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Chapter 259 - Angustia

--- LOUIS ---

Estas ultimas semanas mi trabajo estuvo un poco ajetreado y no tuve la oportunidad de ver ni de hablar mucho con Sasha. Era un poco frustrante el alejarme un poco de ella después de que nos habíamos acercado y nuestra relación iba mejor que nunca.

- Louis, es hora de irnos el vuelo sale en media hora. - Me dijo Sebastián mientras ajustaba su corbata.

- Vamos, amigo. Después de esto tendremos la semana libre, mi esposa me reclama todos los días el hecho de que no estoy en casa. Tengo que volver cuanto antes o lo primero que verás seré yo divorciado. -

- Ya entendí. Yo también quiero ver a mi novia y no me estoy quejando como tú. - Respondí dejando mis lentes en el escritorio y entregándole unos archivos a Cinthia, mi secretaria, que se encontraba ordenando unos archivos.

- Vamos. - Sonrió caminando hacia la puerta, su teléfono sonó un par de veces y contestó. No preste atención a su conversación, por lo menos no hasta que escuché el nombre de Sasha.

- ¿Qué pasa? - Me acerque al ver que se detuvo en seco y poco después colgó la llamada.

- Joseph me llamó, parece que Sasha se desmayó. -

- ¿Dónde está? - Pregunté ansioso.

- Esta en su casa. Ve con ella, yo me encargo de la junta. Date prisa pero mantente tranquilo. -

- Gracias Sebas. - Salí corriendo de la oficina en cuanto pude.

- ¡¿A donde vas mocoso?! - Gritó mi padre al ver que pase de largo.

Al llegar a los ascensores vi que tardarían en llegar. "No tengo tiempo." Crucé todo el pasillo y llegue hasta las escaleras de emergencia.

- ¡JEFE! ¡Su ascensor esta disponible! - Gritó una de mis secretarias desde la puerta de mi oficina.

- Ya le avisé a su chofer que lo espere en le estacionamiento con el auto listo para partir. - Dijo otro de mis secretarios.

- La señorita estará bien. - Mi secretaria intentaba darme ánimos pero lucía más preocupada que yo.

- Lo sé, Cinthia. -

En cuanto entré las puertas se cerraron y comenzaron a descender. El camino a su casa parecía eterno, mis pies se movían y yo no podía dejar de moverme en mi asiento.

Al llegar a la casa de Sasha, bajé inmediatamente del auto y toque la puerta. Unos pasos apresurados se acercaron del otro lado de la puerta, era Isabella que aunque intentaba no aparentarlo se encontraba nerviosa.

- ¿Dónde está Sasha? - Entré a la casa seguido por mi hermana que me sujeto del brazo pero yo necesitaba ver a mi novia.

- Ella esta bien, solo tuvo una crisis nerviosa. - Bajó Mateo de las escaleras acompañado de Alex que peinaba su cabello.

- ¿Puedo subir a verla? - Insistí acercándome a las escaleras pero ambos me detuvieron.

- Por el momento es mejor que este sola. Ashley se esta encargando de cuidarla, necesitamos que te calmes en caso de que Sasha despierte. No puede verte así. - Me tomó del hombro y llevó hasta la sala para que me sentara.

- Ten Tommy, este té ayudara a calmarte. - Si no fuera por Isabella no me habría dado cuenta de que no estaba solo.

En el sillón de al lado estaba Tom, su tez era pálida y sus manos temblaban llenas de nerviosismo.

- ¿Estas mejor? - Alex se acercó a él y un poco aletargado asintió.

- Lamento que hayas tenido que pasar por esto tu solo. Agradezco el que hayas estado ahí para ella. - Se dejó caer en uno de los reposabrazos del sillón.

- No hice nada. - Respondió desanimado mientras sorbía algo de la bebida que aún humeaba.

- Hiciste mucho Tommy. Pudiste hacer que ella se calmara mientras la abrazabas. - Habló una voz conocida e inmediatamente me paré.

