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Chapter 47 - 47: Deseoso castigo

—Está bien, amorcito— sonrió.

Salí del baño y fui a buscar cuarto por cuarto. Vi a una señora conectada a unas máquinas, estaba dormida y el cuarto tenía aire acondicionado. Vive mejor que yo esta vieja. Salí de la habitación y seguí buscando en las demás, busqué en el armario un par de tacones y los llevé al baño.

—Hay alguien más en una de las habitaciones— le avisé a Suzy.

—Yo me encargo, diviértete— sonrió, antes de salir del baño.

—¿En qué estábamos, profe? — se estaba quejando, pero no hablaba—. Cualquiera diría que te comieron la lengua los ratones, pero no importa. ¿Sabes qué es esto? — le enseñé los tacones y los sacudí—. Con esto me pegaban y no sabes lo doloroso y desesperante que era, dolía más de lo que te pueda describir. Ahora experimentarás lo mismo que yo— me agaché frente a él y metí mi mano dentro de la zapatilla, mientras aplastaba su mano con el filo del tacón. Lo hacía fuertemente y lo giraba, sus gritos no tardaron en escucharse—. Y yo que creí que no tenías voz— restregué su cara contra el suelo y al ver la alfombra del baño, la acerqué para ponerla debajo de él y presionar su cabeza contra ella. Trataba de arañar mi pierna para que dejara de hacerlo—. Quédate callado y dejaré de hacerlo, ¿De acuerdo? — dejé de hacerlo y estaba tosiendo, su respiración estaba agitada y sangre salía de su mano. Pasé el dedo índice en su sangre y, al probarla, me dio esa sensación de hambre. No puedo comer todavía.

Puse mi pie en su cabeza y agarré el tacón de vuelta. Al ver su espalda descubierta, lo golpeé con el, una y otra vez; fue cuando comprendí la satisfacción que mi madre sentía al hacerlo conmigo. Extrañamente me estaba sintiendo excitado al ver como las salpicaduras pintaban el suelo cada vez que alzaba el tacón. ¿Esto fue lo que vio mi madre? ¿Esto era lo que le causaba placer? ¿Esto era lo que deseaba hacer conmigo? Reí a la par que lo golpeaba, estaba tan concentrado en lo que hacía, que sus quejidos no me importaban. Estaba tan excitado con esto, que no me cansaría de hacerlo. No era mucho lo que podía gritar tampoco, trataba de presionar su cabeza en la alfombra, para que no pudiera respirar del todo. Al ver que el tacón se rompió, lo tiré a un lado y busqué el otro; hice lo mismo una y otra vez, hasta que no vi tanto movimiento en él. Me detuve y lo tiré a un lado, hasta que escuché su respiración sumamente agitada, acompañada de unos quejidos; mucha sangre salió de su boca. Me agaché encima de él y le tapé la boca con la mano y trató de morderme, por lo que cogí el tacón y lo enterré en su ojo derecho. Dejó de gritar y de moverse; era satisfactorio ver esas lágrimas bajar de su ojo y colorear su despreciable rostro.

—Eres el viejo más detestable que haya conocido— apreté su cuello y cuando me disponía a morderlo, sentí la mano de Suzy en mi hombro.

—Caden— al mirarla, sus manos estaban llenas de sangre y su camisa también.

—¿Qué te pasó?

—Tengo hambre de ti, Caden— subió el cuchillo por su camisa, pintando una línea vertical con la sangre, hasta llegar a su pecho y sonrió—. ¿Quieres?

—Eso no se pregunta— le agarré el brazo y la empujé al suelo, antes de subirme sobre de ella—. Eres una pervertida, Suzy— rompí el maguillo de su camisa y fui directo a su cuello—. Hueles rico— lamí su cuello y gimió.

—Me encanta cuando estás hambriento, tienes una mirada tan fascinante y excitante, hace que quiera todo de ti.

—¿Todo?

—Sí, todo.

—Quiero un hijo contigo, Suzy. ¿Lo aceptarías si viene de mi?

—¿Un hijo?

—Sí, ¿No te gustaría?

—Claro que sí— sonrió —, pero para eso debemos hacer cositas de adultos.

—¿Y qué tienes para darme?

—Quita mi pantalón y verás— reí por su risita traviesa.

—Ya luego nos encargamos del desastre, el deber llama y no puedo dejarlo esperando— ambos sonreímos.