Después de que mi amiga la alejó de mí ella comenzó a reír molesta, algunas de las personas que estaban cerca de habían percatado de lo que estaba pasando, aunque estaba molesta no quería que las cosas empeorarán así que tomé del brazo a mi amiga.
- Vámonos, no vale la pena, se arruinará la noche si seguimos su juego.- Dije mirándole como un cachorro para convencerla, cosa que funciono.
Sonreí al ver que ella se encontraba más tranquila, caminamos hacía los asientos en donde estaban nuestras y las tomamos para marcharnos, llegamos a el lugar en dónde pagamos la cuenta y una vez que todo estuvo listo continuamos hasta llegar a la entrada del bar en dónde nos habíamos tomado las fotos, cómo habíamos tomado no podíamos manejar, pero por fortuna el establecimiento brindaba un servicio en dónde contratabas a una persona para que te llevará a tu casa, todo marchaba bien, incluso las tres estábamos olvidando lo que había pasado hace unos minutos pero por desgracia todo cambio cuando escuchamos tras nosotras unos tacones que nos seguían.
- ¿Piensan irse así después de habernos humillado así frente a todos?- Grito la rubia mientras manoteaba furiosa.
- Ustedes lo provocaron.- Respondió Isabella pasando su mano por su cabello como si no fuese importante.
- Jajajaja. - Rio escandalosamente la mujer de cabello negro tras escuchar eso.
- ¡Nada de esto habría pasado si simplemente nos hubieras ayudado a salir con tus hermanos... Y si no lo ibas a hacer debiste habernos dicho antes para no perder el tiempo fingiendo que eras nuestra amiga!- Gritó con más fuerza la otra joven de cabello castaño que caminó hacía la hermana de Louis y le empujó.
- El tiempo que perdimos contigo no valió la pena.- Dijo la rubia acercándose para intentar hacerle lo mismo que la otra, Isabella tenía los ojos llenos de lágrimas y temblaba, no por temor si no por enojo, el verle así de vulnerable me hizo sentirme mal, me recordaba a mi amiga y a mi cuando nos enfrentamos a muchas personas que nos lastimaban diciendo cosas acerca de nuestras familias y de nuestra amistad, perdí la cabeza cuando esa mujer logró empujarle con fuerza haciendo que Isa cayera al suelo.
- No es la culpa de Isa que un trío de arpías se acercaran a ella para aprovecharse de su buena fe.- Dije caminando hacia ellas para ponerme frente a Isabella que se ponía de pie con ayuda de Ashley que intentaba controlarse.
- ¡Arpías! JAJAJAJA ¡Creo que te equivocas de personas! Eso es lo que son tu y tu amiga, seguramente amarraron a sus hermanos vendiendo se... ¡Seguramente eso lo aprendiste de tu madre!- Mi mano golpeó con fuerza su mejilla y sentí como la furia invadia mi cuerpo. Todas guardaron silencio al ver lo que había pasado, Ashley estaba con la boca abierta, jamás me había visto así de enojada ni mucho menos golpeando a alguien.
- ¡Ten cuidado de lo que hablas *****.- Fue lo primero que salió de mi boca, yo estaba enojada pero a la vez sorprendida de lo que estaba haciendo, nunca había insultado a alguien ni mucho menos golpeado.
- ¿Que es lo que acabas de hacer *****?- Dijo la joven con su mano en su mejilla roja de coraje.
- ¿Quieres que lo haga de nuevo?- Levanté la mano para advertirle que lo volvería a hacer.
- ¡Oye!- Gritaron las otras dos avalanzandose sobre mí.
- ¡Ni se les ocurra!- Gritó Ashley caminando junto con Isabella hacia ellas.
Y así fue como comenzó mi primer pelea, me sorprendió el escuchar el basto lenguaje que tenía mi amiga para decir palabrotas, incluso aprendí algunas que en mi vida había escuchado, escuché pasos y unos gritos acercándose a el lugar en dónde estaba la batalla que habíamos creado.
- ¡Ash!- Grité intentando quitarme a el mono araña que colgaba de mis brazos intentando arañarme.
- ¡Vámonos! - Gritó con fuerza y como pudo se quitó a la rubia de encima, corrió hacia nosotras y nos ayudó a liberarnos, tomamos nuestras cosas y antes de salir del lugar arreglamos nuestros cabellos y vestidos para salir de la manera más normal y tranquila para evitar llamar la atención de los guardias que estaban fuera.