé peludo—. Bienvenido a la familia, Yeontan.