Me levanté del sillón sin decirle nada y fui directo a la habitación que estaba en mi oficina, en la puerta del pequeño armario estaba el traje que mi hermana me había llevado para cambiarme, me vestí rápidamente, cepille mis dientes y me arregle un poco el cabello para que no se viera descuidado.
-¿Donde esta Louis? .- Escuché la voz de mi hermano fuera de la habitación y me apresure para salir.
-¿Que paso? ¿Hay algo mal?.- Dije sacudiendo una pelusa de mi hombro.
-¡Hermano! Te extrañe.- Dijo mientras se acercaba a mi con los brazos abiertos simulando que lloraba, esquive su abrazo y camine hasta mi asiento para sentarme y ponerme al corriente con mi trabajo.
-¿Por que no llegaste a casa?.- Dijo recuperándose de mi rechazo.
-Tuve cosas que hacer... ¿Cómo les fue ayer sin mi?.- Respondí rápidamente para esquivar su pregunta.
-Nos fue bien. Pensábamos que nos iría mal pero todo lo tuvimos bajo control.- Levanto los dos pulgares y en su rostro había una gran sonrisa.
-Mmm.- Asentí con la cabeza y encendí el computador para revisar los correos y lo que había que hacer para el día de hoy.
Mi hermano se sentó en el sillón que estaba justo al frente en donde mi hermana seguía acostada, pude notar que ambos estaban muy serios, me preocupe un poco al notar que mi hermana ignoraba por completo a Joseph quien se limitaba a mirar el cuadro que estaba colgado justo en la puerta de la pared.
-¿Que pasó esta vez?.- Puse mis manos en mi barbilla y me recargue sobre ellas mirándoles fijamente para que hablaran de una vez por todas y así acabar con la incomoda atmósfera que rodeaba a mi oficina.
-Pregúntale a tu hermano.- Dijo Isabella girándose para darle la espalda a Joseph.
-No hice nada.- Dijo mi hermano que me miraba con ojos de cachorrito abandonado.
-Eso es lo que tu crees.- Arremetió ella con enojo.
-¡En serio no hice nada!.- Joseph se levantó y caminó hacia mi para que le ayudara a salir del problema.
-¡Ayer te fuiste sin mi a ver a tus amigos!.- Mi hermana se levantó y le señalo mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.
-¡Me dijiste que no querías ir!.... Y te pregunte si querías que me quedara contigo pero me dijiste que no.- Joseph se tomaba el cabello lleno de frustración.
-¡Es que no entiendes nada!... ¡Por eso no tienes novia!.- Mi hermana pataleo y sus lagrimas comenzaron a caer, por el contrario Joseph estaba ofendido y sostenía su mano en su pecho impactado por las palabras de Isabella.
-¡Basta!.- Dije antes de que se armara una batalla campal en la empresa, se supone que los cuidaría. -Sé que el hecho de que Joseph te dejara sola no es el motivo de tu enojo... ¿Qué pasó?.- Caminé hacia ella quien lloro con más fuerza, acaricie su cabello y ella me abrazó con fuerza para desahogarse, mi hermano me miro con preocupación era extraño que ella se comportara así, se acerco a nosotros y le dio palmaditas en su espalda.
-Puedes decirnos lo que te pasó, nosotros te protegeremos.- Susurro Joseph que cada vez se ponía más ansioso al verle en ese estado.