Chereads / El chico de las fotos [K.TH] / Chapter 13 - Capítulo 12

Chapter 13 - Capítulo 12

TaeHyung.

Desperté emocionado y con música a todo volumen, hoy sería mi cita con Brianna, llevaba planeando esto desde que acepto tener la cita conmigo, quería que todo fuera especial, pues ella lo era para mí, por lo que busque ayuda profesional para estos casos, JiMin me ayudo con las decoraciones del lugar, May me ayudo a escoger el lugar, le iba a preguntar a YoonGi pero siento que no le caigo muy bien.

— De acuerdo Tannie, ¿cuál se me ve mejor? ¿La azul, la floreada negra o la blanca?— muestro las camisas en el gancho.

— Es mejor el azul— dice.

— ¿Tannie? ¿Hablaste? Sabía que si pasaba mucho tiempo contigo eso ocurriría— sonrió.

— Fui yo, no Tannie, lamento desilusionarte— entra JiMin a la habitación.

— Pues ahora pon a Tannie frente a tu rostro y habla por él, necesito escoger una camisa.

— Ya te dije que es mejor la azul.

— Pero me gusta la blanca.

— Esa está linda.

— Aunque la azul me va mejor.

— Si, por eso te digo que es mejor la azul.

Asiento siguiendo el consejo de mi amigo y me pruebo la camisa azul.

— Nah, es mejor la blanca— me pongo la camisa nombrada y modelo por toda la habitación mirándome al espejo en diferentes posiciones—. Me veo sexy, ¿crees que a ella le guste?

— A ella le gustas sin camisa.

— No puedo ir así, me dará frío y luego le tendré que pedir un abrigo.

— Solo quédate con la blanca, ese es tu color.

— ¿Y si mejor me llevo a la azul? Es linda.

— Te dije que te llevaras la azul desde un principio.

— Me pondré la azul.

Alistó lo necesario en una maleta, ya que tengo planeado estar ahí con ella toda la noche, por lo que necesaria la ropa de cambio y cosas de aseo, de paso empaque algo de ropa para ella, pues Brianna no conoce mis planes, quería que fuera sorpresa, también empacó comida para Yeontan y uno que otro de sus juguetes, los platos para servir la comida y el agua, su cobija, y la cama.

— ¿Oye por qué mejor no te llevas toda la casa?— pregunta viendo las maletas.

— No seas tonto, eso no cabe en el carro— respondo con obviedad.

Miro el reloj y echo todas las maletas al baúl del auto, me miro una última vez al espejo confirmando mi aspecto.

— ¿Sabes? Mejor me llevo la negra floreada— cambio rápidamente mi camisa.

— ¡Haz lo que se te dé la puta gana!— escucho a mi amigo gritar desde la primera planta, por lo que me río.

Subo al auto con el cachorro mientras me despido de JiMin, conduzco hasta el edificio de Brianna, media hora después ella sale con un hermoso vestido dejándome embobado. El ladrido de Yeontan me saca de mi ensoñación y este comienza a mover su colita emocionado al ver a su madre.

— Hola, bebé, ¿me extrañaste?— toma asiento en el lado del copiloto y pone al peludo en sus piernas.

— Yo siempre te extraño— digo con una media sonrisa cuando escucho su risa.

— Le decía a Tannie.

— Ahora haces que sienta celos de un perro.

— Pero es nuestro hijo— hace un adorable puchero, el cual no tardó en besar—. Hola a ti también, cielo— ella besa mi mejilla con un leve sonrojo.

— Ah-ah, yo quiero un beso en la boca— abulto mis labios ligeramente. Ella rueda los ojos sonriendo y me besa—. Eso sí es un saludo.

— ¿Ya me dirás a dónde vamos a ir?

— Nop, se paciente, descansa y cierra tus hermosos ojos porque el viaje es largo.

— ¿Hice bien en traer este vestido? Siento que no es el indicado para el lugar al que iremos.

— Estas bien así— acaricio su cabeza—. Ahora duerme, porque ni creas que te vaya a decir a donde iremos, no me hagas vendar tus ojos.

— Bien, bien, ya entendí— se acomoda en el asiento.

