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Chapter 228 - ¡Conociendo a los abuelos! Parte III

Al llegar al centro comercial pude notar que había muchas personas, específicamente en el segundo piso, ¿había un evento?.

- ¿Qué les puedo dar a tus abuelos?.- Dijo Sasha ignorando las miradas que nos dirigían algunas personas que me reconocieron.

- Les puedes dar lo que quieras, incluso si les das un dulce ellos lo guardarán y enmarcaran como recuerdo.- Dije bromeando haciendo que ella riera y moviera la cabeza insatisfecha.

- Me dijiste que me ayudarías a comprar un regalo.- Dijo a manera de reproche.

- Ya sé.- Tomé su mano y bese ligeramente sus nudillos haciendo que sus mejillas se enrojecieran.

- ¿Tu abuela usa aretes o collares?.- Asentí en respuesta haciendo que se pusiera a pensar. - ¿Cuál es su color favorito?.-

- El rojo.- Respondí sin vacilar y con orgullo al saber la respuesta.

- Está bien... Vamos a la joyería y vemos si hay algún accesorio que le pueda dar a tus abuelos.- Tomó mi mano y me llevó hasta la entrada en donde nos recibieron dos empleadas que no dejaban de mirarme.

- Buenos días, soy Liz. ¿En qué puedo ayudarles?.- Dijo una joven tras un mostrador.

- Buenos días.- Respondió con amabilidad Sasha soltando mi mano de manera inesperada haciendo que yo volviera a buscarle para sujetarla. Sash no puso evitar reír al ver mi reacción y al parecer la joven que nos atendía también estaba divertida con la situación.

- ¿Busca algo en específico?.- Dijo aclarando su voz para evitar reír.

-Mmm... sí. Estaba buscando un par de pendientes con algún detalle color rojo.-

- ¿Es para usted?.-

- No, es un regalo para alguien más.-

- ¿Es alguien más joven o....-

- Es para una persona mayor.-

Dejé de escuchar la conversación y mi atención se centró un collar que seguramente se le vería hermoso a Sasha porque el color verde de la esmeralda se asimilaba a el color de ojos de mi novia.

- Ya veo, les dará un regalo a los abuelos de su esposo.-.

- S-Si.- Balbuceó Sasha ruborizada y yo simplemente sonreí mientras pensaba en recomendar la joyería con más personas.

- Tengo el regalo perfecto para la pareja. Regreso en un momento.- Dijo con una enorme sonrisa la vendedora.

- ¿Entonces mi esposa está comprando un regalo para la familia?.- Pregunté mientras le abrazaba.

- Si, aunque no sé que hacer con mi esposo que no me ha ayudado en escoger el regalo aunque prometió hacerlo... Creo que hoy deberá dormir en el sofá- Bromeó fingiendo estar molesta.

- Pero...-

- Mire este es un diseño único, puede mirar en este lugar para corroborar su autenticidad.- Dijo la vendedora guiándola a un lugar con luz con distintas lupas, a escondidas le señale a la joven que me mostrara el collar con la esmeralda, ella asintió comprendiéndolo y rápidamente me lo dio.

- Me puedes dar ambos.- Dijo entregando los dos paquetes.

- En seguida se los envolvemos para regalo.- Dijo la joven dándoselos a otra trabajadora que se encargo de guardarlos en un par de bolsas frente a Sash.

- Por favor cóbrelos-Dije sacando mi billetera pero Sasha me lo impidió.

- ¿Cómo va a ser un regalo de mi parte si mi esposo lo paga con su dinero?.- Saco de su bolso su cartera y de ahí una tarjeta negra.

- Cariño, deberías compartir tu dinero conmigo.- Dije un tanto asombrado.

- ¿Debería?.- Dijo con una sonrisa recibiendo dos bolsas de regalos en lo que yo pagaba por el collar.

- ¿Qué haces?.- Se acercó a mi curiosa.

- Comprando un regalo para mi esposa.- Me acerqué a ella y pase mis manos por su cuello para colocarle el collar.

- Oh mi...- Escuche a las vendedoras decir al verme hacer eso.

- Definitivamente es perfecto para ti.- Sonreí mientras tomaba su mano.

- Se le ve maravilloso el collar, el significado de la esmeralda en latín es "verus amor" que en español es...-

- Amor verdadero.- Completamos Sasha y yo al mismo tiempo con una sonrisa haciendo que las empleadas dieran un pequeño grito de emoción.

- Son la pareja más dulce y perfecta que he visto.- Elogió una de las vendedoras.

- Gracias, nos aseguraremos de regresar a comprar más cosas en un futuro.- Respondí despidiéndome de las jóvenes.

- ¿Regresaremos?.- Preguntó sosteniendo con su mano el collar.

- Mmm... Si quizás ya no solo vengamos por un collar o aretes.- Besé su mano izquierda mientras guiñaba un ojo.

- ¿Qué debería hacer con mi esposo si me ataca tan dulcemente?.- Fingió timidez y yo reí.

- ¿Deberíamos llegar un poco más tarde?.- Insinué haciendo que sus orejas se volvieran rojas.

- N-No lo creo. Es la primera vez que les voy a conocer así que debo llegar a tiempo.-

- Es una lastima.- Fingí estar decepcionado recibiendo como consecuencia una ligera palmada en el brazo.

Recibimos nuevamente ciertas miradas de personas y me preocupaba que ella se sintiera incomoda.

- Lo siento.-

-¿Porque?.- Dijo sorprendida deteniéndose en seco.

- Puede que te sientas incomoda por salir conmigo en la calle debido a las miradas.- Ella le dio un leve apretón a mi mano.

- ¿Por qué debería sentirme incomoda al salir con mi novio? Más bien, creo que debería preocuparme de que las mujeres te miren tanto... No creas que no vi como te veían las chicas de la joyería.-

- ¿Estas celosa?.-

- ¿Cómo no estarlo si mi novio es tan apuesto y maravilloso?.- Acaricio mi rostro con suavidad. Le abracé con fuerza y después de besar su mejilla hasta que me cansara decidimos irnos.

- ¿Por qué hay dos bolsas?.- Dije ya en el auto.

- En esta están los aretes de tu abuela y los gemelos para tu abuelo.- Dijo levantando una cajita. - Y aunque yo te quería regalar algo primero te adelantaste.- Me dio una cajita color gris, le di un vistazo a ella quien sonrió. Abrí la cajita que estaba en el interior y me encontré con un reloj plateado con detalles sencillos en pedrería verde.

- Sé que tu color favorito es el gris pero no encontré nada similar así que sin querer elegí el que más me gustaba porque pensaba que se iba a ver...- Le besé interrumpiéndole.

- Gracias, me encanta. Creo que sin querer terminamos eligiendo un color de pareja.- Respondí mirando que el verde de su collar y el reloj eran el mismo. - ¿Qué pasa?.- Dije al notarle tan callada.

- Eh...-

- Puedes decir lo que sea, no dudes en decirlo.- Acaricie su cabello.

- ¿Puedo besarte?.- Mi mano se congelo al oírle pero simplemente asentí. - Ella se acercó con timidez y me dio un par de besos.

- Te dije que llegáramos un poco tarde.- Susurré acercándome un poco más a ella.

- ¿Deberíamos?.- Susurró y yo sonreí inmediatamente para después continuar con lo que estábamos haciendo.