--- Louis ---
Estuve un tiempo fuera de mi oficina atendiendo algunas juntas y resolviendo dudas de los inversionistas, seguía un poco preocupado por mi hermana, y eso aumentó un poco más cuando regresé a el lugar en dónde le había dejado dormida, pasaban de las nueve de la noche y no había rastro de ella, así que mandé llamar a mi hermano y a Sebastián que no tardaron en llegar a mi despacho.
- ¿Saben dónde está Isabella?- Dije inmediatamente al verles entrar.
- No.- Respondieron los dos a coro negando con la cabeza.
- Se supone que ella me iba a ayudar a planear la próxima junta del lunes pero no se presentó en mi oficina.- Dijo mi amigo sentándose mirándome fijamente.
- ¿Te avisó o te dijo algo?- Dirigí mi mirada a Joseph que estaba haciéndole compañía a Sebastián sentándose.
- No, ella no me ha dirigido la palabra en todo el día... no siquiera me ha mandado un mensaje.- Agachó la cabeza molesto con si mismo por haber peleado con ella en la mañana.
- ¿No te llamó o algo así por el estilo?- Dijo Sebastián cruzando las piernas y colocando sus brazos detrás de su cabeza.
- No, dejé mi celular aquí mientras estaba trabajando, ya miré las notificaciones pero no hay nada. Ya le mandé mensajes y le llamé pero no me respondió.
- Seguramente regreso a tu casa para descansar.- Respondió mi amigo intentando calmarme. - No seas tan sobreprotector.-
- Ella siempre nos avisa dónde está o a qué lugares va a ir...- Dijo Joseph con pesadez tras recordar lo que ayer le había pasado por haber estado sola.
- Quizás no les avisó porque fue a pasar un rato con... su NO-VIO.- Sonrió tras ver qué nosotros dos le mirábamos lanzándole dagas. - Yo solo decía.-
- ¡Eso es imposible!... ¡Ella no haría eso!. - Joseph se levantó y caminó ansioso dando círculos alrededor de mi oficina.
- Tu lo has hecho... ¿Porqué ella no habría de hacerlo?- La espalda de mi hermano se puso rígida y el color de su piel desapareció.
- No digas tonterías, debemos saber dónde está. - Dije intentando calmar las cosas.
Pensamos en los posibles lugares en los que se encontraría y llamamos a personas que nos pudieran ayudar dando información de ella pero nadie sabía dónde estaba, cada vez me sentía más angustiado y preocupado, Joseph estaba volviéndose loco y Sebastián, bueno, él estaba tranquilo... demasiado tranquilo, parecía sospechoso porque en otras ocasiones en dónde ella desaparecía por 6 horas él había sido el que estaba más alarmado.
-¿Qué es lo que sabes?- Me puse de pie y caminé hasta llegar a dónde estaba él, intentó ignorarme cosa que solo aumento mi molestia, él se puso más nervioso y aflojó el amarre de su corbata.
-Bueno... Escuché que ella se iba a ver con la que te gusta.- Sebastián se levantó rápidamente y se alejó de mí.
- ¿Con Sasha?- Dije mirándole confundido.
- ¿Cuántas más te gustan?- Respondió riéndose.
- ¡Ya nos mandó un mensaje!- Dijo Joseph mostrándome su celular que tenía un "hola" en el chat grupal en donde estábamos los cuatro.
"Estoy bien, no se preocupen por mí, es probable que no llegue a casa. Descansen"
Ese fue el mensaje que nos mandó para después desaparecer nuevamente.
- Jajajaja, bueno, ella dice que está bien, eso es bueno... Saben que me encantaría quedarme aquí con ustedes por más tiempo pero mi esposa me preparo la cena y tengo que irme. Adiós.- Dijo Sebastián y salió corriendo antes de que le detuviéramos para interrogarle.
- ¿Qué hacemos?.- Miré a Joseph que estaba en su celular sin pestañear. -¿Que pasa?.- Dije nervioso al ver que veía algo que le había dejado sin palabras.
Levantó la cabeza lentamente y giró su teléfono, como su mano parecía temblar demasiado lo tomé con mis propias manos y lo acerque para ver más de cerca. Lo primero que ví fue una foto de mi hermana posando sola con un vestido, la siguiente fue otra con la amiga de Sasha que le abrazaba, pase un poco de saliva al ver la tercer foto en dónde estaba mi hermana con la mujer que me gustaba, mi mirada se clavo en la pelirroja de vestido plateado que sonreía, mi corazón latió con fuerza, se veía completamente hermosa.
- Estuviste en varios bares y discotecas de la ciudad, ¿cierto?.- Dije sin desviar la mirada de la foto de Sasha.
- Si, el lugar se me hace conocido.- Dijo quitándome su celular de la mano para guardarlo en su pantalón.
Asentí con la cabeza, caminé hasta el escritorio, apagué el lugar computador, ordené los documentos, me puse mi saco y tomé mi maletín.
- Vámonos.- Dije caminando hacia la puerta pasando a su lado sin detenerme.
- ¿A dónde?.- Dijo Joseph confundido por mis acciones.
- A buscarles.- Dije girando para verle, su rostro se ilumino y me sonrió para después salir corriendo de mi despacho a toda velocidad para ir por sus cosas y verme en los ascensores.