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Chapter 268 - Protegernos

Trate de esperar a que Snake llegara de donde fuese que estuviese pero era pasada de la medianoche y parecía que no regresaría tan pronto.

- Mejor ve a dormir. - Liam sostuvo mi frente antes de que esta impactará contra la mesa del comedor.

- Pero debo hablar con el Señor Durand. - Murmuré adormilada mientras intentaba mantener los ojos abierta.

- Ya es de noche, ¿Quién va a hablar a estas horas? - Daniel, uno de los hombres que trabajaba con Snake se rio disfrutando de la escena.

- Ve a dormir, el jefe llegará antes del amanecer. - Sam salió de el pasillo y entro a la cocina para beber agua.

- ¡Vaya a dormir! - Gritaron todos a la vez y yo asentí con letargo.

- Te voy a llevar a tu habitación. Los chicos me golpearan si te caes en el trayecto. - Liam me sostuvo de los hombros y guio el camino.

- Rocky, vamos. - El peludo amigo que descansaba bajo la mesa se levantó y corrió hacia mi mientras movía su cola de un lado a otro.

- Hasta Rocky es más querido que nosotros. - Iván se recostó en el sillón, quejándose de todo.

- Buenas noches chicos, nos vemos mañana. - Murmuré y subí las escaleras con dificultad.

- ¡Buenas noches Sasha! - Contestaron todos a coro.

- Por favor no se vaya a dormir a la mitad del camino. - Liam suplicó empujándome desde la espalda para avanzar más rápido.

- Descansa. - Dijo una vez que llegue a mi cama, él salió de inmediato y me deje caer boca abajo.

Probablemente me encontraba cansada por el viaje y por las labores que hice en el día la razón por la que mis ojos se cerraron con pesadez. Rocky se acostó a mi lado poco después de dar vueltas en el colchón y recargar su cabeza en mi hombro.

- ¿A que hora va a llamar? - Me quejé mientras tomaba un poco de aire fresco en una hamaca con sombra.

- Dijo que antes del medio día, pero -

- Él es el que esta armando un escandalo buscándome pero es el que no cumple su palabra. - Cubrí mis ojos con un sombrero.

- Tiene razón. - Respondió Gonzalo atragantándose con una rebanada de sandía.

- Por favor no han pasado ni 15 minutos de la hora prometida. - Snake se abanicó con su sombrero tratando de aliviar el calor de la playa.

- ¿Entonces debo dejar que nos encuentren y les hagan algo por mi culpa? - Levanté el sombrero y lo miré con una ceja levantada.

- ¿Por que cada día que pasa me hablas con menos respeto? - Snake recargó sus codos en sus piernas y miró el suelo. Poco después se recostó por completo en el césped del patio.

- No se de que me hablas. - Fingí ignorancia ante el tema y los demás se rieron.

- Señor, ellos han solicitado una videollamada. - Jacob se acercó a nosotros sosteniendo el teléfono con una mano.

- Contéstales. - Snake levantó una mano sin ningún interés en ellos.

- Ellos ya los están viendo. - Murmuro el pobre de Jacob. Todos se levantaron de sus lugares con gran rapidez, estaban tomando un descanso junto conmigo.

- Dámelo. - Me senté en la hamaca y le hice una seña para que se acercara.

- ¿Eres la líder de una pandilla o porque luces como un matón? - Sam se burló desde una esquina.

- ¡Tch! - Chasque la lengua y lo miré con disgusto.

- ¡Oh, mírala! ¡Ahora mismo luce más intimidante que Daniel. - Sam me señaló y los demás rieron.

- ¿Por qué vienes a buscar pelea? - Pregunté tomando el teléfono y congelándome al ver que la videollamada no estaba silenciada.

El señor Durand, su secretario y algunos agentes de policía me miraron con sorpresa, sonreí tratando de ocultar mi vergüenza.

- Hola querida. - El señor Durand me saludo con una sonrisa una vez que se recupero de mi mala impresión.

- Hola señor. - Saludé haciendo que su sonrisa se borrara.

- ¿Cómo te encuentras? - Preguntó de inmediato preocupado por mi.

- Bien, hace un poco de calor pero dentro de lo que cabe estoy bien. - Acepté una bebida de Oliver y bebí del popote refrescándome.

- ¿No te han intimidado ni nada por el estilo? - Al escuchar la pregunta, un tanto absurda, del señor Durand, el secretario y los policías lo vieron de reojo como si quisieran decirle "¡Ella es la líder de ellos" ó "Ella es la que los intimida".

Tosí tratando de aclarar mi voz y parecer más femenina, pero en mi defensa no era mi culpa que ellos llamaran una semana después y que mi comportamiento haya sido influenciado por los quince hombres que pertenecían a una pandilla con mala reputación.

- Como puedes ver, me llevo muy bien con ellos. Somos amigos. - Sonreí y los "matones" me miraron con ojos llenos de lagrimas.

- Me alegro que todo este en orden. Si ellos te hacen algo puedes decírmelo, yo me encargaré de ellos. - Nuevamente su secretario y los policías lo miraron como si eso nunca fuese a pasar. "Ella es la que los puede hacer llorar" Juraba que podía leer sus pensamientos.

- En fin, solo quería que la llamada sirviera para que no los molestaras, no están haciendo nada mal y me están cuidando bien. No los molestes. - Hablé con dureza pero esa no fue mi intención, después de convivir con ellos aprendí a hablar como si fuera parte de su pandilla.

- Lo entiendo. - El señor Durand parecía que había sido reprendido.

- Pero la razón por la que te llamo es para establecer un acuerdo y protegernos mutuamente de "The Rose". Tengo unos indicios sobre ellos pero aún no logramos dar con sus identidades. -

- ¿Qué opinas Snake? - Giré para ver su reacción y él se sentó mientras miraba a sus muchachos.

- Está bien, será bueno si la policía esta de nuestro lado. - Continuo abanicándose con su sombrero.

- Nosotros nos encargaremos de proporcionarles información y de cuidarlos manteniendo un perímetro considerable. - Asentí bebiendo un poco más de mi piña colada son alcohol.

- Nosotros haremos lo mismo, en caso de emergencia se les avisara para que estén preparados. - Snake se levantó y se estiró mientras bostezaba.

- Ahora si nos disculpas tenemos que ir a comer el almuerzo. -

- Yo cocino pero tendrás que ayudar. - Sentencié levantándome de la hamaca y aunque parecía disgustado con la idea no se quejo.

- Gracias por cuidarnos. Estamos en contacto. - Me despedí y colgué entregando el celular a Jacob que seguía parado a mi lado.

- ¿Acaso no es tu abuelo? - Sam me preguntó algo sorprendido por mi trato hacia él.

- ¿Quieres que trate como a mi familia a un señor que conocí hace unos meses y que los amenazó sin saber la situación antes? - Le cuestioné y pasé a su lado para entrar a la cocina.

- Es peligrosa. No la hagas enojar. - Se rio Snake siguiéndome de manera obediente.