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Chapter 16 - Lo que esperas y no ves

Alejandra descargó todas las fotos en la computadora y las amplió para ver el rostro de la mujer. La imagen se veía un poco borrosa por el movimiento de la mano que hizo al ir corriendo a su lugar estratégico de fotografía. Las facciones de las dos personas no eran claras pero pudo reconocer a la mujer, la sensación familiar que había sentido al fotografiarla ahora quedaba claro, era la misma mujer del departamento al que había ido aquel esposo infiel.

Ahora estaba segura que definitivamente había una conexión entre el joven y el grupo. Volvió a contactar con el hacker de siempre y le envió una foto de la mujer del video anterior, lo envió junto con un mensaje en el que pidió toda la información que pudiera sobre la identidad de la mujer. Después encriptó el archivo donde guardó las fotos y cerró todos los archivos.

Se levantó y tomó la carpeta con la información que le había dado su hermana. Al parecer la disputa entre los dos socios se había dado por culpa de una mala inversión hecha por uno de los dos, aunque el costo de la inversión se había recuperado rápidamente, su continua pelea estaba generando una mayor cantidad de pérdidas en la empresa por su falta de comunicación.

El director de la empresa, incapaz de soportar más las perdidas ocasionadas por sus jefes, decidió pedir ayuda. Pedía una solución rápida y duradera que impidiera perdidas en futuros desacuerdos entre sus jefes. Un trabajo nada sencillo, parece que le llevaría un poco más de tiempo del que estaba estimando.

Tomó su computadora y accedió a la red, estuvo buscando información sobre la empresa en varias páginas, marcó a la empresa he hizo una cita para visitar al director. Se la dieron para dentro de dos días por la mañana, tendría tiempo para avanzar aún más en su investigación del sobrino.

Escuchó que tocaron a la puerta y se apresuró a abrir.

Carola entró rápidamente y se quedó congelada durante cinco minutos sin decir nada ni mover un solo músculo. Su mente se había quedado en blanco por completo, no entendía lo que estaba pasando. Por unos instantes creyó que estaba soñando hasta que escuchó el sonido de la puerta cerrarse y el fuerte suspiro exasperado de su hermana a su lado. Entonces parpadeó y respiró.

-¡ALEJANDRA! ¿Qué pasó aquí? ¿Por qué está todo tan limpio? Al fin me escuchas en todo lo que te digo, contrataste a alguien para hacerte la limpieza.

-No contraté a nadie, yo hice la limpieza. Ahora siéntate y deja de gritar.

Es cierto que Alejandra quería sorprender a su hermana pero no quería que hiciera un escándalo por eso así que intentó calmarla, sin embargo sus palabras no hicieron más que agregar leña al fuego. Los ojos de Carola se abrieron como platos amenazando con salirse, su boca era una mueca extraña de una amplia sonrisa pero con la quijada muy abierta. Dejó de respirar y cuando Alejandra notó que su hermana se estaba poniendo morada la golpeo en la espalda.

-¡CAROLA, QUÉ ESTÁS HACIENDO? ¡RESPIRA!

El golpe hizo que Carola comenzara a toser violentamente antes de respirar profundamente.

-Lo siento, me emocioné de más. No puedo creer que tú hayas limpiado esta guarida de bárbaros, aún no puedo creer lo que oyen mi oídos. ¿Estás segura que no recibiste ayuda de nadie?

-Carola, estoy más que segura, después de todo fui yo quién limpió. Ya sabría si alguien vino a ayudarme.

-Es que sigue siendo asombroso. ¿Cuándo fue la última vez que limpiaste, no sé, algo?

-Bueno, bueno. Ahora quise limpiar un poco para hacer espacio a más archivos, fue solo por cuestiones de trabajo.

-No importa la razón, el punto es que te hizo limpiar y nunca antes habías limpiado por trabajo. Dime la verdad, ¿estás viendo a alguien? ¿Estoy interrumpiendo?

-¿De qué estás hablando? Deja de estar inventando novelas. No estoy viendo a nadie y tu siempre molestas cada que estoy trabajando.

-No tienes porque ser tan grosera, todavía que me preocupo por ti y me pagas contestándome de ese modo. Eres una dama, ¿cuándo vas a comenzar a comportarte como una? Es exactamente ese comportamiento tan rudo tuyo que evita que encuentres un hombre.

-Carola, me duele ser yo la que tenga que romper tu burbuja rosa y hacerte despertar. Verás, el mundo no gira al rededor de los hombres, hay cosas como trabajo y auto conocimiento que tienen más valor que solo andar persiguiendo chicos.

-Alejandra, di lo que quieras pero ya tienes veintiséis años, no serás joven por siempre. Si no consigues a un hombre que quiera estar en tu vida, dime ¿quién va a cuidar de ti en el futuro? ¿Quién te va a dar un sustento económico estable? ¿O quién te apoyará cuando estés en problemas? El mundo no es tan sencillo como crees, necesitarás de un hombre para pasar los obstáculos que te presentan. Se que eres independiente pero entiende Alejandra, una mujer no es lo suficientemente fuerte para sobrevivir en un mundo de hombres, necesitas otro hombre para que te proteja de ellos, una mujer nunca va a poder compararse en fuerza. Solo quiero que tengas una buena vida, lo digo por tu bien. Me preocupo por ti, solo quiero que lo pienses más seriamente.

Alejandra sintió su pecho llenarse con una enorme frustración, quería refutar las ideas retrógradas de su hermana pero tampoco quería continuar discutiendo con ella, eso sólo la haría perder tiempo y tenía prisa por correrla de su oficina ahora que había encontrado un hilo que seguir en su investigación principal.

-No te preocupes por eso Carola, seguro que el hombre ideal para mi está a la vuelta de la esquina y en cuanto lo encuentre puedes estar segura de ser la primera en saberlo.

Carola sonrió satisfecha a su hermana, aunque tenía dudas sobre que tanto podía confiar en su hermana sobre ese aspecto, también sabía que no podía presionarla más.

-Bueno, ya que está el asunto sanjado ¿por qué no vamos a comer a tu restaurante favorito? Estoy segura que tu príncipe podría estar ahí.

-Carola, eso suena muy tentador pero como vez, tengo mucho trabajo aquí que hacer.

-Trabajo, trabajo, trabajo, siempre tienes mucho trabajo. Sabes, a veces me preocupa que tu único matrimonio sea con el trabajo.

-Bueno necesito trabajar para tener dinero, dinero para poder salir y debo poder salir para tener tiempo a citas y encontrar un hombre. Así que si me disculpas, entre más rápido termine mi trabajo más rápido podré tener citas.

Carola dudó por un momento, no sabía si Alejandra estaba hablando en serio o solo mostraba su habitual sarcasmo pero como la miraba fijamente sin reír decidió tomarla en serio.

-Está bien, no me interpondré más entre tu preciado trabajo y tú. Me voy a casa a preparar la cena de mi marido y a recoger a mi hijo de casa de mis papás.

Alejandra vio a Carola caminar a la entrada principal sintiendo que un peso se eliminaba de sus hombros pero antes de que saliera se volteó repentinamente.

-Alejandra me alegro mucho que me estés haciendo caso, espero que también tomes mis consejos en serio para este asunto, solo para que todos estemos más tranquilos.

-Sí, lo pensaré en serio.

Carola sonrió y se alejó de su oficina. Alejandra cerró la puerta y suspiró para después correr en dirección a su computadora, abrió su correo y notó que la información sobre la mujer que había solicitado ya había llegado. Abrió el correo y leyó el contenido.