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Chapter 8 - Capítulo 8: Deja el pasado atrás.

Carol miraba a Marta con un gesto interrogante, al final no pudo aguantarse su curiosidad y le preguntó:

- ¿Estás enferma o algo así?

- Mmmm... No, ¿porque?

- Tu cara está roja como un tomate - dijo Carol sin poder aguantarse la carcajada - ¿acaso soñaste algo interesante? Jamás te quedas dormida hasta tan tarde el sábado, normalmente a esta hora ya me esperas con el desayuno en el comedor.

Marta se espantó al escuchar la última frase y rápidamente preguntó:

- ¿Qué hora es?

Carol miró el reloj de pared y con una sonrisa maliciosa en su rostro respondió:

- Las 9:30.

Marta dio un brinco de su cama y corrió al baño a prepararse. En 10 minutos ya estaba lista, se había puesto un pantalón celeste, una blusa blanca con flores azules y zapatos deportivos blancos. Su cabello despeinado color castaño goteaba agua que caía en su ropa, tomó su cepillo del cabello, lo peinó y se puso una diadema azul oscuro. No se maquillo, no acostumbraba hacerlo el fin de semana.

Carol veía fascinada la rapidez con la que su hermana cumplía su rutina de aseo y aún más sorprendida como cocinaba a la velocidad del rayo un desayuno casi tan grande como en un restaurante buffet. En 40 minutos, desde que saltó de la cama, Marta ya había hecho el desayuno, además de vestirse. Sirvió el desayuno a Carol y, mientras ella empezaba a comer, sacó de un armario una escoba para barrer su apartamento.

Mientras Carol saboreaba el desayuno, volvió a preguntar a Marta:

- ¿No me vas a contar porque dormiste tanto?

Marta puso una cara fría y distante que no dejaba espacio a discusiones, no iba a responder y no quería volver a hablar del tema. Carol, sabiendo cómo era el carácter de su hermana, desistió del interrogatorio, pero aún así dijo:

- De todas formas me alegro que estés durmiendo mejor; pareces estar algo más animada de lo normal... te felicito por empezar a dejar el pasado atrás, te sienta bien... ya es hora de que vuelvas a ser feliz.

Aunque a Marta la afectaron las palabras de su hermana, siguió con su expresión impenetrable y, hábilmente, poco después cambió de tema.