Mientras tanto en la casa, el joven dueño de la casa, se encuentra en su habitación observando un armario en concreto, pensativo, comienza a recordar.
*Una tarde fría, el pequeño Ethan de seis años, se encontraba jugando con sus juguetes en su habitación, hasta que una visita inesperada llegó a la casa. El chico ilusionado, bajó corriendo las escaleras a ver quién es.
_¡Abuelo! - rápido fue a saludar a su querido abuelo.
_Nieto mío- el señor recién llegado, abraza cariñosamente al pequeño niño en abrazos- Como has crecido chaval. ¿Como está mi queridisimo nieto?
_¿Que has traído abuelo?- el chico lo pregunta cada vez que llega. Siempre trae algo.
_Para ti muchas cosas, pequeño- dijo dejando a su nieto al suelo.
_Bienvenido Elliot- la madre de Ethan, saludando a su suegro con el bebé Lucas en brazos.
_Como está ese pequeñin- lo coge en brazos, parece que demuestra mucho amor a sus nietos.
_Papa, ¿qué haces aquí? - el joven Edward pregunta enfadado - Pensé que estabas trabajando.
_Asi es, quería pasar a visitaros. Ethan, vamos al salón a ver tus regalos, ¿quieres?- el chico contento, corre hacia la sala. Lourdes lo persigue para no hacerse daño.
Sentados toda la familia, el chico sentado en el suelo rodeado de varios paquetes. Contento recibe uno.
_Abrelo Ethan, venga- dice su abuelo. Ethan corriendo quita el envoltorio y saca un caballo enorme de juguete.
_No era necesario que trajeras todo esto Elliot- dice la madre.
_Es un placer hacer felices a mis nietos, pronto traeré a mi nieto Lucas también. Abre los otros hijo- observando todos, el niño saca una espada de juguete y el otro paquete saca un arco grande, de madera buen tallada y pulida, brillante y de colores preciosos, el niño se asombra de alegría. Pero no están las flechas.
_Cuantas veces te he dicho que no le traigas este tipo de cosas - Edward se levanta enfadado- Ethan, trae eso, no lo vas a usar - su padre le quita el arco a su hijo y este comienza a llorar.
_Tranquilo Ethan, tengo más que te van a gustar - le hace sonreír su abuelo- Cuando crezcas, te traeré las flechas - le guiña el ojo a su nieto.
Años más adelante, Ethan con doce años, comenzó a ser más malo, a meterse en lios. Y pronto comenzó ir a visitar el trabajo de su abuelo.
Una tarde fue a trabajar con este. Hacia calor y ambos fueron al bosque a carruaje.
_¿Abuelo que vamos a hacer ?- pregunta entusiasmado el chico mirando por la ventanilla. Su abuelo se encuentra limpiando el gatillo de una pistola bastante antigua y especial.
_Tranquilo hijo, ya lo verás. Hoy vamos de caza, ¿qué te parece?
_¿Caza?- el niño se asustó un poco, es su primera vez - ¿Vamos a cazar animales....?- pregunta nervioso.
_Algo así- su abuelo le sonríe, observa que está algo nervioso- Tranquilo, todo estará bien. No hay nada de que asustarse. Espero que algún día te encuentre aquí en este carruaje haciendo mi trabajo- el chico no dijo nada.
Llegaron a un punto en medio del bosque. Esperando a algo. Se escucha alguien corriendo muy rápido.
_Bien, ven Ethan - le susurra, para acercarse a la ventanilla- Observa bien- Su abuelo, pone la bala en la pistola y señala a la nada. Hasta que pronto una sombra pasa por delante muy rápido, este aprieta y dispara, así dejando a la sombra en el suelo saliendo humo verde de esta. Ethan asustado, se fue hacia atrás. Esa sensación no le gustó- No pasa nada Ethan, si quieres quedarte aquí, yo ahora vuelvo, primero debi hacer algo- el chico asustado asintió. Pero tenía curiosidad. Su abuelo salió del carro, junto al cochero. Sacaron la bala. No se podía ver nada. Por lo que Ethan decidió salir a ver y vencer sus miedos. Casi a punto de llorar, Ethan se acerca más y más hasta ver un cuerpo. Aún se le escucha. Acercándose más, ve a una joven chica tirada en el suelo, el corazón del chico comenzó a latir tan fuerte que parecía que le iba a explotar. Sus ojos veían a una chica pobre agonizando en el suelo. Su abuelo la acababa de matar. Lo extraño que vio Ethan, fue que la chica sangraba de la boca. Su última mirada, se dirigió a él. Asustado, se fue corriendo al coche. Aquel día nunca se le olvidaría.
Haciéndose más mayor Ethan, cada vez iba más a menudo con su abuelo. Aprendió a soportar el miedo y dolor. Comenzó a practicar esgrima y lucha. Se estaba convirtiendo en un hombre joven y apuesto. Mientras que su hermano, no era así, este se centraba más en los libros, su padre no quiso que siguiera los pasos de su abuelo. Ethan, era bastante popular. A los diecisiete, dominaba a la perfección la espada y el arco con flechas, aquel arco que su abuelo le regaló hace años atrás.
_¿Que te parece hijo? ¿Te apetece hacer tu primera noche? - le pregunta contento su abuelo.
_Claro abuelo, sería un placer- responde el joven contento.
Aquella noche fue larga y dura, con mucho calor y presión. Su abuelo estaba ahí para examinar lo de lejos como lo hace. Aquella noche era su primera vez cazando animales como decía su abuelo, pero ambos sabía que no se trataba de eso. De un paso rápido, obtuvo su primer animal. Esa noche fue otra qu no podría olvidar nunca. Habia matado a alguien sin saber si era inocente o no. Pero aprendió a mirar los a la cara sin remordimientos, aunque en el fondo, sentía puro terror.*
Ahí todo comenzó lo que hoy es Ethan. Siguiendo los pasos de su abuelo.