Su mirada se centro en mí lleno de dudas después de que le dije eso.
- ¿Cómo es que... ¿Porque tú..- Estaba realmente sorprendido que ni siquiera podía completar una oración.
- ¿Hay cámaras aquí?.- Dije viendo a mi alrededor.
- No, es mi sala privada, las cámaras están prohibidas en esta habitación, fuera de aquí si hay.-
- Ya veo, prometame que guardará la calma y que no le dirá a nadie, en estos momentos nadie puede saber lo que pasé aquí.- Dije llena de nervios, él asintió, levanté mi mano y le dije con la mirada que hiciera lo mismo, tome su mano e hice una promesa con el meñique. - Usted lo acaba de prometer.-
- De acuerdo.- Dijo riéndose de mi acto infantil.
- ¿No padece de ninguna enfermedad del corazón o de ese tipo, verdad?.- Comprobé que nada fuera a pasar.
- Seré un viejo pero estoy fuerte aún.- Fingió indignación causando que una sonrisa se dibujara en mi rostro.
- Está bien, cierre los ojos y no haga trampas.- Él hizo lo que le pedí de manera automática. Respiré profundamente y me quite la peluca que llevaba, deshice las trenzas y ordene mi melena para que se viera presentable.
- ¿Ya puedo abrirlos?- Dijo con impaciencia.
- No se vaya a desmayar ni nada de eso.- Limpié con una toallita húmeda todo el maquillaje del rostro para que viera de manera adecuada mi cara.- Ábralos.- Dije casi sin aire en mis pulmones.
Abrió poco a poco sus ojos que batallaron al acostumbrarse a la luz, una vez que me vio, su boca y sus ojos se abrieron de par en par.
- Tú....- Dijo poniéndose de pie mientras me señalaba con una mano temblorosa, me puse de pie y me pare de manera adecuada.
- Lamento no haberme presentado de la manera correcta, mi nombre es Sasha Aráoz, soy la única hija de Mía Aráoz a quien usted buscaba.- Hice una leve reverencia y le observé con atención.
- Eres casi idéntica a tú madre.- Dijo una vez que se recuperó del shock.
- Tomé asiento por favor.- Dije temiendo que se desvaneciera frente a mi, él se sentó con dificultad pero cuando estuvo acomodado me senté.
- Usted me preguntó porque yo había estado el día en que ella murió. - Di un vistazo para ver qué se encontrará bien y proseguí. - Hace casi ocho años mi madre y yo íbamos en camino a conocer a mi padre cuando un auto golpeó el nuestro causando que perdiera el control del carro. Lo único que recuerdo es que mi madre no estaba en su asiento y que su puerta daba hacia un lago, frente a nosotros había un carro estacionado en donde había varios hombres que después de ver qué mi madre no estaba y que yo estaba "inconsciente" se marcharon sin más. Poco después dos de esos mismos hombres fueron a mi casa a buscar algo, no sé que sea pero que al parecer les interesa encontrarlo. La última vez que entro alguien fue aquel hombre que dejó una tarjeta en el suelo. La razón por la que sospechábamos de ustedes era porque hace muchos años cuando era pequeña un hombre intento secuestrarme mientras jugaba con Alex en un parque, y en su traje tenía un dije con el mismo logo de esa tarjeta. Esas personas aún me rodean y buscan algo o a alguien de lo cual no tengo ni la más remota idea.- Él estaba con la cara endurecida tratando de analizar lo que le acababa de decir.
- ¿Conoces a tu padre?- Dijo una vez que reaccionó.
- No, no sé quién es, jamás le he visto, pero al parecer mi madre le amaba y él a ella, creo que algo ocurrió y generó que se separaran, pero después de un tiempo se reencontraron.-
- ¿Nunca le preguntaste sobre él?-
- Estaba bien viviendo solo con mi madre, jamás me llamó la atención el preguntarle, y sabía que si lo hacía ella se pondría triste, así que solo lo evité.- Me rasque la nuca mientras él analizaba mis respuestas.
