Después del incidente en el pasillo, mi amiga cada vez que me veía sonreía y levantaba el pulgar de sus manos. Louis quien inicialmente estaba reacio a que las chicas me llevaran a su lado se había mostrado más dócil.
Pensé que a los chicos les resultaría un poco difícil relacionarse pero afortunadamente bastaron un par de horas para que incluso bromearan e intercambiaran números de celular.
- Creí que Alex iba a ser muy duro con Louis porque es muy protector con nosotras, pero incluso ahora, si mis ojos no me mienten están riendo mientras cortan madera. Incluso Matt esta con ellos divirtiéndose. -
- ¿Crees que hoy lloverá dinero? - Preguntó Isabella mientras veía a través de la ventana el cielo.
- Incluso yo estoy sorprendida de lo que estoy mirando. - Los cinco estaban hablando amenamente mientras se turnaban para partir leña.
Los chicos nos vieron y nos saludaron con grandes sonrisas para después volver a sus discusiones.
- ¿Deberíamos embriagarlos para saber que tan buenos amigos pueden llegar a ser? - Ashley nos miró, un brillo un poco sutil se hizo presente en sus ojos. Quería divertirse usándolos como medio de entretenimiento.
- Hagámoslo mañana cuando vayamos al lago. - Contesté después de un largo rato. Ashley, al ver que había aceptado su sugerencia sonrió alegremente. Y como si Isabella quisiera hacer las cosas aún más interesantes se aclaró la voz.
- Jamás he visto a Louis tomar alcohol. - Susurró divertida.
- Yo jamás he visto a Matt pasado de copas. - Repliqué agregando un poco más de sabor a la conversación.
- Mañana es nuestra oportunidad, pero nosotras debemos evitar beber. Alguien debe cuidarlos. - Ashley los miró fijamente a través de la ventana.
- ¿Qué hacen chicas? - Preguntó Alex acercándose con una sonrisa y limpiándose el sudor con su camisa revelando su abdomen marcado.
La boca de mis dos amigas se abrió en automático pero logre despertarlas con un ligero golpe para que no babearán.
- ¿Haces mucho ejercicio? - Ashley quien era su amiga de la infancia preguntó como si no lo conociera desde hace años.
- Si, todos los días voy a ejercitarme. Me gusta estar en forma. - Alex volvió a sonreír inocentemente ante dos feroces leopardos.
- ¡Genial! - Gritaron las dos emocionadas, llamando la atención del resto de los chicos que estaban sentados no muy lejos.
- ¡Incluso tienes el six pack, sé que es algo difícil de mantener! - Isabella puso la carnada.
- ¡Cierto! Incluso algunos de mis amigos y conocidos no pueden llegar a tener el abdomen como tú. - Y Ashley lanzó el anzuelo.
- Es cuestión de disciplina. Aún es algo en lo que tengo que trabajar. Vean. - Alex terminó mordiendo el anzuelo.
Cuando Alex levanto su camisa, Ashley e Isabella se tomaron de las manos, parecía que tarde o temprano rezarían para agradecer por la oportunidad. Negué con la cabeza al ver el comportamiento de ambas, estaban aprovechándose de un pobre cordero. Mi mirada se centro en la pobre victima de aquellas bestias salvajes.
- ¡Oh! - Señalé su costilla. - ¡Sigues teniendo la marca de nacimiento! -
- No se ha borrado. Creo que ha crecido. - Alex giró un poco mostrándonos sus costillas pero no se veía mucho, así que se quitó la camisa.
- ¡Oh! - Ash e Isa se sorprendieron tanto que se soltaron de las manos.
- La mancha es genial. - Ash levantó los pulgares de ambas manos.
- Tienes razón. - Isabella hizo lo mismo sonriendo.
- Recuerdas cuando yo dibujaba sobre la mancha y ... - Estaba emocionada recordando nuestros viejos recuerdos hasta que un carraspeo interrumpió mi anécdota.