Pongo mi mano sobre la suya mientras que con la otra voy conduciendo, ella tararea las canciones de la radio, sin embargo, cuando ya no escucho ningún sonido de su parte, sé que se queda dormida. Luego de casi tres horas llegamos a un hotel, por lo que ubico en auto en la zona de parqueo. Había hecho una reservación en un hotel cerca de la playa, era lujoso pero sin exagerar, pues aún tenía que conservar mis ahorros. Ambos subimos al ascensor con nuestras maletas y las del perro, ella con una cara adormilada, yo con una sonrisa y Yeontan moviendo su cola de lado a otro, en señal de felicidad, presiono el botón de nuestro piso correspondiente escuchando la música que transmite la bocina de la caja de metal en la que estamos.

Tan pronto llegamos, la luz cálida de los pasillos nos dan la bienvenida, los cuales tienen candelabros pegados a la pared, papel tapiz beige en la mitad de arriba de las paredes y la otra mitad de color vino, haciéndolo parecer hogareño. La castaña a mi lado abre la puerta de la habitación en la que nos vamos a hospedar con la llave que le pase, y me permito descargar las maletas en el suelo.

— ¿Dormimos?— pregunta ella dirigiéndose a la cama.

Sonrió acostándome a su lado y pasando mis brazos por su cintura, Brie de inmediato se apega a mí como si de un imán se tratase, y claro, Yeontan no podía faltar, él se ubica en el pequeño espacio que hay entre nosotros. Observo a mi chica dormir, sus parpados cerrados y su respiración tranquila, los labios entreabiertos y su cabello hacia atrás despejando su rostro cuando menos me doy cuenta me quedo dormido.

Cuando despierto noto que el sol todavía estaba por lo que supuse que había pasado una o dos horas, Brianna no estaba a mi lado pero si Yeontan, jugando con su pequeño hueso de juguete. La busco con la mirada y le encuentro en el balcón mirando la playa.

Me levanto y la abrazo por la espalda mientras beso su hombro.

— ¿Dormiste bien?— se da la vuelta y acomoda sus brazos en mis hombros.

Asiento. — ¿Vamos a la playa o ir prefieres mañana?

— Mañana, ya casi va a anochecer.

— Si ese es el caso alístate, hay un lugar en donde podemos comer, ponte un vestido, ya estás bonita, así que con eso no hay problema— guiño el ojo y depósito un beso en su frente.

Veinte minutos más tarde llegamos a un restaurante, las paredes eran blancas y había cuadros en las paredes, no era elegante pero si perfecto, en el centro había una pista de baile en donde pocas personas estaban con sus parejas. Escogimos una mesa y ordenamos la comida, mientras esperábamos ella me contó la razón por la cual quiso trabajar en publicidad.

— ¿Y tú? ¿Por qué fotógrafo?

— Desde pequeño esto me llamo la atención, mi mamá me dio una cámara cuando tenía ocho años y le tome fotos a todo, bueno, solo a lo que me llamaba la atención, mi papá me apoyo cuando quise estudiar fotografía y aquí termine, conozco a NamJoon desde hace mucho, él me dio la oportunidad aunque me la puso difícil al principio y yo lo sabía, pero aquí estoy.

Bueno, parte de esto era verdad, supongo que en algún momento Brianna tendrá que enterarse de todo, tengo miedo de que quiera escapar de mi cuando vea lo que en verdad soy, alguien con una mente dañada.

¿Qué tanto durará está calidez en mi pecho? ¿Se irá de mi lado cuando lo sepa? ¿Me tendrá miedo? Me preguntó eso todos los días cuando la veo sonreír y dirigirse hacia mí para darme uno de esos besos que tanto me vuelven loco, cortos, largos, dulces, apasionados, necesitados y amorosos que son capaces de demostrar nuestros sentimientos sin tener que decir alguna palabra.

Después de comer ambos fuimos a la pista de baile, nos quedamos ahí sintiendo que éramos los únicos en el lugar, dedicándonos una que otra mirada profunda que expresaban más de lo que queríamos decir. Fuimos a la habitación que teníamos reservada en el hotel, cada prenda iba desapareciendo a medida que nos acercábamos a la cama hasta que solo quedaron nuestros cuerpos desnudos, terminando de hacernos uno y fundiéndonos en un beso.

Esa noche no tuvimos solo sexo.

Esa noche hicimos el amor.

Y con ello hicimos la promesa de estar juntos, pase lo que pase.

Tengo miedo de que todo esto se acabe, tengo miedo de estar solo pero más que nada...

Tengo miedo de perderla.