Sentí que estaba dormida en una posición algo incómoda, traté de moverme pero no podía, me desperté y traté de ver en la oscuridad lo que me presionaba en mi lugar.
- ¿Despertaste? - Louis entró en el auto, en sus manos cargaba dos vasos con algo caliente que humeaba.
- Intenta acomodar a tu madre en el asiento trasero para que continúe durmiendo. - Me dijo mientras se dirigía a el maletero.
Abrí con cuidado la puerta que estaba a mi lado y salí lentamente del auto, recosté la cabeza de mi madre en el asiento y cerré la puerta para que no le entrara el aire frio. Estábamos en una gasolinera a las afueras de la ciudad, los chicos estaban dentro de la tienda de autoservicio tomando un poco de café o algún bocadillo.
- Sube, vas a resfriarte. - Louis indicó mientras cerraba la cajuela mientras sujetaba una manta en su brazos.
Miré como él abría la puerta trasera del lado contrario y cubría a mi madre con la manta, lo hacia con sumo cuidado para evitar despertarla. Sonreí al verlo actuar de manera tan linda.
- Vamos cariño. - Me dijo una vez que cerró la puerta.
Subí rápidamente al auto, Louis encendió la calefacción y me extendió un vaso.
- Es chocolate caliente. - Explicó y yo lo tomé feliz al saber que prestaba atención a todos aquellos detalles que yo hacía. Comprobé que él me observaba y así analizaba lo que me gustaba y qué no, en este caso él recordaba que no podía tomar café.
Le di un pequeño sorbo a mi bebida y disfrute del líquido caliente que se deslizaba por mi garganta. Louis sacó una bolsa con galletitas y las abrió para después darme una en la boca.
Continuamos comiendo en silencio, disfrutando de nuestra compañía y observando a los chicos jugarse bromas entre ellos.
Después del breve descanso, todos volvimos a emprender el viaje. Era media noche cuando llegamos a la casa, las luces estaban apagadas y las demás casas estaban en completa oscuridad.
Los chicos me ayudaron a subir las maletas de mi madre a su habitación, Louis llevó a mi madre en brazos hasta su habitación en donde la dejamos dormida y arropada.
- Muchas gracias chicos. - Dije bajando las escaleras y yendo hacia ellos para abrazarlos.
- Es un gusto el ayudarte niña. - Respondió Daniel acariciando mi cabello bruscamente.
- Fue divertido. - Axel sonrió ligeramente aunque aún se veía un poco enfermo.
- En verdad no sé como regresarles todo lo que han hecho por mí. - Miré a toda la pandilla que me intimidaba al principio, sin embargo ahora eran mis mejores amigos y mi familia.
- Cocina para nosotros cuando vengamos a verte. - Theo sonrió descaradamente, y por primera vez los demás estuvieron de acuerdo.
- Llámanos cuando nos necesites o cuando quieras. Pero que sea seguido. - Drake estaba algo avergonzado por lo que había dicho.
- Lo haré. Gracias. - Los abracé nuevamente y tras una breve despedida salieron de la casa.
- Nos pondremos en marcha, iremos a descansar con nuestras respectivas familias. Pero ya sabes que puedes contar con nosotros para lo que gustes. - Snake acarició mi cabello, esta vez no fue torpe, parecía que había aprendido a hacerlo adecuadamente.
- Cuídense mucho y tómense unas largas vacaciones, deben descansar bien. -
- Lo haremos niña. - Snake sonrió ligeramente al verme.
- Cuídalas, las dejaré a tu cargo. - Miró a Louis seriamente.
- No te preocupes, las dejas en buenas manos. - Louis colocó una mano en mi espalda y se despidió con un apretón de mano de Snake.
Cuando se marcharon, apagamos las luces de la casa y fuimos directamente a mi habitación a dormir. Estábamos cansados de viajar tantas horas en el auto.
...
Me levanté de la cama y me di una ducha rápida. Louis seguía dormido, parecía estar muy cansado de conducir sin descanso. Sequé ligeramente mi cabello, me puse ropa cómoda y unos tenis. Salí de la habitación y bajé al primer piso evitando hacer ruido, avancé hasta la cocina para comenzar a preparar el desayuno.
- ¡Ah! - Un pequeño grito salió de mi boca al encontrar a mi madre cocinando.
- Sasha. - Mi mamá soltó un poco de aire que había contenido tras el susto que le había dado.
- Cariño, casi me da algo del susto. - Me regañó acariciando su pecho para calmarse.
- Mamá se supone que debes estar dormida. - Dije al ver que el desayuno estaba hecho casi por completo.
- Me dormí durante todo el trayecto. - Sus mejillas se sonrojaron.
- Debieron despertarme al llegar. - Supuse que se despertó confundida en su habitación.
- Louis te llevó a tu habitación. En realidad ninguno quiso despertarte. - La tranquilicé pero ella lucia avergonzada.
- Déjame ayudarte con los panqueques - Me adentre en la cocina y comencé a ayudarle.
Las dos disfrutamos mucho el estar juntas, platicamos mientras cocinábamos y reíamos ocasionalmente al contar alguna anécdota graciosa. Estábamos tan sumergidas en nuestro mundo que nos olvidamos por completo de Louis, que se había despertado y nos miraba en silencio desde la barra desayunadora con atención.
- ¡Dios mío! - Dijo mi madre al girar y verlo en silencio.
- Ustedes dos solo me asustan. - Se quejó y yo reí.
- Buenos días, ¿les ayudo en algo? - Preguntó Louis que caminaba hacia nosotras.
- No hijo, ya esta listo el desayuno. Lávate las manos y siéntate. - Mi madre le indicó mientras lo esperaba para servirle de comer.
- No es necesario, siéntese. - protestó Louis al ver que mi madre quería atenderlo.
- Siéntate hijo. Déjame consentirte, eres mi yerno. - Mi madre lo hizo que se sentara y comenzó a servirle de comer.
- Gracias, pero en ese caso déjenme lavar los platos. - Louis no iba a dar su brazo a torcer, él quería ayudar en casa.
- Esta bien. - Mi madre lo miró con aprobación y le acarició brevemente el cabello.
Louis se quedó quieto por unos segundos por su acción, pero poco después una pequeña sonrisa se reflejó en su rostro, tomó el tenedor y comenzó a comer.
Los tres disfrutamos del desayuno, era divertido el ver a mi madre y a mi novio interactuar, aún eran un poco torpes pero se llevaban bien. Mi madre se levantó brevemente para ir a su habitación por un suéter, la casa estaba algo fría.
- ¿Sasha? - Gritó Ash desde la puerta mientras tocaba.
- Yo abro. - Louis se levantó y yo continúe comiendo el desayuno.
- Hola Louis. - Saludaron muchas personas a la vez.
Fue ahí cuando reaccioné, me levanté de golpe y corrí hacia donde ellos estaban. Mis tíos cargaban bolsas con comida, y los chicos, incluyendo a mis cuñados estaban en mi casa.
- ¿Llamaron a la puerta? - Preguntó la dulce voz de mi mamá a mis espaldas, pude ver el rostro estupefacto de todos.
- Sorpresa. - Dije tratando de romper el silencio del lugar, pero fracasé.