- ¿Dibujabas sobre la mancha? Ya veo. - Louis estaba a mi lado, sonriendo, o eso intentaba. - ¿Y era divertido? -
- Sí. -
- ¿SÍ? - Louis enarcó una ceja y se recargo en la pared con los brazos cruzados.
- Ash. - Busqué con una mano a mi amiga que estaba detrás de mi pero no había nadie.
- Isa. - Volví a buscar pero tampoco estaba.
Miré hacia la cocina y encontré en una esquina a Joseph cubriéndole los ojos a Ashley quien luchaba para que la dejara ver. En la sala estaba Mateo con Isabella diciéndole que no se aprovechara de inocentes y menos porque ella era menor.
- Ale. - Mire a mi amigo que caminaba hacia la puerta con Tom quien le insistía en que pusiera más atención y no se dejara engañar fácilmente.
- Yo no fui, ellas fueron las que empezaron. - Defendí mi inocencia para evitar que me relacionaran con las culpables.
- Pero tu terminaste por hacer un hallazgo que incluso casi hace que bailen. - Louis me miro fijamente con algo de reproche.
-¿Te gustan mucho? - Preguntó algo cabizbajo.
- No tienes nada que preocuparte. ¡Tu cuerpo es el mejor! - Dije dándole una palmadita a su brazo con una sonrisa.
La puerta se cerró de golpe y pude sentir varias miradas fijas en mi.
- Yo hablaba de las manchas. - Susurró Louis quien tenia el rostro completamente ruborizado.
- Oh. - Fue lo único que salió de mi boca hasta que sentí que mis mejillas se calentaban. Lentamente me acerqué a Louis y me escondí en su pecho.
El lugar permaneció en silencio por un par de minutos.
- Aprendimos de ella. - Rompió el silencio Ashley, y sin siquiera mirar podía saber que intentaba incriminarme.
- ¡No es verdad! - Replique sin dejar de aferrarme a Louis que me servía como escudo.
- Y pensar que me engaño haciéndome creer que no había dado ni su primer beso. - Ashley continuo divirtiéndose usándome como distractor.
- Déjalos ya. - Me parecía escuchar que Mateo estaba reprimiendo una risa.
- Basta, no molestes a los niños. - Isabella tenía una voz un poco rara.
- Vámonos. Sus rostros están llegando a un color rojo que jamás había visto. - Alex tenía una voz un poco chillona.
- Creo que se están llamando a un teléfono allá fuera. - Dijo Tom y después de que los pasos se alejaron tras una puerta, a la distancia se escucharon muchas risas.
En mi mente sabía que esto iba a servir como tema de conversación para futuras reuniones. Tenía que cobrar este malentendido de aquellas dos traidoras.
- Yo también seguiré haciendo ejercicio aunque no tenga manchas de nacimiento que puedas usar. - Comentó Louis quien después comenzó a reír.
- Tú - Le di un golpe en el pecho pero su risa se intensificó logrando que me tranquilizara un poco.
- No te burles. - Di un paso hacia atrás fingiendo molestia pero aún no me atrevía a verle a los ojos.
- No me estoy burlando. - Tomó mi rostro entre sus palmas y lo levantó.
- Mírame. - Dudé un poco pero me armé de valor.
- Hoy realmente me estoy sorprendiendo contigo, pero me gusta.- Se acercó a mi y con un brazo rodeo mi cintura.
- Me molestó un poco el que vieras a Alex. Sé que no tienes malas intensiones, pero es divertido ver tus reacciones. - Besó mi frente rápidamente.
- Aunque eso significa que dejare que andes dibujando sobre manchas ajenas.-
-¡Oye! - Mi rostro volvió a ruborizarse.
- En serio que eres bonita. - Sonrió y me besó.
- ¡Alex, mira! ¡Ellos siguen haciendo cosas raras! - Ashley apareció en la ventana mirándonos.
- ¡ASHLEY! - Grité y las carcajadas de los demás no pararon de sonar por un tiempo.