- ¿Cómo está? - Interrogue en cuanto pude.

- Esta dormida, ya esta mejor. No te preocupes, solo necesita descansar. - Ashley intentó sonreír pero no pudo.

- Yo subiré a cuidarla. -

- No. No lo hagas. - Me detuvo inmediatamente e hizo que regresara a sentarme.

- Joseph está cuidándola. Necesitas calmarte.

- Estoy bien. -

- No, no lo estás. ¿No te has visto en un espejo? - Desbloqueo la pantalla de su teléfono y después de un rato giró su teléfono para mostrarme como me veía. Mi cabello estaba desordenado, al igual que mi corbata y camisa. Estaba algo pálido, en verdad no lucia bien.

- Si subes así solo la harás que se ponga más nerviosa. -

- Ella está bien, no te estamos mintiendo. - Mateo apareció con un vaso de agua y me lo dio. Pude notar que mi garganta y labios estaban algo secos.

- ¿Cómo es que luces mejor que nosotros? - Cuestionó mi hermana mientras se recargaba en una de las paredes.

- Estoy igual de preocupada que ustedes. - Respondió pero después de un rato de silencio caminó hacia la chimenea y se recargó.

- Siendo sincera, he presenciado pocas veces estas situaciones. - Suspiró y se sentó lentamente mientras se frotaba la frente.

- Sé como manejar estos episodios, Sasha comenzó a padecerlos poco después de que mi tía muriera. No se que lo haya detonado pero estoy segura de que en los últimos años ella ya no había sufrido nada de esto. -

- ¿Sabes algo de lo que le pasó? - Alex miró a Tom, tratando de descubrir la causa.

- No. Al llegar a casa la encontré en esta situación. -

- Puede que tenga que ver con los libros. Ya revisé sus notas pero no encontré nada fuera de lo común. - Mateo señalo una pequeña agenda y al darle un vistazo rápido no vi nada extraño.

- Tendremos que esperar hasta que despierte. - Alex parecía algo frustrado.

Me recosté en el sillón, estaba angustiado del no saber que es lo que pasaba. Una sensación llena de intranquilidad invadió mi pecho, es como si surgiera la necesidad de buscar algo que me ayudará a entenderla.

- ¿Qué es esto? - Ashley levantó su mano y despegó un pedazo de hoja de su palma. Su entrecejo se arrugó e inmediatamente se arrodillo buscando más pedazos.

- ¿Que es eso? - Mateo se apresuró hasta ella y comenzó a buscar en la chimenea.

- ¡ALEX CINTA! - Gritó Ashley mientras le daba los pedazos recolectados a Isabella que despejó un área de la mesa.

Tom y yo comenzamos a unir las piezas como si fuese un rompecabezas.

- Faltan otras partes, casi esta completo. - Hablé mientras cortaba la cinta que Alex nos dio.

- Creo que son todas. - Mateo se levantó y trajo el resto, sus manos estaban llenas de hollín al igual que sus ropas.

- Esto va aquí. - Ashley nos ayudó a unir los pedazos de papel lo más prolijo que se podía.

Terminamos de unirlo, pero todos nos quedamos en silencio al leer el contenido de aquella hoja. Si alguien dejará caer una aguja en la sala se podría escuchar con facilidad. Isabella sollozó pero antes de estallar en llanto salió de la casa siendo seguida por Mateo que lucía estupefacto.

- ¿Qué demonios es esto? - Alex sonaba sorprendido pero había un rastro de tristeza y enojo en su voz.

- Esperemos a que Sasha nos diga. - Tom intentó calmarlo.

- Tom tiene razón, esperemos a que Sasha despierte. - Ashley tomó la hoja y subió las escaleras.

¿Por qué sentía este sentimiento de amargura en mi pecho? ¿Qué haría si ella no estuviese más a mi lado? Mi corazón tembló y un vacío invadió mi estomago. "Eso no va a pasar". Miré en dirección a las escaleras con determinación, no dejaré que nada le pase.