Mamá: Sasha tenemos que ir a un lugar la próxima semana. ¿Puedes faltar el próximo viernes?
Yo: Si, no hay problema.
Dejé el celular sobre mi butaca y continué escribiendo lo que mi profesor explicaba.
- Bien jóvenes, eso es todo por hoy. Nos vemos la siguiente clase. Buen fin de semana. - El profesor tomó sus cosas y salió del salón.
- ¡Por fin! - Mi compañera de al lado dijo mientras se estiraba y se preparaba para irse.
- Sasha. - Murmuró un chico tras de mí.
- Dime - Giré sobre mi asiento y lo miré atenta.
- ¿Oliver? - Agité mi mano frente a él que me miraba sin decir nada.
- Adiós Sasha. -
- Oh, adiós Cindy. - Me despedí con una sonrisa.
- Sasha, yo me preguntaba si tu - Sus orejas parecían estar más rosas de lo normal.
- ¿Si? - Escuché activamente mientras guardaba mis cosas en la mochila.
- Si tu tienes tiempo para -
- ¡Sasha! ¡Vamos a casa! - Gritó una voz conocida desde el pasillo.
- Ashley no cambia. - Sonrió uno de mis compañeros mientras negaba con la cabeza acostumbrado a esto.
- ¡Vamos, vamos! - Ash se asomó desde la puerta impaciente.
- Ya voy, no grites. Te regañaran los maestros. - Suspiré mientras me levantaba y colocaba la mochila.
- Oli, ¿Qué decías? -
- No es nada. Disfruta de tu fin de semana. - Agacho la mirada mientras guardaba sus cosa.
- Gracias, igual tú. - Guardé mi teléfono en mi bolsa y encontré una paleta.
Oliver parecía un poco decaído por lo que le di la paleta. Él me miró un poco sorprendido pero la aceptó mientras una ligera sonrisa se dibujaba en su rostro.
- Adiós chicos. - Me despedí del resto y caminé apresurada antes de que Ashley fuera por mi.
- ¿Quién es ese tipo? - Miró algo desconfiada hacia el lugar de Oliver.
- Es mi compañero de clases, se sienta detrás mío. -
- Eres lenta. - Negó con la cabeza y me abrazo el brazo mientras caminábamos hacia la salida.
- ¿Tardé mucho? - Pregunté mientras miraba el reloj de mi muñeca pero como respuesta obtuve un suspiro de ella.
- Hola niñas. - Saludó el señor Peter desde la camioneta.
- Hola. - Respondimos a coro mientras subíamos a nuestros asientos.
Sentí que alguien me miraba desde lejos, miré en dirección al final de la calle y pude ver que una persona con capucha se escondía deprisa.
Fruncí el ceño, algo me daba mala espina. ¿Cuántas veces en estos meses he visto algo similar? Pero si le digo a mamá o los demás se preocupara.
"Puede que solo sean ideas mías" Traté de convencerme pero esa sensación de inquietud no desapareció sino que se hizo más presente.
- ¿No te diste cuenta de que algo se aproximaba? Tu descuido causo todo. - La voz grave y terrorífica que siempre me atormentaba en mis sueños regresó junto con la oscuridad.
- No, yo no pensé que eso pasaría. - Negué mientras cubría mis oídos.
- Fuiste la que decidió ignorar todas las señales. Fuiste la causante de tu desgracia. - Repitió la voz una y otra vez acompañada de risas.
- Detente, por favor. - Supliqué pero todo empeoró.
- No eres distinta a ellos. - La voz que tanto odiaba resonó en un costado mío mientras alguien se recargaba sobre mis hombros riendo.
- ¡BASTA! - Grité mientras abría los ojos y me sentaba.
- ¿Sasha? - Un par de voces corrieron hacia mí. Me encontraba recostada sobre mi cama y cubierta por una manta.
- ¿Cómo estas? - Ashley se hinco a mi lado mientras tomaba una de mis manos.
- ¿Te sientes mejor? - Preguntó Tom a mi lado su piel estaba pálida y lucía algo demacrado.
- Fue mi culpa. - Temblé nuevamente mientras tocaba mi rostro.
- ¿Qué cosa? - Ashley apretó su agarre.
- Mi mamá. Debí decirle que nos habían encontrado. - Estallé en llanto mientras mi mano libre se aferraba a la manta.
- Si le hubiera dicho. - Me era difícil controlarme.
- Mamá estaría conmigo. -
- No es así, no fue tu culpa. - Ashley se levantó y se sentó a mi lado mientras me abrazaba con fuerza.
- No quiero oírte decir que eres la culpable, porque no es así. - Grito enojada.
- Pero no le dije a mamá. - Me aferré a su abrigo temiendo que ella se fuera.
- No eres responsable de nada. - Murmuró y dejó que yo continuara desahogando mi llanto.
- ¿Puedo preguntar que pasó? - Preguntó Ashley una vez que me calme.
- ¿Por qué sufriste un episodio de ansiedad? -
- Los libros. - Mi voz se escuchó entrecortada y ronca.
- ¿Encontraste algo en los libros? - Asentí aún sollozando y tratando de controlar mi respiración.
- ¿Quieres hablar sobre eso? -
- Después, cuando estén los chicos. -
- Los chicos están en la sala tratando de calmar a Louis que insiste en subir a verte. - Al escuchar eso me alejé de sus brazos y la miré alarmada.
- Llegue a casa con Joseph, encontramos a Tommy abrazándote mientras intentaba llamar a una ambulancia, pero estaba muy nervioso. Joseph le avisó a Louis e Isabella. Yo le mandé mensaje a Matt y a Alex. -
- Lo siento. - Mordí mi labio al sentirme culpable por preocupar a todos.
- No te disculpes. Mejor recupérate y cuéntanos todo. No nos ocultes cosas. - Me congelé y miré sus ojos, parecía enojada y decepcionada.
- Yo, necesito bajar para avisar que estas mejor. - Al levantarse pude ver una hoja reconstruida con cinta en mi buro.
- Ash. - Tomé su mano.
- Yo no quería - No pude terminar de decir lo que quería porque Ashley me miró con un rostro enojado.
- Todos lo vimos, necesitamos que nos digas las cosas. No podemos ayudar si no confías en nosotros. - Mi mano se aferró con fuerza a la suya.
"¿Lo vieron todos? ¿También lo vio Louis?"
- Lo siento, se que no tengo excusas pero tengo miedo de que algo les pasé por mi culpa. - Mis ojos volvieron a llenarse de lagrimas pero ya no podía continuar llorando. Ashley suspiró y se acercó a mí.
- Estamos juntos en esto. Déjanos decidir, no cargues con todo tu sola. - Besó mi frente y acarició mi mejilla.
- Tengo que bajar. No creo que los chicos puedan retener a Louis por mucho tiempo. - Asentí y solté su mano.
- ¿Estarás bien sola? Solo serán unos segundos. -
- Estoy mejor. - Agache la mirada.
- Todo estará bien. - Levantó mi rostro y besó mi mejilla. Salió de la habitación lentamente, no sin antes darme un vistazo.