- ¿Recuerdas el rostro de algún tipo que viste en el accidente o del parque?.-
- No recuerdo el rostro de la persona que vi en el parque porque yo era demasiado pequeña. Las personas que estaban en el accidente llevaban algo que les cubría el rostro y no estaba en mis cinco sentidos por el golpe, pero recuerdo con claridad la voz de un hombre en específico, y esa persona tenía un tatuaje de una serpiente.- Recordé lo máximo que podía para no dejar nada fuera.
- ¿Tatuaje?... ¿Acaso viste a Snake?.- Dijo alarmado.
- El nombre me suena... pero no estoy segura, es lo único que tengo.- Dije lamentando el no recordar algo más.
- Él dejo de trabajar para nosotros desde hace más de 20 años... le perdimos la pista y no sabemos dónde está. Lo último que supimos es que comenzó a trabajar por su cuenta en una organización que no hacía cosas buenas.- Su rostro reflejaba preocupación.
- Entonces, ¿El logo de la tarjeta es de usted?.- Dije llena de intriga.
- Si, es el escudo de la familia, mira.- Dijo sacando un reloj de su bolsillo, lo tomé con mis manos y lo observé detenidamente.
- Creo que... hay una diferencia con el que ví de pequeña...- Dije frunciendo mi ceño y cerrando los ojos para recordar.
- ¿Qué es?.-
- Este tiene el león con las garras hacia la derecha, y su cola parece una rosa... El dije que vi cuando era niña era distinto, las garras daban hacía el otro lado y la cola era normal... Los colores rojo y negro son los mismos.- Dejé el reloj en la mesa, sin dejar de mirar el rabo del león, esa forma de la rosa la había visto en algún objeto que tenía mi madre...
- ¡¿Qué rayos?!.- Él estaba molesto.
- ¿Qué pasa?- Pregunté con curiosidad.
- Es una rebelión en contra de la familia, hay alguien que emplea el mismo escudo familiar pero con diferencias pequeñas.-
- ¿Eso que quiere decir?.-
- Quiere decir que hay alguien que quiere adueñarse de las cosas de la familia, es peligroso para los que somos de la primer rama...- No sabía que quería decir con eso así que solo guarde silencio. - Probablemente la persona que es líder de ese nuevo núcleo esmuy cercana a mí. Tengo que investigar esto a fondo.- Susurró lo último como si fuera un recordatorio para él mismo.
- ¿Entonces porque buscaban a mi mamá? y .. ¿Porque ahora también me buscan a mí?.-
- Porque tu mamá pertenece a la primer rama, y como tú eres su hija también ocupas el puesto. Estás en peligro, necesito protegerte.- Dijo levantándose de la silla mientras caminaba de un lado a otro pensando. - Tengo que esconderte y hacerte desaparecer hasta que los atrapé.-
- ¡¿Qué?!.- Dije poniéndome de pie.
- Eres mi nieta, y eres un blanco fácil para ellos porque no hay nadie cuidándote, tus amigos también estarán en peligro si tú sigues frecuentandoles.- Pasó su mano por su cabello con angustia.
- ¡¿Porque debería tomar el papel de tu nieta cuando ni siquiera sabías de mi existencia hace menos de 10 minutos?! ¡¿Debería llamarte abuelo?!.- Dije con ironía y enojo.
- Somos familia, y eso nadie lo puede cambiar. Quiero protegerte, no pude cuidar a mi hija de esos monstruos, ¡Al menos debería cuidar a lo único importante que me queda!.- Dijo con la voz quebrada, me dio la espalda y se quedó así por unos minutos. -Dejame cuidarte Sasha, déjame ser tu familia y tu abuelo. Ya perdí muchos años, no puedo darme el lujo de perder más, no quiero perder a alguien más.- Me miró y vi como sus ojos se llenaban de lágrimas, vi su sinceridad, sus ganas de cuidarme y protegerme, me hizo temblar y ablando un poco mi corazón.