---Louis---
No quería soltarla, el tenerla en mis brazos me hacía sentir una sensación completamente nueva y extraña que no podía describir con palabras, estaba inmerso en mis pensamientos y escuche un suave "sí" de su parte para después corresponder a mi abrazo, eso hizo que mi mente casi explotara, no sabía qué hacer después de oírle.
Poco después nos dejamos de abrazar pero ella no me miraba a la cara, podía notar que su rostro estaba completamente rojo, el verle en ese estado me hizo querer mimarla y protegerla, cuando se dio cuenta de mi herida y se acercó a mi tan repentinamente me hizo entrar en un estado en el que no sabía que debía hacer o decir, Sasha no me pregunto cómo me la había hecho pero sabía que tarde o temprano preguntaría por ello, y no quería que ella se preocupara por mi mala relación familiar. Poco después ella se fue corriendo hacia la planta de arriba, aunque me había pedido que me sentara decidí ir a la cocina para quitar el té del fuego, iba a sentarme pero no quería causarle molestias a ella porque era probable que Sasha me ofreciera algo para beber, así que me adelante y cuando regreso le vi cargando un par de cosas, al señalarme donde estaba el azúcar se marchó y en cuanto voltee para endulzar las bebidas vi que estaba a mi lado, ella era muy silenciosa.
Fuimos a dejar las cosas en la sala y ella me entrego una toalla y una camisa para cambiarme, no me había dado cuenta de que mi ropa estaba húmeda, me dio las indicaciones para que me fuera a cambiar a su baño, estando en el me seque y comencé a ponerme la camisa seca, cuando me lave la cara y me vi en el espejo noté que lo que ella me había dado tenía un enorme dibujo de un gato, era la primera vez que usaba ese tipo de cosas y me sentía un poco avergonzado, pero era probable que Sasha me diera la camisa más grande solamente para mí, el pensar en eso me hizo armarme de valor y regresé a donde estaba ella que no me quitaba la mirada de encima, poco después me curó la herida como lo había hecho el día anterior. Ella me pregunto si cada vez que le vería estaría lastimado, en mi mente paso el decirle "Si me cuidaras como lo has hecho hasta ahora procurare regresar cada día con un rasguño", al analizar de nuevo eso me di cuenta de que era mejor que me callara. Cuando dijo que no me lastimara más vi que realmente deseaba que ya no me hiriera, ella se preocupaba por mí, no pude evitar el seguir viéndole directamente, era imposible ignorarle, era simplemente hermosa…
- ¿Quieres tener una cita conmigo? – Fue lo primero que salió de mi boca después de que ella me dijera que bebiera el té.
Al ver que ella estaba callada y que incluso tartamudeaba cuando me intento responder decidí no presionarla, ya no quería que volviera a surgir otro malentendido, pero justo cuando estaba por darme por vencido en invitarle a salir, ella me explico que había sido muy repentina mi propuesta, tenía que ser más cuidadoso con lo que decía. Así que le pedí que se acercara a mí, estaba sentada justo en el borde del sillón, si se movía un poco más…
Ella se levantó y sin decirme nada se fue hacia el pasillo, no tardo mucho en volver con una cobija en sus brazos y comenzó a cubrirme con cuidado, sus manos rozaron mi hombro y estaban completamente frías, después se sentó a mi lado sin decir nada, me acerqué a ella y le cubrí también.
Me sentía extraño, era la primera vez que hacia algo así, pero no podía negar que me gustaba el estar cerca de ella, no hablamos hasta que ambos nos acabamos nuestra bebida y un sándwich que ella había preparado.
- ¿Quieres más? – Sentí su mirada y giré a verle, nuestros rostros estaban demasiado cerca, mi corazón comenzó a latir y noté que su rostro enrojecía cada vez más. - ¿Esto… esto podría considerarse una cita? - Dijo sin dejar de verme.
-Creo que sí. - Sentí como mi boca se secaba, mi mente me decía que eliminara la poca distancia que había entre los dos, pero no quería equivocarme y perderle definitivamente.
Iba a cambiar el tema de conversación para relajarnos, pero justo en ese momento un rayo hizo que ella saltara y se aferrara a mi brazo con fuerza.
-Perdón. - Dijo mientras se separaba de mí y agachaba la cabeza, se veía tan vulnerable, ella estaba asustada, así que sin pensar le abrace.
-Quedémonos así hasta que te sientas mejor. - Acaricie su cabello lentamente y ella se recostó en mi pecho.