Siempre evité el pensar mucho en ella, o el involucrarme en cosas o actividades que ella hacía porque me sentía dolida de enfrentarme a la realidad.
Y como bien lo decía la señora Lilly "El que busca encuentra", descubrí dos libros dentro de lo profundo de su armario. Me hinque sosteniendo en mis brazos los libros.
"¿Qué se supone que debo de buscar en esto?" Cerré los ojos cansada por la situación, sin embargo el sonido de mi celular me hizo reaccionar.
- ¿Si? - Conteste sin ver quien me había llamado.
- Sasha, ¿Por qué no me contestas los mensajes? - Mateo sonaba preocupado.
- Perdón estoy en la casa limpiando y no lo revisé. - Abrí sus mensajes en donde me preguntaba como estaba, que hacia, si me encontraba bien, si era necesario que fuera, etc.
- No supe de ti y me puse ansioso, si no fuera por Ashley ya habría ido a tu casa. - Suspiró aliviado.
- Matty, he encontrado muchos libros en la casa. -
- ¿Qué? ¿En serio? -
- Si, encontré uno por casualidad mientras limpiaba. Continué buscando en las demás secciones de la casa y habían unos escondidos. -
- ¿Cuántos tenemos hasta ahora? -
- Nueve. -
- Faltan dos. -
- Voy a continuar buscando en la casa. Y, si no los encuentro aquí los buscaré en la biblioteca. Son los lugares en donde mi madre pasaba más tiempo. -
- Me parece bien. Yo intentaré averiguar algo en la editorial, puede que tu madre haya dejado alguna pista aquí. - Mateo parecía algo entusiasmado.
- Gracias. - Sonreí aliviada de que ya casi juntábamos todo.
- Voy a preguntar de una vez. No podemos perder tiempo. -
- Si, yo continuaré aquí en casa. Nos vemos. - Me despedí y le colgué.
Me sentía motivada después de hablar con él, tan rápido como pude termine de limpiar y pase a otra habitación. Pero no tuve suerte alguna. Me di por vencida y guardé las cosas de la limpieza. Me senté en el sillón tratando de pensar en que otro lugar podría buscar ahora mismo.
- Y si - Me senté de golpe en el sillón.
--- TOC-TOC---
Di un brindo por el susto y miré la puerta.
- ¿Sasha? - Era Louis que se encontraba fuera.
Corrí hacia la puerta y la abrí, él levantó unas bolsas y sonrió.
- Ashley me dijo que estabas en casa y que posiblemente se te olvido comer. -
- Ella me conoce bien. - Rasqué mi mejilla mientras me daba cuenta de que ya había comenzado a oscurecer.
- Vamos a comer. - Besó mi frente e hizo que caminará hacia la mesa.
- Traje hamburguesas y helado. - Sacó las cosas de la bolsa.
- Genial. - Sonreí mientras mi estomago pedía comida a gritos.
Se sentó a mi lado e inmediatamente comenzamos a comer sin siquiera hablar, supuse que él tampoco había tenido la oportunidad de comer en la empresa. Cada que tenia oportunidad, Louis tomaba una servilleta y limpiaba la comisura de mi boca que se manchaba de salsa de tomate. Me sentía un poco mimada pero me gustaba.
- ¿Tom esta en la biblioteca? - Preguntó dándome una cucharada de su helado.
- Si. - Dije con dificultad al sentir como mi lengua se congelaba.
- Voy a guardar su helado en la nevera. - Sacó de la bolsa un pequeño vaso de helado y se adentro a la cocina.
- ¿Fuiste de compras? - Caminó hacia mi y volvió a sentarse.
- Había mucho por comprar, también hice la limpieza de la casa. - Contesté mientras comía activamente mi helado.
- ¿No has descansado desde la mañana? - Me miró algo enojado.
- ¿Siquiera desayunaste? -
- Comí una manzana. - Respondí avergonzada.
- ¿Comiste solo una manzana en dodo el día? - Me observó fijamente.
- Ahora entiendo porque eres tan ligera. ¿Debo venir todos los días para cerciorarme de que te alimentes bien? -
- Si como bien, solo que hoy estuve ocupada. - Me excusé pero pareció no funcionar.
- Prometo que comeré adecuadamente a mis horas. -
- Debes hacerlo, ya lo prometiste. Comprobaré que tan ligera eres. - Mi rostro se ruborizó y él sonrió satisfecho.
- Por cierto, Ashley me dijo que llegará un poco tarde. Joseph la llevó a una cita. -
- Lo sospechaba. - Reí recordando nuestra platica de la mañana.
- ¿Ya terminaste lo que estabas haciendo? -
- Si y no. - Louis me miró algo confundido por lo que le explique la situación.
- ¿Solo faltan dos libros? - Asentí recogiendo a basura y limpiando la mesa.
- Ya terminé de revisar la casa, pero aún me falta un lugar. Acompáñame. -
Tomé su mano y lo llevé al segundo piso. Entramos a la habitación que servía como almacén.
- Pero si todo se ve ordenado y limpio. - Miro con detenimiento los anaqueles y muebles.
- Lo sé, pero vamos a otro lugar. - Avancé hasta un mueble pequeño y saqué un par de cajitas que acomodé a un costado.
- Vamos. - Lo miré mientras me hincaba.